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Violencia

Ignacio Racionero, un violento ultra que «no distingue entre el bien y el mal»

Viejos compañeros de grada afirman que «bebe mucho, se droga mucho y es capaz de apagarse tres cigarros en el brazo»

S. D. / EFE

«Muy peligroso, radical, inestable y no distingue entre el bien y el mal ». Así definen a Ignacio Racionero, el ultra detenido por el apuñalamiento de otra aficionado del Atlético de Madrid, algunos de sus conocidos. Antiguo líder de Bastión, extinta sección del Frente Atlético, siempre estaba dispuesto a la bronca, según explican antiguos compañeros de grada. «Un hombre corpulento, que bebe mucho, se droga mucho y que es capaz de apagarse tres cigarros en el brazo y quedarse tan a gusto», es la descripción que hacen de él.

«No se lo podrá fácil a la Policía», añaden sus antiguos conocidos. Este viernes, Racionero, que permanece desde su arresto en los calabozos de la Brigada Provincial de Madrid situada en el complejo de Moratalaz, no ha querido hacer declaración alguna ante los agentes .

Racionero, de 40 años y conocido como «El Raciones» o «Nacho el loco» , fue detenido la madrugada del jueves como presunto autor del apuñalamiento de un aficionado del Atlético de Madrid en las proximidades del Wanda Metropolitano. al que le habría asestado tres puñaladas en el muslo, brazo y espalda. Llegó por detrás, actuó sin mediar palabra y escapó después, tirando supuestamente el arma en un parque cercano.

Un «tipo peligroso» al que ahora incluso reuían sus antiguos compañeros del Frente Atlético y al que la Policía conoce bien por su historial delictivo . En 1998, fue uno de los detenidos por el asesinato del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta , si bien quedó poco después en libertad por falta de pruebas. La Policía le consideraba el lugarteniente del autor material del asesinato, Ricardo Guerra. Se le juzgó y condenó no obstante a un año y ocho meses de cárcel junto a Guerra y a otras seis personas por desórdenes públicos cometidos el día de ese crimen, aunque todos ellos fueron absueltos de asociación ilícita por su pertenencia al grupo Bastión 1903, la sección más peligrosa del Frente, ya desaparecida.

En 2001, el Atlético de Madrid le expulsó como socio , aunque nunca dejó de merodear por el Vicente Calderón. Cuatro años después, acompañado de otros diez ultras, asaltó el entrenamiento de los rojiblancos en Majadahonda para encararse e insultar a jugadores y entrenadores.

Racionero fue un miembro relevante en el Frente hasta que fue expulsado, y ahora tenía relación con Suburbios Firm, una escisión de los ultras atléticos que mantiene estrecho contacto con peligrosos grupos de otros clubes. Ese grupo, al igual que Ultras Sur, es próximo a los neonazis de Hogar Social Madrid, con quienes comparte ideología y a quienes apoya en sus acciones.

Racionero llevaba tan solo cinco meses en libertad tras cumplir más de diez años de condena por diferentes delitos, entre ellos los robos con violencia y con arma blanca en diferentes establecimientos, sobre todo farmacias, según explicaron a fuentes policiales.

En la cárcel su mal comportamiento y los problemas generados con otros presos privaron a Racionero, que estaba sometido en prisión a tratamiento médico, de disfrutar de los permisos penitenciarios habituales en estos supuestos y le llevaron a cumplir la condena íntegra.

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