Sevilla - Betis: El derbi se abre paso en el podio de LaLiga

Sevilla y Betis miden sus fuerzas en las alturas en las que conviven desde hace varias semanas; las bajas condicionan las formaciones que plantean Lopetegui y Pellegrini

Dejen paso al fútbol. Once contra once. Miles en las gradas. Cientos de miles en sus casas, peñas o bares. O en las radios y webs. O en los dispositivos móviles. El derbi, la pelota, vuelve a centrar la atención. Atrás quedarán polémicas externas con ... debates que jamás se van a resolver entre los interesados porque están condicionados por el cristal con el que se mira. Aquello queda atrás y está bien no refrescarlo en un día como hoy. Volvemos a mirar el derbi con el contenido que corresponde. Bajas, altas, tácticas, alineaciones, sorpresas, rachas, puntos, sensaciones, aspiraciones y objetivos. Tanto Sevilla como Betis han buscado eso mismo, que prevalezca el balón por encima de todo. No se espera otra cosa de dos equipos que tienen tanto que ofrecer sobre el terreno de juego. No en vano se trata del segundo y del tercer equipo más cualificado de LaLiga. Nadie, salvo el Real Madrid, ha demostrado ser mejor que los conjuntos sevillanos, de la mano para una temporada histórica que no debe estropear nadie que no participe de la fiesta del deporte.

Asoma el derbi en una semana corta debido al compromiso europeo que han tenido que sortear ambos. Sufrimiento como denominador común pero billete para octavos en la Liga Europa, otro posible punto de encuentro para estos conjuntos de caminos paralelos que se han visto en cruces como el copero y que pueden repetirlo en la competición continental, con destino Sánchez-Pizjuán en la final de mayo. Esa será otra historia, si es que se escribe. La de hoy está marcada por la posición de ambos y esos cinco puntos que aún distancian a los de Lopetegui de los de Pellegrini, protagonistas ambos técnicos del mismo calado que Papu Gómez, Fekir, Fernando, Canales, Bono, Borja Iglesias, Acuña o William Carvalho. Dos equipos que predican lo que sus autores dictan en la pizarra, base rocosa defensiva para los locales y alegría atacante para los de Heliópolis. Un choque de ideas que llevan al camino de los puntos, felicidad para sus aficiones que se reencuentran en Nervión, escenario al fin de un derbi con público tres años después.

En primera vuelta sonrió el Sevilla y los béticos recuerdan que con Guido el marcador aún iba 0-0 y en la Copa la felicidad fue bética mientras los blanquirrojos aducen las ausencias con las que se presentaron. Hoy concurre una circunstancia parecida puesto que por lo pronto Koundé y Ocampos no pueden jugar, se da por descartado a Rekik y las incógnitas recaen en Diego Carlos y Martial, ambos afectados muscularmente y sobre los que Lopetegui no quiso ofrecer pista alguna más allá de que tratarán de estar a primera hora de esta tarde sobre el césped. El concurso del brasileño parece obligado a pesar del riesgo debido a la ausencia de centrales en un lunar en la planificación que deja a Fernando o Gudelj obligados a retrasar su posición, quizás ambos al mismo tiempo si ocurre que Diego Carlos no da el ok en el test de esta mañana. Tampoco aparecerá Juanmi en las filas béticas, el máximo goleador de los de Pellegrini. La rotación sí se verá afectada para el Betis, cuyo cómputo de bajas es numéricamente mayor aunque no de tanto nivel principal puesto que no estarán Sabaly, Miranda, Rodri, Camarasa, Lainez o Montoya. Cuestión que sí afecta a los laterales, puesto que son sólo dos los sanos en esta parte de la batalla.

Pitará Del Cerro Grande, con Martínez Munuera en los monitores. Del árbitro se ha hablado poco en las previas, más se opinó sobre Medina Cantalejo, su jefe, en sus inoportunas referencias en los días previos. Que el colegiado madrileño pase desapercibido sería la mejor de las noticias, que ya polémicas suficientes se han vivido en tiempos recientes. Que sean protagonistas los que todos quieren ver, por los que paga el aficionado la entrada. Y que vuelva el ambiente de los derbis con pasión, el colorido propio que conservamos, la guasa sana y bien entendida y que sepamos todos digerir el resultado suceda lo que suceda, que se puede presumir de Sevilla y Betis por vivir sin vértigo entre los grandes, desafiando sus teóricos límites y esa idea es la que ha de verse plasmada en 90 minutos de fútbol, porque es eso a lo que venimos.

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