Giuliano Simeone ya es ídolo en el Metropolitano

El balón rueda y, al menos durante noventa minutos, la atención se centra en el césped. La grada de animación mantiene su huelga debido al castigo de cinco encuentros a domicilio sin venderle entradas por parte del club. Hasta que se rectifique la decisión o se cumpla la sanción, con todavía tres partidos por delante, seguirán siendo las aficiones visitantes las que más ruido hagan. Simeone repite defensa de cuatro, recupera en el once a Lenglet y Barrios, y ubica a Lino y su hijo Giuliano en las bandas. La profundidad que le brinda el argentino por la derecha se convierten en la principal arma del Atlético. A los tres minutos, consigue encontrar la espalda de Álex Muñoz, aunque su peligroso centro es repelido por Cillessen.

Los de Diego Martínez asumen mayor dominio de la pelota, pero las únicas ocasiones las protagonizan los de rojiblanco. Un centro de Griezmann desde la izquierda con dirección a Julián Álvarez impacta en el brazo de McKenna. De Burgos Bengoetxea no aprecia penalti alguno, a pesar de las airadas protestas locales. Iglesias Villanueva advierte lo contrario desde el VAR y reclama a su compañero revisar la jugada, pero el vizcaíno, en un ejercicio de personalidad poco habitual, mantiene su criterio de que el brazo del escocés se encuentra en posición natural y no señala nada.

Una precisa pared entre Fábio Silva y Sandro permite al portugués plantarse ante Oblak, primera ocasión para los canarios, aunque su disparo es despejado sin excesivos problemas por el esloveno. Mas quien golpea primero es el Atlético. Galán y Lino lo intentan por la izquierda, pero el verdadero peligro llega por la derecha. Un gran envío de Molina manda a correr por enésima vez a Giuliano, esta vez dispuesto a finalizar la jugada. La velocidad del argentino y una buena definición permite adelantarse en el marcador a los de Simeone. Celebra su estreno goleador como rojiblanco junto al capitán Koke, desplegando ambos una camiseta enviando fuerza y ánimos en valenciano. En la última jugada de la primera mitad, es Barrios quien profundiza por la derecha y encuentra a Griezmann, cuyo disparo se encuentra con el larguero.

Tras el descanso, Simeone decide dejar en el banquillo al canterano atlético y disponer a De Paul, un cambio que no es del agrado de la parroquia colchonera. Minutos después, el argentino filtra un gran balón que deja a Molina mano a mano con Cillessen. El neerlandés se adelanta y se adueña del balón, aunque el intento del lateral por rematar provoca un fuerte choque en la cabeza del meta. Intenta mantenerse sobre el campo, pero la conmoción cerebral sufrida le obliga ser sustituido en camilla bajo la ovación del Metropolitano, que también se acuerda de su enemigo público número uno, «Vinicius balón de playa» corea la afición atlética.

Siempre en el ojo del huracán por su irregular rendimiento y bajo el runrún en cuanto duda más de lo necesario, De Paul aparece con una asistencia decisiva. El excelente envío del argentino encuentra a Sorloth, que se planta frente a Horkas. El noruego olvida los fantasmas del partido frente al Lille, en el que erró tres manos a mano, y define a la perfección para que la tranquilidad de ver un marcador holgado impere en el Metropolitano.

Los gestos de un seguidor rojiblanco hacia la zona de los aficionados de Las Palmas desatan un enfrentamiento con cánticos de los visitantes y que termina con el primero expulsado por la seguridad del club, un episodio que acapara la atención de la grada en la recta final del encuentro. Respira el Atlético con una victoria tan cómoda como balsámica, con el objetivo de cambiar la negativa dinámica en la que se encontraba el equipo y coger fuerza de cara a la visita al PSG del miércoles. Las Palmas, que suma su primera derrota con Diego Martínez, se mantiene en el descenso.