Guardado y Bravo, continuidad ya escrita

Con Bravo la situación estaba clara. Renovó su vinculación el año pasado recogiendo como cláusula principal para ampliar su estancia que disputara una serie de partidos oficiales durante la campaña 2023-24. Eran 19 duelos y los superó con los 21 que jugó finalmente entre LaLiga, Liga Europa, Copa del Rey y Supercopa de España. Con ello se certificó de forma automática una continuidad que en todo caso ya estaba hablada por las partes dado que el deseo común de que Bravo militara una campaña más en Heliópolis. Su ascendencia sobre el grupo y el buen nivel exhibido a sus 40 años, sobre todo en el tramo final de la campaña cuando le arrebató la titularidad a Rui Silva lo demuestran.

Mientras, Guardado había firmado en 2022 un contrato en el que se recogían varias cláusulas que se han ido cumpliendo para que pudiera consolidar su continuidad hasta 2024. Este hecho se confirmó también semanas atrás aprovechando la presencia de su agente en Sevilla. Ha recogido el mexicano el brazalete de Joaquín como primer capitán y ya ha hablado sobre su permanencia en el club, al que llegó en el verano de 2017, con lo que se convierte en el jugador cuya etapa es más larga en verdiblanco entre los que están en el plantel en estos momentos y está muy cerca de convertirse en el extranjero con más partidos en el club superando a Denilson .

Así, la continuidad de Guardado y Bravo no se articula bajo la fórmula de la renovación sino por cláusulas que están recogidas en sus contratos. Con ello tienen espacio garantizado en el grupo y el Betis se evita tanto negociaciones, con las cantidades ya marcadas previamente y sin proceso de tira y afloja, y problemas asociados a las inscripciones.