Betis - Ferencvaros

La dimensión de Sergio Canales (2-0)

El cántabro, redivivo y firmando un golazo, lidera a un Betis que sella su pase a dieciseisavos de la Liga Europa; Tello abrió la cuenta

Bartra, Tello, Edgar y Miranda felicitan a Canales tras marcar éste el 2-0 en el Betis - Ferencvaros Manuel Gómez

Ha vuelto. Aquí lo tienen. En Granada mostró luz pero resultó fugaz. No se encontraba luego, cabizbajo y pensativo en partidos en los que no protagonizaba. Papeles secundarios que están alejados de su afán. El parón los detuvo a todos y le activó a él. ... En Elche ya enseñó que sabe el camino de regreso. Ante el Ferencvaros lo confirmó. Que Sergio Canales se reencuentre con Sergio Canales es la mejor noticia para el Betis. Un equipo que va quinto en LaLiga y se ha clasificado para los dieciseisavos de la Liga Europa con una jornada de antelación apenas ha contado con el turno de magia de su 10. Ahora, desprovisto de mochila, vuela sobre el campo dejando atrás a rivales y al tiempo perdido en su persecución de su mejor versión. Ya la tiene ante el espejo para disfrute de los 30.000 valientes que lo vivieron en directo y los muchos que se quedaron con la mantita en las rodillas y el mando en la mano porque la tarde no estaba para muchos paseos, si acaso para el que se dio Canales ante un Ferencvaros que no supo cómo frenarle.

No ganó Canales solo, porque el 2-0 es el resultado de un equipo que pronto dejó huella y luego quiso festejar con más goles que los que aparecen en el marcador. Los mereció, sin duda. Pero el Ferenvaros, inferior, no llegó a Heliópolis de vacaciones. Canales estuvo acompañado de un notable Tello, un mejorado Bartra y un activo Guido, así como un siempre reconocido Joaquín. Todos contribuyeron para que ahora se mire a febrero como el mes de la ilusión europea, ante un rival que puede ser de campanillas por caer de la Champions a esos dieciseisavos que serán la meta de los sueños y desvelos en estos meses, más allá del concurso en la Copa, desafiando a un Haaland de turno si es que es el Dortmund el que toca en el sorteo del día 13.

Para alcanzar esa cota debió el Betis luchar contra el frío (el partido comenzó con siete grados), la lluvia (que redujo el número de aficionados pero que le dio más mérito a los 30.000 congregados) y el parte de bajas, así como ante un Ferencvaros que no se jugaba más que el premio económico por puntos obtenidos. No miró el Betis a Leverkusen porque no le servía de nada la distracción, que la hubo en la grada pendientes de si el Celtic daba la sorpresa y cómo lo solventaba el Bayer al final con la remontada. A lo suyo, el equipo de Pellegrini comenzó dejando claro quién era el que debía ganar y la combinación entre Joaquín, Bellerín y Tello lo dejó patente. El 1-0 daba tranquilidad y abría la puerta a un paseo, que no fue tal porque las goleadas sólo llegan cuando la pelota se acuesta muchas veces en la red rival y el cuero cada vez estaba más lejos de Dibusz y más próximo a Bravo, que se desgañitaba pidiéndole a los suyos que salieran de ahí.

Debió marcar Borja Iglesias el segundo en dos acciones a trompicones, un mano a mano y un remate que dio en Miranda cuando iba a gol. Canales movía al equipo y Bartra mandaba atrás. Al descanso se llega sólo con el 1-0, suficiente a los puntos pero inseguro en su ventaja. Pellegrini estaba enfadado en la banda y de su enojo partió la motivación para una segunda mitad ya más dominadora. Porque fue a por todas el Betis arriba, sabiendo el terreno que pisaba ante un oponente con problemas en la gestión de la pelota por su inferioridad técnica y física. No medió aviso, sino que Canales pensó una jugada que no le salió con Bellerín y se buscó la vida para marcar el gol que tantas veces intenta Fekir, ayer ausente. Aplausos, reconocimiento y pañuelos de los más veteranos del lugar para su disparo imposible. El 2-0 ya sí abría paso a un rodillo. Tello, Borja Iglesias, Lainez, Canales... Todos fueron encontrándose con la falta de puntería para poner el tercero. El Ferencvaros ya no sabía por dónde le iba a caer el acierto bético o el fallo propio. La ovación cerradísima a Joaquín, los ánimos a la expectativa de Lainez, las ganas de agradar de Rober... Al Villamarín le dio tiempo a secarse en la fiesta de la clasificación a dieciseisavos. Vida en Europa para mantener una ilusión que dimensiona Sergio Canales.

Artículo solo para suscriptores
Únete a la pasión por el Real Betis
Mensual
4 meses por
Anual
1 año por

Renovación automática | Cancela cuando quieras

Ver comentarios