Betis
Siguiente nivel: eres el rival a batir
«Mal que les pese a otros, qué se le va a hacer, el Betis por aquí mola mucho entre gente de todos los colores, por diferencial y auténtico»
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Iniciar sesiónSoy un sevillano en Madrid. Pronto voy a cumplir diez años viviendo en la capital. El tiempo corre, y tengo la sensación de que cada vez más rápido, maldita sea. Desde aquí la perspectiva del fútbol es diferente. Todo se ve desde otro ángulo y ... esto, creo, es enriquecedor. Comprender otras mentalidades y otras razones termina siendo una ventaja a la hora de analizar la misma realidad. El caso es que llevo diez años conociendo gente de todas partes de España, y del mundo, que más pronto que tarde me pregunta si soy del Betis o del Sevilla. Nuestra rivalidad les resulta divertida a todos, españoles y extranjeros, y palparla les regocija. Del mismo modo, mi beticismo suele agradarles, es muy fácil percibirlo. Lo evidencian. En este tiempo sólo una persona me ha confesado antipatía hacia la cosa bética y era porque su padre, que había vivido a la sombra de la Giralda por unos años, se proclamaba sevillista. No entraré en más detalles, pero es como si hubiera un componente folclórico en todo esto. Hay mucho mito alrededor del Betis y de su idiosincrasia, una singularidad que se aprecia con curiosidad y complacencia, y que en muchos casos incluso resulta fascinante.
Seguir molando, pero menos
El Betis mola. Mal que les pese a otros, qué se le va a hacer, el Betis por aquí mola mucho entre gente de todos los colores, por diferencial y auténtico. En los últimos días, sin embargo, ya ha habido atléticos y culés que me han dicho que les divierte muchísimo ver los partidos del Betis de Pellegrini… pero que ya vale de ganar, que empezamos a ser una amenaza y que esto ya no mola tanto. Que como siga así un poco más, el Betis va a pasar de ser guay a ser una mosca cojonera. No les voy a contar lo que me dicen los numerosos seguidores de la Real Sociedad que tengo cerca, estupendos todos, por cierto. Aprecian el fútbol ofensivo, y más si es vistoso, así que por una parte disfrutan con los partidos de este Betis de Fekir y Canales, lo admiten con toda seriedad, pero por otra andan más que ofuscados porque varios de sus ex viven una segunda juventud vestidos de verde y blanco —ahí están Juanmi, Willian José, Bravo y el propio Canales— y, encima, con ellos a bordo nos hemos cruzado en todas sus expectativas. Se lamentan del emparejamiento copero repitiendo como un mantra que el Betis siempre echa a la Real de todas partes, y a mí esto me reconforta, qué quieren que les diga, porque tampoco me gustó en absoluto este caprichoso designio copero por el que tendremos que enfrentarnos con los blanquiazules de Imanol dentro de nueve días, pero al mismo tiempo me irrita mucho porque en fútbol basta rescatar una estadística favorable para que estalle y se rompa en mil pedazos en cuanto haya oportunidad. Que da mal fario eso de que el Betis ha eliminado a la Real en cinco de sus seis enfrentamientos copero, vaya.
Jugar cartas nuevas
Creo que el Betis está en el momento más importante de esta temporada. Se ha consolidado en el tercer puesto de la tabla clasificatoria en el final de la primera vuelta de la Liga y en el comienzo de la segunda, y lo ha hecho jugando bien, marcando muchos goles y enseñando la matrícula a equipos que estaban llamados a figurar en estas posiciones altas, como la Real, el Barça, el Atlético o el Villarreal. Fuera ya de bromas, esto ya no mola. Una cosa es ser el equipo revelación de la competición y otra instalarse en el sillón de papá y poner los pies encima de la mesita. Cuidado porque ahora van a empezar a llegar las curvas, y para salir bien parado de lo que viene, el conjunto del «Ingeniero» Pellegrini va a tener que jugar cartas nuevas. No hacer otro fútbol, no, sino que tendrá que poner a prueba otras cualidades que no sabemos hasta qué punto son sólidas. Llega la hora, queridos amigos, de la fortaleza mental. De saber navegar entre diversas operaciones de desestabilización, de concentrarse tanto o más que los rivales, de mantener la calma y la paciencia ante los cerrojazos, y la frialdad ante las provocaciones… Les garantizo que en Zubieta ha caído muy mal el emparejamiento de la Real con el Betis en los cuartos de final de la Copa, y que el partido liguero empatado con el Getafe se ha jugado con el equipo bético muy presente en la cabeza de aficionados y profesionales de la parte donostiarra. Imanol está trabajando ya a tope la mentalización de sus futbolistas para lograr de ellos el cien por cien en el choque del próximo día 3 en el Reala Arena. Ahí el cuadro txuri-urdiñ va a ser el mejor posible, no tengan ninguna duda, y para superar este test, con la grada completamente volcada con su equipo, la gente de Pellegrini va a tener que estar igualmente al máximo de sus posibilidades.
Esto es lo que queda
Esto, no obstante, es lo que le va a esperar al Betis de aquí en adelante. Ya no es casualidad su posición en la Liga, porque se asienta sobre la terrorífica realidad, para los demás, de ser el equipo más goleador de la Liga tras el todopoderoso Real Madrid. Es diferente estar arriba porque defiendes muy bien que porque en ataque eres letal. El que no encaja goles infunde respeto, pero el que marca muchos goles da miedo, y el Betis no es que ya no pueda jugar la baza del factor sorpresa, sino que estará obligado en esta segunda mitad de la temporada a manejar alternativas con las que poder superar el concienzudo conocimiento que de sus virtudes y sus defectos van a empezar a exhibir todos los entrenadores contrarios.
Ya sabemos que el éxito se construye despacio y con mucho sudor, así en el fútbol como en la vida, y que el fracaso no necesita de tanto para hacerse fuerte. Todo lo que se gana en muchos partidos se pierde en un suspiro, a veces con una sola derrota que sigue a un montón de triunfos, y esto es lo que los muchachos de Pellegrini han de interiorizar: que no se puede morir en la orilla. Que si la Real va a jugar la próxima eliminatoria copera a tope de revoluciones y con la ventaja notable de contar con el ambiente a su favor, el Betis tiene que hacerlo con una motivación aún mayor, con toda la intensidad desde el minuto uno del partido y con la concentración necesaria para no errar, ni en defensa ni en ataque, y para tratar de golpear primero para abrir una brecha sobre la que percutir con el pico hasta reventar la piedra.
Redoblar la capacidad de sufrir
En la retransmisión de televisión del espectacular partido del pasado viernes, con el Español, los comentaristas destacaron las fortalezas admirables del equipo bético y los méritos contraídos, y sin solución de continuidad pusieron el duda la capacidad del bloque de Pellegrini para resistir. «Queda mucho y está por ver que pueda aguantar este ritmo». Insinuación de que se quedará en flor de un día. ¿Será verdad? ¿Pasará así? Todas las fuerzas de esta Liga van a intentar que así sea, que no lo dude nadie. Hay que hacer hueco a otros en la clasificación para la siguiente Champions y por eso ahora hay que redoblar la capacidad de sufrir para mantener el nivel. Llega la hora de ver de qué pasta está hecho este equipo y hay que ayudarle en lo posible. Hay que olvidar todo lo que sea ya ruido para prestar aliento y confianza. La de Donosti va a ser, para mí, la primera gran final de este año. Ahí ya no cabrá el despiste. Porque es hora de demostrar que no sólo hay calidad para llegar a colocarse arriba sino que también hay personalidad para mantenerse ahí siendo ya el rival a batir todos los días. Es hora de dar otro paso adelante porque la oportunidad de hacer algo grande está. Esto, amigos, se va a poner emocionante y tengo fe plena en mi equipo. ¡Adelante!
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