Ana Peleteiro regresa a lo grande: bronce mundial en triple salto

Por lo general los atletas odian madrugar y la gallega tuvo que hacerlo para lograr su medalla, muy necesitada en la selección española después de los dramas de María Vicente y Asier Martínez. A las 7.20 ya estaba preparada en el vestíbulo del Clayton Hotel para iniciar la jornada. Llegó al Emirates Arena una hora y 20 minutos antes del inicio de la prueba, muy concentrada, ensimismada. Desplegó un calentamiento meticuloso, largo, concienzudo, siempre bajo la atenta mirada de Iván Pedroso, su técnico, nombre sagrado del salto de longitud, muy serio siempre, como si fuera a competir él mismo.

Peleteiro hizo un primer salto deslavazado, mirando de reojo el marcador y cayendo de pie. 13,93. Poca cosa para ella. Poco después, en la segunda ronda de saltos, Thea Lafond, representante de Dominica, una isla caribeña de 70.000 habitantes, mató la prueba. Voló hasta 15,01 y ya no saltó mas.

En el segundo salto Peleteiro ya entró en competición. Alcanzó la tabla con más velocidad y se fue hasta 14,67, un salto que le otorgaba provisionalmente la medalla de plata... hasta que despertó la cubana Leyanis Pérez, la que llegaba a Glasgow como líder mundial y registró 14,90 en la cuarta ronda.

El quinto salto fue el mejor de Peleteiro, que une ahora el apellido de su marido Compaoré en su dorsal de competición. La plusmarquista nacional protagonizó un salto magnífico. Velocidad elevada, un segundo impulso prodigioso, mucho equilibrio, excelente acompañamiento de los brazos y buena técnica de caída. 14,75 metros. El segundo mejor salto de toda su vida. La medalla de bronce era suya. España sube al medallero por fin en Glasgow. Y respira.