Ultimátum del United a Antony
El club inglés le exige al extremo que acepte esta semana, antes del inicio de la Premier, alguna de las ofertas de traspaso que tiene con la amenaza de dejarle en la grada hasta enero
En el Betis quieren seguir aguantando hasta el final de mercado para conseguir una cesión con opción u obligación de compra por un porcentaje del pase del extremo
«Si Antony no ha firmado con otro club, seguimos teniendo opciones»
Antony, en Manchester
El Manchester United no quiere que Antony aguante hasta el final de mercado en su presión para irse al Betis. Los ingleses conocen la estrategia verdiblanca y buscan impedirla presionando a su futbolista para que tome ya una decisión. Tienen en Old ... Trafford ofertas que consideran económicamente válidas para poder traspasar a Antony o al menos no quieren que el mercado interprete que sólo está abocado a un destino mientras que desde el Heliópolis sólo se reclama una cesión pura aunque se valoraría una opción de compra. Y se guarda hasta el final la carta de la adquisición de un porcentaje para el año próximo, algo que computaría ya en el límite actual y que habría que calcular. Las partes no tienen un diálogo fluido y la actitud de Antony ha enojado en buena medida a los responsables del United de forma que le han planteado un ultimátum: o acepta antes del inicio de la Premier League esta semana una de las ofertas de alrededor de 30-40 millones para su venta a otro club o se quedará hasta enero en la grada con la consecuencia casi segura de perderse el Mundial de 2026. El brasileño tiene contrato hasta 2027 y para que se articule un préstamo tendría que renovar, con lo que ello complica aún más toda la solución pendiente.
Antony y el Betis consideran que cada día que pasa sin que haya una solución es beneficioso para sus intereses dado que el escenario ideal es que el brasileño siga apartado de los planes del United y se convierta en un elemento incómodo en los días finales del mercado, cuando todo se ajusta por necesidades económicas y deportivas. En Heliópolis quieren andar con mimo sobre este asunto para no enojar al club inglés (de ahí las palabras de ayer de Haro y Fajardo) pero la realidad que se marca es esa en estas posiciones de negociadores. La única opción verdiblanca para hacerse con el extremo es llegar a esas jornadas con Antony aún disponible y plantearle al United una cesión en determinadas condiciones, con las citadas opción u obligación de compra en caso de que se cumplan objetivos deportivos y siempre ejecutables al final de la temporada 2025-26 y no por el total de su propiedad sino por un porcentaje, considerando que se espera que Antony se revalorice en un año completo en Heliópolis y con la perspectiva citada del Mundial, de cara a compartir ambos clubes esta mejora de su precio en el mercado.
Sin embargo, el United sabe que en hoy en día encuentra escenarios más favorables a sus intereses que este acuerdo con el Betis dado que clubes turcos y de Arabia Saudí han garantizado que puedan los ingleses recuperar al menos casi la mitad de la inversión realizada en su momento para incorporar a Antony (95 millones de euros en el verano de 2022). Es lo que quieren en Old Trafford con el brasileño y con Garnacho, cuyas situaciones se trata de forma diferente que la de Rashford, que sí ha salido cedido dado que es un futbolista que puede tener contexto futuro Premier. Antony ya ha dejado claro que no quiere seguir jugando en Inglaterra y eso condiciona su valor. La debilidad del United es que sólo equipos de Turquía y Arabia se han posicionado claramente por Antony y es que los de otras ligas europeas no han avanzado viendo que el acuerdo con el futbolista es inviable ante su determinación de sólo volver al Betis.
La resistencia del futbolista es lo que está a prueba ahora con este ultimátum del United, que es muy serio. No tiene problemas económicos el club inglés para sostener el pulso con el zurdo y tampoco quieren mostrar debilidad ante la postura del jugador y su deseo de regresar al Betis, dado que el mercado tomaría nota de este movimiento y se trataría de aprovechar de esta circunstancia en otras operaciones como las de Sancho, Malacia o Garnacho. Antony ha mostrado por activa y por pasiva, de palabra y de obra, su deseo de continuar en el Betis. Sus guiños con la ropa de entrenamiento verdiblanca durante sus vacaciones y su clara postura en las oficinas del United le han puesto ahora en esta difícil tesitura, con el Betis en contacto directo con sus agentes pendiente de lo que vaya a suceder.
Y es que entre los representantes de Antony también hay cierto debate dado que consideran que si el futuro del jugador está en el Betis ha de garantizarse un contrato de mayor enjundia si se queda en propiedad en Heliópolis, algo que en el club verdiblanco no pueden sostener con el límite autoimpuesto para contener el gasto salarial. El esfuerzo de Antony ha de ser doble y eso tampoco ayuda a que la solución sea inmediata. Sigue habiendo mucho por resolver en este sentido y ahora se espera la reacción de Antony a este ultimátum que tiene caducidad pronta, dado que esta semana comienza la competición.
En la presentación de Deossa tanto Haro como Fajardo hablaron del asunto Antony con mayor claridad que en ocasiones anteriores pero también con la prudencia que requiere un asunto de esta magnitud. Y más tras la lesión de Isco. El presidente verdiblanco señalaba que «estamos trabajando en ello desde principios del mercado. Es una operación complicada, siempre lo he dicho. Tiene que entrar dentro de nuestro límite económico y nuestro parecer de lo que es una plantilla equilibrada. Si entra, haremos la operación. El United también tiene mucho que decir. Estoy igual que estaba. Es una operación complicada. Soy optimista con la predisposición de Betis y Antony, pero no sé cuál será la posición final del Manchester United». Mientras, Fajardo consideraba que «la voluntad de ambas partes es que pueda estar aquí la presente temporada. Cada día que pasa nos permite soñar, pero como hemos dicho, si está aquí es porque entra en los números. Lo más importante es la sostenibilidad de la entidad, no hacer locuras, inscribir a los jugadores, que se cumplan los pagos... Está bien ser exigente pero con los pies en el suelo. Si él no ha firmado con otro club, seguimos teniendo opciones».
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