Este Atlético, ni en el Metropolitano

La arriesgada apuesta de Génésio tarda ocho minutos en dar sus frutos, aunque no los esperados por el técnico galo. Ousmane Touré, con 19 años y 15 minutos disputados hasta la fecha allá por agosto, convierte un pase a su guardameta en un regalo para Julián Álvarez. El argentino, si dispone de facilidades, tiempo y espacio, no perdona, para estrenar así su cuenta goleadora europea como colchonero.

El Atlético, ante un endeble Lille, se siente muy superior, liderado por un omnipresente Griezmann. El francés aparece por cualquier parte del campo para mejorar todas y cada una de las pelotas que pasan por sus botas. Dos de ellas dejan a Sorloth frente a la portería y a un solo toque del gol. Pero el noruego, ya desacertado en un mano a mano a los dos minutos de partido, no tiene el día. En la primera, su pésimo intento de picada se es detenido con facilidad por Chevalier; en la segunda, el remate al centro del galo desde la derecha se le va alto.

Toda la inspiración que le falta a Sorloth, la porta Griezmann, al que le ha sentado de maravilla el descanso durante el parón tras su retirada de la selección. Después de un saque de esquina, un preciso centro del francés encuentra la cabeza de Giménez, pero el meta del Lille repele el remate del uruguayo con una gran estirada.

Entra el encuentro en una zona valle, lo que aprovechan algunos aficionados para mostrar su apoyo al Frente Atlético, unidos en su indignación por la decisión del club de prohibir las entradas como visitante a la grada de animación durante cinco partidos. Esta parte de la grada responde con cánticos contra Gil Marín y en su defensa («Atleti somos nosotros»), lo que desata tímidos pitos en el resto del estadio.

Se gusta el Atlético tras el descanso, con la pelota sacada desde atrás a través de combinaciones de bella factura. Pero se olvida de que su renta es tan solo de un gol y un pésimo balance defensivo termina por castigarle. El Lille aprovecha el latifundio que encuentra en el centro del campo y consigue llevar la posesión desde la izquierda hasta la derecha, donde espera Zhegrova. Los zurdazos del kosovar, como bien sabe el Madrid, llevan veneno. En esta ocasión, su potente tiro toca lo justo en la espalda de Javi Galán para coger un curva imposible para Oblak y empatar el encuentro.

La lección de efectividad del Lille va a más. Una jugada embarullada que los rojiblancos no aciertan a despejar termina siendo señalada por el italiano Guida como penalti a favor de los franceses. El árbitro indica que se debe a una mano, pero quien contacta su brazo con la pelota es el galo André. A pesar de ello, tras casi tres minutos de revisión y sin certeza ninguna para el espectador, el VAR no corrige a su colega y se mantiene la pena máxima. Jonathan David, que lleva ocho minutos en el campo, busca el centro de la portería, engaña a Oblak y consuma la remontada.

Busca Simeone la reacción con la entrada de Lino y Giuliano. Al joven argentino la cae una inmejorable pelota para volea, pero la oportuna aparición de Alexsandro evita el empate. Pero, con el encuentro agonizando, es el Lille quien sentencia el partido. De nuevo Jonathan David, acostumbrado a estar en el sitio adecuado, aparece para rematar un balón rebotado y silenciar el Metropolitano. Suma el Atlético su segunda derrota en la presente Champions y lo hace, aun con un surrealista penalti en contra, de la peor manera: como local, ante un equipo inferior plagado de suplentes y sin capacidad alguna de reacción.