¿Éxito? ¿Qué éxito?

Sólo hay que escuchar con la debida atención las primeras respuestas de Cordón a las preguntas formuladas para comprender que es un hombre de empresa. De fútbol ante todo, por supuesto, pero también de empresa. Es decir, su discurso se inserta perfectamente en la misión del club que le paga, en este caso el Real Betis Balompié , de modo que se percibe con claridad y en cada momento que él se considera parte de un todo que está muy por encima de cualquier interés particular. El tono pausado de Cordón , la coherencia de su mensaje y la simetría de sus contestaciones le definen como un servidor y no como un protagonista, y esto me parece trascendental porque no es habitual encontrar en el fútbol este perfil profesional tan equilibrado. En este mundo tan competitivo y en el que uno jamás sabe qué le va a deparar el futuro más cercano , el dominio del ego sobre el mensaje, en mayor o en menor medida, suele ser factor común en quienes tratan de sobrevivir en esta industria, siempre tan compleja y tan descarnada, pero en este caso no se huele la vanidad en las palabras de Cordón, ni hay en su discurso reivindicaciones, aunque sean mínimas o veladas . Estamos ante un tipo curtido, con una visión holística del negocio y que asume perfectamente su rol en un organigrama , un rol que es muy importante pero que es uno entre muchos y desde el cual tiene que aportar al conjunto de la organización el valor de su conocimiento, de sus habilidades y de su experiencia para colaborar en la medida que de él se espera al buen funcionamiento general de las operaciones deportivas de la empresa, que al final son la actividad principal de la misma. Y es importante destacar que él, Antonio Cordón , tiene presente en todo momento que para que esa aportación suya sea la que el club necesita es esencial que quienes trabajan a su alrededor, por encima y por debajo, igualmente cumplan en lo suyo con la misma profesionalidad y eficiencia. En resumidas cuentas, el extremeño es un hombre de fútbol, es un hombre de empresa y es un hombre de equipo.

Bien está, para empezar, saber que quien tiene una misión tan importante en la entidad bética es, sobre todo, un trabajador, un hombre que busca rendimientos , y no réditos individuales. No busca portadas, no busca laureles . Su obsesión por el trabajo discreto le vuelve a calificar. Y todo lo comentado se refleja en cómo reparte los méritos, dejando para su negociado lo justito. Ni un callo pisa, que no es fácil en esto. ¿No encaja a la perfección este perfil con el que ya vamos conociendo de Manuel Pellegrini? A mí me parece que sí, que ambos ven el fútbol contemporáneo con los mismos ojos y desde similar perspectiva . Que comparten además gustos, y también una manera de trabajar, con orden a su alrededor y sin estridencias. Escuchándoles a los dos, sin conocerles, parecería que Manuel y Antonio, Antonio y Manuel, son guante y mano, mano y guante . Y he aquí la segunda conclusión que obtengo de lo leído y de lo oído, de uno antes y ahora del otro.

Hay respuestas de Antonio Cordón en esta entrevista oportunísima, de parón liguero y de puente del Pilar, que encierran mucha filosofía de vida y de trabajo. Y a la inversa. Entre ellas, me parece por ejemplo muy destacable la que se refiere al eterno rival . Ya sabemos que ese es un terreno resbaladizo que muchos aprovechan para hacer lo que podríamos llamar «populismo futbolístico» , aparentemente facilón pero luego no tanto. Y Cordón sale airoso del reto, en mi opinión, respondiendo sin apasionamiento alguno, con realismo , con respeto y sobre todo con una naturalidad inusual en estos contextos para llamar a las cosas por su nombre. Es una contestación súper profesional que sirve, como alguna otra, para ir entendiendo a paso ligero cómo es el director técnico del Betis.

Una entrevista puede servir mucho o poco para conocer a un personaje. Al final, como se suele decir, «eres lo que haces y no lo que dices» , y a Cordón, como a todos, se le valorará en el tiempo por sus acciones, o por sus decisiones , no por lo que diga aquí o allá. Pero a mí esta charla me ha descubierto un perfil muy interesante y una cabeza muy coherente. Es muy difícil mantener un discurso armónico todo el tiempo, sin desafinar en algún punto de la partitura, y Antonio Cordón lo consigue. Sólo hay una reflexión en la que se deja llevar por el factor externo: «Está claro que el éxito del Betis se debe en una gran parte a Manuel (Pellegrini). El noventa por ciento del éxito del Betis a día de hoy es de Manuel y después, los que estamos alrededor tratamos de ayudar para que tenga el mejor ambiente posible, la mayor calidad de trabajo posible y exigencia para que le saque el mayor rendimiento posible al equipo». Son palabras congruentes con todas las demás y con el perfil dibujado por la entrevista de principio a fin, pero habla, dos veces, de «éxito», y esto no termina de encajar al milímetro en el mensaje de un hombre tan comedido, que habla sólo del siguiente partido y de ganar a corto plazo para triunfar a largo. Como el célebre LP de Supertramp, «Crisis? What crisis?» , habría que preguntarse aquí: ¿Éxito? ¿Qué éxito? . Porque el Betis va bien, e ilusiona, pero no ha ganado nada . Cierto es que el año pasado mejoró lo realizado la campaña anterior, hasta clasificarse para la Europa League , y que esta temporada mantiene el nivel futbolístico, si es que no lo ha mejorado, pero la realidad es que ocupa el décimo puesto en la tabla clasificatoria tras ocho partidos, con doce puntos en el zurrón –el cincuenta por ciento de los que ha disputado– y con el Villarreal a uno con un partido menos. Que no está mal, no nos pongamos exquisitos, pero tampoco es para tirar cohetes a estas alturas de la película. Luego hablar de «éxito» no parece propio de un hombre que se expresa con cautela , sabedor de lo traicionero que es el vaivén del fútbol, sino más bien un efecto contagio de un entorno en el que es posible que se respire un aire un poco contaminado por ese elemento que puede ser muy tóxico si se descontrola : la euforia .

Que no nos confunda una trayectoria satisfactoria y que nos invita a ser optimistas . Esto no ha hecho más que empezar e igual que la temporada puede rodar bien, se puede torcer en cualquier momento. No nos puede traicionar el subconsciente ni en un detalle, aunque es asunto tan difícil este que hasta el muy cabal Antonio Cordón se despista mínimamente. Ilusión, toda. Éxito, todavía, ninguno. Objetivo: ganar al Alavés el próximo lunes a partir de las siete de la tarde. El azúcar, mientras tanto, para el café.