El club que promociona a sus jugadores para presidentes

El Bayern diseccionó por partes al Atlético en el partido de ida. Un 4-0 demoledor que premió la contundencia de los germanos y castigó severamente la nueva propuesta de Simeone, más reluciente en el juego de ataque en busca de Luis Suárez. Lo vieron desde el palco o desde su casa todos los exjugadores del Bayern Múnich que han dirigido el club desde diversos ámbitos.

Lo vio Franz Beckenbaue r, honorable veterano de 75 años que revolucionó las funciones del defensa en los años 70 por su elegancia y dominio del balón. Lejos de la escuela sudamericana, zagueros recios y sin contemplaciones, el germano ofició como sacerdote del buen trato a la pelota, la anticipación y la visión de juego. Catorce temporadas en el club le convirtieron en referente, aunque en su historial figura una declaración premonitoria del dopaje. Reconoció haberse hecho transfusiones de sangre para resistir mejor la carga de partidos. Fue presidente del Bayern durante quince años, de 1994 a 2009. Hoy es presidente honorario.

Esta combinación de estrella en el campo, directivo en los despachos y pasajero de algún escándalo se repite con Uli Hoennes , a quien Beckenbauer considera el «hombre más importante en la historia del club». Hoennes fue un delantero batallador, típico panzer alemán bien alimentado que no demostraba virtuosismo con la pelota en el pie. Hizo carrera en el Bayern con 239 partidos y 89 goles entre 1970 y 1978. Una vez se retiró en el Nuremberg a principios de los ochenta, inició su periplo como directivo del club bávaro como secretario técnico. Fue elegido presidente por los socios de la entidad en 2009 para sustituir a Beckenbauer.

Hoennes también cayó en el atajo del fraude. En 2014, y previa investigación, se declaró culpable de evasión fiscal y asumió una sentencia de tres años de cárcel. Conoció la prisión y a los dos años del escándalo, fue reelegido como presidente de la entidad, cargo que ha ocupado hasta noviembre del año pasado, cuando el antiguo CEO de Adidas, Herbert Hainer, lo sustituyó en votación de los socios.

Fútbol y escándalos

Karl Heinz Rummenigge fue uno de los mejores futbolistas de los ochenta. Dos veces Balón de Oro, 162 goles en diez años con el Bayern, era un extremo todo potencia con gran remate. Hoy, con 65 años, es el director general del club, guardián de las esencias. También con un episodio policial: en el aeropuerto le requisaron dos relojes valorados en 100.000 euros que no declaró , regalo de los jeques de Qatar. Fue multado con 300.000 euros.

Alemanes y previsores al fin y al cabo, Rummenige ya tiene fecha de caducidad como directivo. Se marchará en 2022 y lo reemplazará otro nombre fundamental en la historia del club, Oliver Kahn . El exportero de malas pulgas fue designado por Uli Hoennes en base a su carácter ganador y el conocimiento del club. «Fue capitán del Bayern. Ha ganado casi todos los títulos que se pueden ganar y siempre ha actuado con voluntad y disposición».

A esta institución se mide hoy el Atlético, brillante en la Liga, indeciso en la Champions. «Preparamos las dos competiciones por igual», proclama Simeone, que aún podría contar con Luis Suárez si hoy diese negativo en un análisis de Covid (ayer dio positivo de nuevo).