Un Betis a todo gas derriba la Cerámica (1-2)

Érase un Betis más rápido que el tiempo mismo , que el tiempo dentro que lleva, que diría Juan Ramón, éste que arranca un nuevo campeonato con una velocidad de vértigo, como queriendo adelantar al Betis del curso pasado en la primera curva que presenta el año. Un Betis que ha sabido despedir con los más ilustres honores a quien inventó la finta, pero que mantiene elegante y vibrante su sprint, aunque debe seguir trabajándolo. Protegiéndolo. Que maneja hambre de la de verdad, no la que suele brindarse en pretemporada. Irse al evangelio según San Manuel siempre es la mejor de las ideas para refutarlo: la intención siempre fue cargar las pilas y montar el puzle que aún seguirá configurándose hasta septiembre. De momento el Betis de energía y complicidad va bien provisto, después de haber iniciado en Villarreal su nuevo camino liguero. En el horizonte, un rival digno de Europa, que para eso es el continente por conquistar por cuarta campaña si todo va bien. Y para ello enarboló el Ingeniero un nuevo planteamiento con Isco de enganche, Abner en el costado zurdo y Marc Roca en el centro del campo. La diversión estaba a punto de presentarse en una mitad para cada uno de los presentes. O casi.

Conocer las primeras sensaciones del mediocentro barcelonés, recién inscrito, junto a Guido, puede ofrecer muy buenas pistas sobre cuál es el futuro del mediocampo del Betis. El origen de sus propias ideas anda entre el argentino y Roca , quienes dotaron de estabilidad y equilibrio a un equipo que se sabe construir desde la cordura para romper en rupturas por doquier. Que corre los balones siempre de frente. Sin embargo es Sorloth quien acerca al Villarreal a territorio de Rui Silva, y en asociación con Gerard Moreno, este último busca el disparo tras quedársele el balón atrás. Pasó cerca del poste verdiblanco en esos primeros tanteos por la posesión y sobre todo por el dominio. Dejar de conceder espacios entre la medular y su línea defensiva fue el mandato principal al que se adscribía el Betis para acabar con la alta presión de sus adversarios. Cuando era Isco quien buscaba un lanzamiento sin demasiada fortuna, yéndose el esférico al cielo de la Cerámica. Se lamentaba Joaquín en el palco, que junto a Rafael Gordillo y Ramón Planes veía el encuentro. El partido más difícil del mito es el que ya no juega.

Toda movilidad nacida bajo inspiración de los laterales hoy verdinegros, a razón de la tercera equipación, no terminaba encontrando la recompensa más anhelada. Entretanto, Ortiz Arias confirmaba el fuera de juego de Baena en una de las jugadas más acertadas de los de Setién, aprovechando el atacante del Villarreal una notable volea que se quedaba sin validez. Insistía y volvía a insistir tanto el Betis percutiendo tanto por el costado de Abner y Ayoze como el de Sabaly y Luiz Henrique que a todas las luces acabarían por iluminar al último talento brasileño, que en un lance posterior, recibe el ánimo de Pellegrini por tratar de ganar el uno contra uno ante Alberto Moreno. El sevillano acaba ganando una batalla pero no la guerra frente a Luiz Henrique, porque el avión de Petrópolis despega por el mismo costado y es Isco quien con un pase medido a la bota le indica que ya puede volar, recorrer como una tormenta de verano hasta la línea de fondo y recortar ante el lateral con una frialdad terrible, tanta, que es Ayoze quien llega en segunda jugada para recibir el pase de un atrevido Luiz Henrique y perforar el arco de Jorgensen. Golazo emocional de Pellegrini , quien le dio alas a Luiz Henrique para que él volase de forma brillante los tornillos del submarino.

Primer goleador Ayoze de la temporada 2023-24 de un Betis más dado a subir la banda que un termómetro un 13 de agosto en Plaza Nueva. Por eso los 2.000 fieles allí congregados se hicieron notar para hacer estallar la Cerámica entre gritos y alharacas: «No me falles Real Betis, yo nunca te he fallado» , entonaba el graderío con fiereza, sabiendo que las cosas no sólo salían bien, sino que el equipo estaba demostrando tener controlado las mejores fases de un primer tiempo en el que el Betis fue muy superior cuando las cosas se decidían por la zona interior en Villarreal. Se le nublaba al goleador de la tarde una nueva transición, cuando en la recta final del tiempo de asueto, el colegiado anulaba un fuera de juego a Guido Rodríguez previo pase de Isco, que volvía a demostrar que estar en todas es su primera gran misión cuando ya estrena ficha y titularidad verdiblanca. La puso picada al segundo palo donde aguardaba dócil el argentino, que partió de posición antirreglamentaria pese a solucionar el remate con un golazo.

El Villarreal vivía el asedio y la rapidez en la circulación de la pelota verdiblanca, y defenderse de los perfiles de Ayoze eran directamente una quimera. Volvía a pasearse el guante de Isco con un pase magistral esperando el momento idóneo, porque el suyo es siempre que quiera, y el canario recibía y disparaba demasiado forzado. Para cerrar antes del intermedio, Baena cerraba la lista de ocasiones con un gran cabezazo que obligaba a actuar con solvencia a Rui Silva. Movía Pellegrini su primer árbol haciendo bailar a sus nueves, sobre todo, por la amarilla vista de Borja Iglesias, y Willian José se quedaba de referencia . Muy cerca estuvieron del empate los de Setién en un saque de esquina muy peligroso que cabecea Foyth directo al palo, y luego Sorloth no se explica cómo falla a bocajarro la más clara de lado amarillo. Se lamentaría después de lo lindo.

A la hora de partido justa veía Luiz Felipe una nueva amarilla para los verdiblancos, condicionando al italo-brasileño para lo que restaba de envite. Y la falta sería sonada a todos los niveles, porque independientemente de lo que supone tener a un central con amarilla, la acción permitía que el Villarreal se acabara acercando tanto a las tablas que Baena colgaba el balón y era Cuenca quien se elevaba sobre la defensa bética para, con un testarazo, reponer la igualada y repartir la intensidad entre ambos conjuntos. Un potente tiro de Terrats era la prueba irrefutable de que el Villarreal iba en serio a por los tres puntos. Isco tiraba de alma y piernas para protagonizar una nueva arrancada, pero Willian José no olía su desmarque con nitidez. Aún. Refrescaba mientras a los suyos Pellegrini, que ingresaba en el campo a Rodri y Aitor Ruibal para ganar metros y sobre todo ganar oxígeno tras una extenuante primera mitad. Setién daba los últimos consejos antes de un frenético desenlace.

No conseguía el Betis en esta fase la templanza necesaria como para no ser deshacerse del muñeco vudú que representaba a ratos a manos de la verticalidad del Villarreal, mucho más llegador y autoritario. Pero aun así sacaría el centro desde la derecha un Rodri que buscaba a Willian José, pero el remate de cabeza le salía demasiado centrado al brasileño. Se sucedían los últimos movimientos en los banquillos antes de la gran traca final. Aparecía por la frontal del área un Guido inspirado que sacaba un disparo extraordinario a media altura que casi sorprendía a Jorgensen. Pero la jugada más elaborada del encuentro la firmaba el Betis en una obra de arte de libro cuando las fuerzas parecían ya no existir: cuando en varios toques de lujo entre varios centrocampistas se concretaba la llegada definitiva necesaria para derribar la Cerámica. El vuelo lo escenificaba Willian José con un cabezazo inapelable que sembraba la locura de los verdiblancos en Castellón. El Betis ya tiene su primer titular del curso, y es que arranca tres puntos a un rival directo al más puro estilo Betis.