Atletismo
Asier Martínez: «Potenciaron lo de la bandera española para usarme como arma arrojadiza»
final de Diamond league
El atleta español del año en el año espléndido del atletismo español cierra la temporada en Zúrich y con ABC
Rey europeo de las vallas
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Iniciar sesiónUn tipo inteligente, culto, reflexivo. Es lo primero que transmite Asier Martínez (Pamplona, 22 años) en la conversación. Piensa lo que dice y se muestra afable, simpático. El flamante campeón de Europa de los 110 metros vallas está llamado a liderar el atletismo español en ... los próximos años. Ayer cerró su gloriosa temporada como único representante nacional (Jordán Díaz lo hizo como cubano) en la mítica 'Weltklasse' de Zúrich, la final de la Diamond League. Hizo 13.29, cuarto. Pero cree que la mejor marca aún no ha llegado. «Desde el punto de vista técnico mi mejor carrera todavía no se ha dado».
¿Se plantea mejorar su récord personal, los 13.14 de Múnich?
Sí. Esa es mi idea. Porque pienso que, desde el punto de vista técnico, aún no he corrido la carrera perfecta. Creo que puedo mejorar marca. Me gustaría mucho.
Un año largo ¿verdad?
Sí. Se me hace duro entrenar ya.
Bronce en los Mundiales de Oregon y oro en los Europeos de Múnich. ¿Con cuál se queda?
Objetivamente, la medalla de Oregon es mejor, tiene más valor porque eran unos Mundiales. Sin embargo, a nivel personal, a nivel sentimental, Múnich fue más importante para mí por dos razones: gané al francés Martinot, que era mi ídolo, y además lo disfruté mucho porque estaba rodeado de mis amigos y mi familia.
¿Sintió la presión de ser favorito en Múnich?
Sí. Estaba muy nervioso y noté que eso podía ser negativo, me podía pasar factura. Lo pasé mal antes de competir, no dormía, no tenía apetito, me costaba comer. Vomité varias veces.
¿Le servirá como como experiencia para futuros campeonatos?
Claro. Eso va a ser muy importante a nivel psicológico en el futuro. Me ayudará a superarlo. La experiencia es clave.
Una milésima de segundo, un centímetro de diferencia, la diferencia entre el oro y la plata.
Sí, pero Martinot dijo que él ganó una vez por cuatro milésimas, también en el Europeo. Esto es así. Ya me tocará, quizá, que un día me ganen a mí por una milésima.
Al cruzar la meta ¿usted pensó que había ganado?
No. Creía que había ganado él. Porque las cámaras enfocaban al francés.
A usted la pandemia no le sentó nada mal.
Es verdad. Para mí fue un punto de inflexión. Me hizo pensar y caí en la cuenta de que el atletismo era mi verdadera pasión. Me di cuenta de pronto. Y aposté por intentarlo con todas mis fuerzas, perseguir mi mejor rendimiento.
¿Qué cualidad técnica destacaría en usted?
La batida. En mi apoyo previo a la valla busco la profundidad, nunca busco bajar al suelo con rapidez después de pasar la valla, que es algo que otros buscan. Yo me he fijado siempre más en la escuela francesa.
Quizá debe mejorar los primeros metros de la prueba…
Sin duda. En general, tengo que mejorar en las primeras vallas. Esto lo tengo que trabajar.
A ver si al mejorar la primera mitad de la prueba va a perjudicar la segunda.
Pues podría suceder también. Habrá que verlo.
Me acuerdo de aquellos duelos míticos entre Moracho y su gran arrancada frente a Sala, con su gran final.
Sí, en ese sentido, yo soy Carlos Sala.
¿Qué vallistas admira?
Aparte de Martinot, al americano Merritt, el plusmarquista mundial. Me atrae mucho su elegancia, su respeto a la valla, la forma tan bonita que tenía de pasarla. Fue un atleta estratosférico y creo que tardarán en quitarle el récord.. Tardarán.
El nivel en España ha subido mucho. ¿Se puede hablar de una escuela española de vallas?
Se podría empezar a hablar. Habría que ver si tenemos algún modelo técnico en común. Hay un gran nivel con Llopis, con la vuelta de Orlando Ortega… y vienen vallistas muy jóvenes, de mucho nivel.
¿Qué destaca de su entrenador, Beoryngian?
Su cercanía, su rato, sus valores. A nivel técnico, su perfeccionismo, es exigente. Está convencido de que siempre se puede mejorar.
¿Cree que algún día se llegarán a dar dos pasos entre vallas?
Buah! Qué locura sería eso! No lo veo posible. Aunque hace diez años nadie daba siete pasos hasta la primera valla y ahora todos. No sé.
¿Se harían mejores cronos si se separaran las vallas?
Por supuesto. Sobre todo por las últimas vallas, que es cuando vamos ya lanzados. El que más mejoraría es Holloway.
En Navarra se reclama una pista cubierta. ¿Cómo está la cosa?
Esto es urgente. Todos entrenaríamos mejor. Y los responsables políticos han de reaccionar. Lo triste es que se nos ha ridiculizado un poco. Esto cayó en la cultura del meme.
¿Y fuera de las vallas en qué atleta se ha fijado?
Usain Bolt. Por supuesto. Nadie puede no admirarlo.
¿Y de otros deportes?
Admiro muchísimo a los boxeadores. Me gusta mucho el boxeo, es un deporte muy, muy duro, muy sacrificado. Admiro mucho al navarro David Soria, cómo vive el aspecto crudo del boxeo, cómo compagina su vida, el deporte, la familia. Y me gustan los grandes boxeadores, Mayweather, Lomachenko…
¿Cómo ve al atletismo español?
Mejor que nunca. Porque no es sólo la esfera alta la que brilla, es un atletismo con profundidad, que funciona muy bien a nivel local y en categorías menores. Tenemos el mejor balance de la historia.
Cada vez más descentralizado, ¿no?
Sí. Esto tenemos que valorarlo, tienen que analizarlo en la federación y en el CSD. Ya no es el atletismo de los CAR, de Madrid y Barcelona. Se sale de guetos y se acerca la élite a otras zonas en las que se trabaja muy bien.
Usted fue muy crítico cuando se dejó fuera a atletas con derecho a ser seleccionados para Múnich.
Sí. Yo los habría llevado. Ahí hubo una herida abierta. Pienso que en estos debates los atletas deberíamos opinar. Y por desgracia esta indignación que hubo perdió peso en los medios, pasó como a un segundo plano. Hoy en día todo es efímero, fugaz.
¿Hubo mejor ambiente en la selección en Oregon que en Múnich?
Sí. Eramos menos y estábamos con mucha relación, muy metidos en el grupo.
¿Qué aficiones tiene usted?
Lo primero, estar con mis amigos, con la gente a la que quiero. Y me gustan mucho las películas de gángsters, de mafia, los clásicos.
¿Un libro?
Difícil recomendar uno. Leo ensayos políticos. Me ha gustado mucho uno sobre las bandas juveniles en Honduras y Sudamérica en general.
Tiene usted un perfil solidario.
Es que no podemos ser ajenos a la realidad que vive ahora cualquier chaval de 20 años… es imposible no tener una lectura política.
Entrando en política ¿le sorprendió la polémica por no haber desplegado la bandera de España tras ganar en Múnich?
No me sorprendió. Esto se ha utilizado, y hablo de los dos polos del Parlamento. Desde ciertos sectores lo potenciaron para utilizarme como arma arrojadiza. Y yo no he sido partícipe de esto.
¿Cuida usted su alimentación?
Mucho. Y por suerte no tengo una dieta muy limitante. Tengo prohibidas las frituras, las croquetas, untar pan en las salsas… ¡esto sí que lo echo de menos! Pero no paso hambre. Yo como hasta reventar porque disfruto comiendo. Me encantan los chipirones en su tinta, mi plato favorito.
Se han retado en 100 metros el pertiguista Duplantis y la velocista Fraser-Pryce. ¿Quién ganará?
Duplantis, seguro.
¿Y usted?
Yo les ganaría a los dos. ¡Con mi 100 habría sorpresas!
Mañana, ¡vacaciones!
¡Sí! Vamos a ir a Cataluña, a la costa. Con muchas ganas.
Y este invierno los Europeos de Estambul.
Sí. Pero la pista cubierta nos la tomamos como un medio, una simple preparación.
Al final el vallista Allen no ha sido elegido para la temporada de fútbol americano.
Esto podía pasar. Era muy complicado este cambio de deporte. Volverá a las vallas.
Salma Paralluelo ha abandonado el atletismo. ¿Cómo lo ve?
Pues que hemos perdido una gran atleta y eso da pena. Pero esta decisión iba a tener que tomarla en algún momento.
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Me pregunto qué queda de aquel Asier, saltador de altura que se elevó por encima de 2,04 cuando tenía 17 años…
No sé. Quizá la elegancia, la flexibilidad que requiere esa prueba. Y algo muy importante: el salto de altura te enseña una manera especial de llevar la presión. Eso te lo enseña el tercer intento, cuando te juegas todo.
¿Sería capaz ahora mismo de saltar ese 2,04?
Por ahí andaría, aunque sin entrenarlo, costaría.
¿Ha pensado en hacer decatlón?
No, nunca.
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