El Atlético se olvida de la Liga y empata ante el colista

Noventa segundos tarda el Atlético en demostrar que, de inicio, su cuerpo y su mente no están en otro lugar que Almería. Reinildo, muy discutido después de dos errores groseros en Copa y Champions, es poseído por el espíritu de Samu Lino. El mozambiqueño, ante la falta de opciones para asociarse, opta por sacar todo su arsenal ofensivo. Se encamina hacia línea de fondo, se deshace de Pubill con un caño delicioso y encuentra a Correa en el punto de penalti. El argentino no falla y adelanta a los suyos. Quieren los atléticos encaminar el partido cuanto antes. De Paul facilita un mano a mano de Barrios frente a Maximiano, pero, para desesperación del Cholo, un mal control del canterano frustra la opción del segundo gol. De nuevo el argentino asiste, esta vez a Memphis, cuyo disparo se marcha desviado por centímetros.

El Atlético, a pesar de su manifiesta superioridad, no logra doblar su ventaja. Y el Almería, ante la incipiente relajación de su rival, crece en posesión y confianza. Dos regalos en forma de pérdidas de Barrios a punto están de ocasionar el empate. Lozano se encuentra con Oblak y, también el hondureño, cabecea alto. La dinámica del partido ha cambiado. Pubill, insistente desde el carril derecho, consigue driblar hasta encontrar a Luka Romero. El argentino, debutante más joven de la historia de la Liga cuatro años atrás con 15 primaveras, deja atrás a Koke y De Paul y bate al guardameta esloveno con un disparo cruzado inapelable desde la frontal del área. Los de Garitano empatan tras aguantar los golpes iniciales con entereza.

Tras el paso por vestuarios, Simeone deja a su vera en el banquillo a dos fijos en el once como Koke y Lino, quién sabe si con la mente puesta en la cita del jueves en San Mamés. La presencia de Riquelme y de Llorente, esta vez en el centro del campo, revitaliza al Atlético, que se vuelve a adueñar de la posesión, aunque encuentra serias dificultades para generar ocasiones. Un pase-despeje de Nahuel Molina con De Paul a la carrera coge desguarnecida a la zaga almeriense. El argentino conduce y conduce, se le agotan las posibilidades asociativas y opta por disparar con la puntera, al más puro estilo futsal. El remate toca en Radovanovic, hace inútil la estirada de Maximiano y adelanta por segunda vez a los madrileños en el marcador. La carambola se asocia con el Atlético y un chut de Riquelme desde fuera del área rebota en la defensa indálica y se topa con el travesaño.

En la primera mitad fue la relajación atlética la que provocó un cambio de dinámica, pero en la segunda lo hace una genialidad. Luka Romero se asocia hasta en dos ocasiones con Jonathan Viera y, cuando se encuentra escorado frente a Oblak, se lo ocurre definir con el exterior y alojar el esférico en la escuadra. Una resolución al alcance de pocos y que habla del desbordante talento de este futbolista de tan solo 19 años.

Vuelve a la carga el Atlético, que ve cómo se le pueden escapar dos puntos en casa del colista. Un interesante remate buscando el contrapié de Maximiano por parte de Morata se queda a medio camino y el portugués logra rechazarla. Con mas ahínco que clarividencia, lo intentan los de Simeone, pero se dan de bruces con una disciplinada defensa almeriense durante la mayoría de los noventa minutos.

El partido se vuelve loco en el descuento. Dos errores de entendimiento consecutivos entre jugadores locales dejan a Morata ante la portería con un balón franco para darle la victoria a los suyos, pero inexplicablemente el ariete español envía su disparo por encima del larguero. En la siguiente jugada, Melero llega desde segunda línea en una posición inmejorable, pero no contacta el balón con fuerza y sale un remate blando. Finalmente, reparto de puntos que deja al Almería sin ganar una jornada más, y provoca que el Atlético se olvide del título y pueda ser empatado por el Athletic en la cuarta posición. Y da la razón a aquellos colchoneros que se temían lo peor.