El Rey Midas Lo Celso hace enloquecer a un Villamarín ruidoso y ganador (1-0)

Y es que el argentino está tocado de ese don. Marca cinco goles en los cuatro últimos partidos y asume ese protagonismo que al que se le invitaba. Una ganga en el mercado. El anillo en el dedo de este Betis de Pellegrini que precisaba a un jugador así, de esa jerarquía, ascendencia y carácter decisivo y el mascarón de proa para llegar al derbi con otra cara más positiva que la que se le estaba planteando.

No fue un partido redondo de los verdiblancos pero sí tuvieron fe y madurez, ganas y arrestos. Coraje, en definitiva. De mayor calidad, tuvo defectos, pero supo encajar al Espanyol en su zona cuando se tornaba el duelo decisivo y en esos metros el que sabe es el que tiene la varita. Y Lo Celso es el mejor de todos los que estuvieron esta tarde sobre el campo. Es una delicia el argentino. Un regalo para el espectador. Y, además, decisivo. ¿Cinco millones de euros? Baratísimo.

No logró el Betis corregir el problema de su longitud. Más largo de lo necesario, huecos en la presión que era endeble e insuficiente por parte de los delanteros y con menos balón del esperado, ante un Espanyol cómodo tocando atrás para que el tiempo pase pero sin mirar siquiera a Rui Silva. Es Bakambu el primero que busca las diagonales y tras un pase de Bellerín dispara con peligro en el minuto tres. El congoleño sí transmite colmillo arriba y Abde vuelve a ser el estilete por banda pero el partido transcurre en un ritmo lento y con el Espanyol cómodo, desquiciando a una grada que espera más de los suyos, aplatanados por el tiempo y la propuesta rival. Altimira lanza raso desde la frontal y Losada aporta demasiado poco en su primera titularidad.Lo Celso toma el balón cada vez más y pasada la media hora es el Betis el que aprieta un tanto el acelerador para generar y generar. Un pase profundo a Bakambu, una llegada de Marc Roca, otra acción de Bakambu en el área que le roban por juego peligroso... Pero la presión sigue sin estar bien coordinada y entre los propios jugadores se ven manos señalando quién debe ir a quién cuando nadie lo hace.

El único que explota un robo es Abde, quien atosiga a El-Hilali, recupera en la banda, entra en el área, encara y recibe falta. Penalti que pita Hernández Hernández. Clarísimo. Y aquí viene un sainete que dará de qué hablar estos días. Abde toma el balón y quiere lanzarlo él. Como el día de la Real Sociedad la pasada temporada. Pellegrini sale airado del área técnica y entre él, Cousillas y Víctor Antequera, el delegado, gritan para que sus jugadores les escuchen. Debe tirar Lo Celso. Marc Roca lo comunica pero Abde persevera y el argentino se lo permite. El banquillo insiste. Natan va a comunicarlo. Tampoco. Al final lo tira Abde. Y como en el día de la Real, lo falla. Decepción e indignación. Pellegrini tiene un rebote mayúsculo y la grada, con él. Le dice a Bellerín, que él como capitán tenía que haber arreglado esto. No estaba el día para regalar nada. Y menos desobedeciendo al que manda. En todo caso, la afición es sabia y no pita a Abde, que estaba siendo el mejor. De hecho, cuando los jugadores van al túnel de vestuarios se le ovaciona siendo el último en salir. En la zona privada del equipo ya será otra cosa porque la regañina es sonora.

No hay cambios tras el intermedio. Busca el Betis ataques más combinativos con Losada metiéndose por el centro para generar superioridades pero está lento en los metros finales. Eso sí, recupera más pronto el balón porque la presión está más ajustada. Y Llorente es quien limpia atrás lo suyo y lo de los demás. Va muy de verdad al balón y eso se agradece. Un disparo con intención de Lo Celso desde la frontal lo saca Joan García. Es un tramo en el que el Betis está instalado en el área rival y en esta fase es Abde quien remata de cabeza imponiéndose a todos y la despeja milagrosamente el portero espanyolista con su mano izquierda a córner. Puado pide el cambio y entra Pere Milla. Pellegrini hace también modificaciones y entran Vitor Roque y Fornals por Losada y Bakambu a la hora de partido. Los 53.065 espectadores esperan algo más y se lamentan del mal disparo de Fornals tras contraataque liderado por Abde. El partido va a tirones. Ahora se detiene tres minutos por dolores de Llorente y el Espanyol hace un doble cambio. Con diez sale a presionar el Betis y Llorente recibe una gran ovación cuando regresa tras ser atendido por los servicios médicos. Es al central a quien le hace una falta por coraje Tejero que Hernández Hernández no castiga con amarilla cuando es clarísima. Indignación en la grada. La gente está caliente, quiere gol y se va consumiendo el tiempo.

El que está a punto de marcar es Romero con un balón al segundo palo que deja pasar toda la defensa y donde Fornals sigue a su marca con la mirada. Lo evita Rui Silva, que al fin hace una jugada que puede valer puntos. Tiene prisa ahora el Betis, que transmite tantas ganas como imprecisión en la fase que ha de ser decisiva. Hernández sigue desesperando con faltas discutidas y muestra amarilla a Altimira por reiteración en su protesta antes de la pausa de hidratación. Vitor Roque se entretiene recortando en el área cuando todo el mundo esperaba un disparo rápido. A la cascada de nervios se le une el árbitro, que ni siquiera sabe situar bien una falta y Fornals le deja en evidencia. Demasiada agitación y pocas soluciones claras para quebrar el 0-0. Hasta que llega, cómo no, Giovani Lo Celso. Es el minuto 84 y una jugada por la derecha entre Aitor, Fornals y Bellerín y el pase atrás lo remata el argentino a gol lanzándose abajo, casi tirado en el suelo y ajustando la pelota al palo. Al fin marcaba el Betis.

El Villamarín se vuelve ruidoso y ganador. Lucha cada balón con sus jugadores. Ese gol lo empujó la grada. El Betis no está para ir de sobrado así que precisa de todos los que están. Pellegrini saca a Abde, que es ovacionado, y entra Assane. La ovación que se lleva el marroquí es el reconocimiento al perdón. A un jugador que está brillando pero que tomó una mala decisión que su gente le disculpa. Incluso Pellegrini, que le dio la mano antes de salir. Tema resuelto. Con el 1-0, el Betis ya maneja mejor los tiempos. Hernández da ocho minutos de alargue y el público no se lo cree. Tremendo si se compara lo que tuvo que vivir este equipo en Vitoria, por ejemplo. Los jugadores muerden por cada balón y tratan de prolongar las posesiones y lo consiguen hasta el final. Pitido y fiesta pensando ya en el derbi. El equipo ha demostrado agallas y voluntad y eso la gente lo aplaude. Ahora quiere más en Varsovia y sobre todo en Nervión. Así se lo cantó la grada a Lo Celso y su tropa. El argentino empujó ese balón que cantó todo el Betis.