Volviendo el mejor Betis, la vida puede ser maravillosa
Aun sin Fekir, Canales y Borja, nos reencontramos con la magia de la mejor versión bética de la temporada, y nada podía venir mejor para encarar como motos lo que queda de temporada; entusiasmado estoy
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Iniciar sesiónHace nada, como quien dice, el serbio Darko Brasanac militaba en el Betis , y no era de lo peor de aquel equipo. No perdamos de vista el dato, sin desmerecer al hoy centrocampista osasunista y guardándole el respeto que merece como profesional. A ... veces son crueles las claves que nos sirven como testigos de la dimensión de un cambio, pero no por ello dejan de serlo, esta es la verdad. ¿Cuánto jugaría Brasanac en el Betis actual? Pues poco, muy poco. Seguramente su participación sería testimonial. Cuesta mucho trabajo creer que el ex del Partizán de Belgrado, un futbolista esforzado y honrado en su rendimiento, pudiera tener algún protagonismo en el desempeño del bloque de Manuel Pellegrini. Sin embargo, en su temporada de verdiblanco, la 2016-2017, Darko Brasanac disputó 25 de los 38 partidos del Campeonato liguero, al término del cual el cuadro heliopolitano quedó clasificado en la decimoquinta posición con 39 puntos, ocho más que el Sporting, que bajó a Segunda división. Fue aquella una campaña dura y que recordamos fácilmente por los cambios en el banquillo, que fue ocupado por Gustavo Poyet primero, Víctor Sánchez del Amo después y Alexis Trujillo al final del ejercicio. No ha pasado tanto tiempo de todo esto, apenas cinco años, pero las cosas han cambiado mucho. A la vista está. A veces conviene mirar atrás para valorar lo que disfrutamos hoy. Y en cualquier caso, nunca hay que olvidar de dónde venimos.
Sin las tres referencias
En esto pensaba en los últimos momentos del partido de esta jornada treinta de la Liga, en el que nos reencontramos con el fútbol que perdimos de vista en verde y blanco hace un mes y medio. El Betis recibió al Osasuna con las bajas de Sergio Canales, Nabil Fekir y Borja Iglesias, esto es con la capacidad ofensiva realmente mermada y disminuida, pero tardamos muy poco en comprobar que, a pesar de todo eso, el equipo de Pellegrini era diferente del que llegó al parón liguero con las fuerzas justitas y pidiendo oxígeno. A los profesionales les cuesta horrores reconocer que su equipo no anda bien, que está cansado o que acusa mentalmente la saturación de partidos y la exigencia del calendario, no sé muy bien por qué razón, pero era una evidencia que el Betis había perdido frescura y que con ello había bajado su rendimiento en los últimos partidos. Había sido descabalgado del podio de la clasificación liguera y eliminado, de manera muy dolorosa, de la competición europea. Y no porque tuviera mala suerte, ni porque los árbitros tuvieran una influencia en tales acontecimientos, sino porque se perdió fuelle, se apagó la creatividad en el juego que había deslumbrado a todo el país y el equipo dejó de crear tantas ocasiones como venía generando antes y, por supuesto, de marcar los goles de cuatro en cuatro, como hizo de seguido anteriormente. Nunca se sabe cómo le va a sentar un descanso a cualquier equipo, yendo bien o yendo mal, pero la gran esperanza de los béticos era que este hueco que dejaba la competición para los partidos de las selecciones nacionales permitiera a los suyos tomar aire y recuperar energía. Y no sé lo que nos van a deparar los próximos encuentros, pero lo que vimos en la vuelta a la Liga fue lo que queríamos todos: otra vez el juego de ataque persistente e inteligente, la combinación, la velocidad y los goles. Otra vez marcó el Betis cuatro, como hizo de forma sistemática semanas atrás. Y en esto volvió a tener un rol principal el añorado Juanmi, que después de auparse como el primer goleador nacional del Campeonato llevaba diez partidos sin marcar y en este choque con el equipo navarro no sólo volvió a hacerlo, sino que dobló dianas e intervino en los otros dos tantos que hizo su equipo, que dicho sea de paso, fueron obras primorosas de un William Carvalho que estuvo enorme todo el tiempo y del reaparecido Álex Moreno, con el que volvió la profundidad mortal al costado izquierdo del ataque bético. El lateral catalán, por cierto, se aleja cada vez más del que vimos en un primer tiempo con la camiseta albiverde recién llegado del Rayo, inseguro y fallón, y crece en cada compromiso de una forma sorprendente, reivindicándose con genio y fuerza y mereciendo, sin duda, una llamada del seleccionador nacional porque el esfuerzo que ha realizado para equilibrar las prestaciones de su juego, cerrando cada vez mejor en defensa al tiempo que ha ido perfeccionando su aportación ofensiva, tendría que obtener esa recompensa justa.
Otra vez la mejor versión
Todo esto quiere decir que el Betis, a pesar de las ausencias mencionadas, volvió a ser el que estábamos echando de menos desde hace tiempo. Guido y Carvalho se hicieron titanes en el eje del equipo, Joaquín se encargó de poner la magia que pensábamos que faltaría y Juanmi hizo el resto. El momento crítico de cada encuentro llegó, por supuesto. Fue con el tanto osasunista y los minutos de presión del cuadro de Arrasate que siguieron a ese gol de Budimir, pero pasó lo que en tantos partidos de la temporada, que la inseguridad defensiva bética fue compensada con su caudal ofensivo, que sabemos que es inmenso cuando el equipo se encuentra fuerte y a gusto, como fue el caso.
Ya no somos el único equipo español vivo en tres competiciones, vale, pero es muy probable, visto lo visto, que haber caído en una de ellas le permita al Betis ser mejor y mucho más competitivo en las otras dos. Esto, al menos, es lo que cabe interpretar de todo lo que hemos visto en los dos últimos meses de esta temporada estupenda y divertidísima que ojalá tenga un final feliz, redondo e inolvidable, porque es lo que merecen tanto el equipo como la afición. Viendo el ritmo y la clarividencia del conjunto de Pellegrini ante Osasuna hay que pensar que la mejor versión del Betis ha vuelto y esto es ahora mismo lo único importante porque siendo así, todo es posible.
Quedan nueve partidos. Ocho de Liga y la final de Copa. Volverán los que han estado ausentes en este duelo con Osasuna y el calendario va a permitir la recuperación de fuerzas después de cada cita, respirar y tomar el oxígeno necesario, por lo que es razonable confiar en ver en este tramo al Real Betis en su mejor expresión. Y siendo así todo es posible. Estamos en la recta final del Campeonato y para afrontarla de la mejor manera nada podía venir mejor que volver con una victoria tan holgada y espectacular como la firmada ante Osasuna de Pamplona. Porque siendo otra vez el mejor Betis la vida puede ser maravillosa, como decía el añorado Andrés Montes, y no hay miedo a nada ni a nadie. A por ello y a por ellos.
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