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Betis

Cuando no te dejan competir para ganar

«Me gusta que las derrotas se justifiquen y no que se excusen, pero a veces sucede lo que padeció el Betis en Vallecas: que impunemente no te dejan competir en igualdad de condiciones con el rival»

Gerardo Torres

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En otras ocasiones he escrito que no me gusta que las derrotas se excusen y también que creo que los clubes harían muy bien si trabajaran la comunicación de sus dirigentes, técnicos y futbolistas, porque hablar en público, delante de los micrófonos o de las ... cámaras, infunde un respeto enorme e incluso pánico, de manera que muchas personas lo pasan tan mal y se sienten tan inseguras en tales situaciones que no pueden concentrarse y tienden a decir lo primero que se les viene a la cabeza para pasar el mal trago lo antes posible, sin reflexionar lo suficiente y sin darle la forma adecuada a su mensaje. Esto ha dado lugar a un sinfín de polémicas y de situaciones comprometidas en el fútbol y se puede decir que las declaraciones de los protagonistas son, en muchas ocasiones, una de las salsas que acompañan a la competición y que aportan color y picante al tercer tiempo de cada partido, que en este caso no es el copeo que comparten los jugadores que se acaban de enfrentar, como ocurre en el rugby, sino el debate que sigue al juego en las oficinas, en los bares, en los taxis, en los medios de comunicación, en la calle y en las casas. En todas las tertulias, vaya. Les vendría muy bien a los propios clubes, y creo que también a todo el fútbol y a las personas —esto es a los dirigentes, a los técnicos y a los futbolistas— aprender a tener el control de la situación cuando hablan en público para así expresarse con corrección, con sentido, con precisión y sin dar lugar a malentendidos, pero también para ser empáticos a la hora de valorar las cosas. Creo que, en general, a los aficionados nos gusta mucho más que las derrotas se justifiquen, es decir que los protagonistas nos expliquen por qué creen que han perdido con un criterio profesional y sereno, a que se excusen, esto es diciéndole a la gente lo que quiere oír, o lo que uno cree que quiere oír, o bien buscando razones que minimicen la responsabilidad propia en la zozobra. Prefiero a los técnicos y a los entrenadores que asumen sus culpas, signo de seriedad, madurez y fiabilidad, que a los que tienen siempre a mano un burladero tras el que parapetarse. Mejor los que hacen que las cosas pasen que los que cuentan que la cosas les pasan.

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