Quique Sánchez Flores y el fútbol de Marc Roca: «Desde el minuto uno siempre ha querido ser mejor»

«Vino en el verano de 2016 a hacer la pretemporada con otros jugadores jóvenes. Melendo, Aarón, Navarro. Chicos que venían a completar espacios de la plantilla hasta que se incorporaran profesionales. Y se quedaron en la plantilla. Fue el caso, entre ellos, de Marc Roca. Un chico que en la pretemporada ya nos despertó curiosidad porque entendía el juego muy bien. Era maduro para los años que tenía entonces y entendíamos que podía estar preparado para quedarse en el primer equipo», recuerda para ABC de Sevilla el que fuera entrenador del Espanyol durante la temporada 16-17 y parte de la 17-18, Quique Sánchez Flores.

«Marc se quedó y se quedó para jugar realmente porque se hizo un espacio importante en el centro del campo», destaca el técnico madrileño. El perfil con el que se presentaba entonces Marc Roca era el de un jugador «digamos, enlace entre la primera línea de juego, los centrales, y la participación en el centro del campo». Según Quique Sánchez Flores, «realmente Marc era el pegamento, el que lo unía todo, porque tenía buena salida de balón, sabía cuando escorarse a un lado para recibir o incorporarse entre centrales. Era un jugador inteligente. Le faltaba experiencia pero era algo que iba a ganar porque el entendimiento de juego lo tenía».

Desde entonces hasta hoy han transcurrido siete años en los que el futbolista ha ido evolucionando. La etapa en el Espanyol se completó con 121 partidos oficiales y posteriormente se añadieron los minutos en el Bayern de Múnich y el Leeds. «Hay un asentamiento de juego, en la participación. Significa que todo lo que era incipiente y hacía de forma todavía un poco forzada, pues ahora le sale de forma muy natural. Digamos que ha desarrollado esa capacidad de estar constantemente en el lugar adecuado, algo que ya apuntaba años atrás. Y luego también el físico, nada que ver con un chico de 18-19 años. Se nota que ha pasado por el gimnasio, que ha estado en la liga inglesa. Es un físico que le acompaña y mucho para todo lo que él hace, que es tener una visión de juego periférica y quedarse para poder enlazar la defensa con el centro del campo», considera Quique Sánchez Flores.

La ubicación correcta en el césped es uno de los valores más destacados de Marc Roca, algo que ya apuntaba cuando comenzó su trayectoria en el primer equipo del Espanyol y que también se ha podido comprobar en los inicios de su etapa en el Betis. Posición clave en el dibujo. Apareciendo en muchos metros del campo. «Se coloca muy bien en el terreno de juego y eso hace que cuando el equipo contrario te quita el balón y de repente intenta salir, él al cruce va bien. Siempre está bien situado, siempre llega bien a parar el ataque rápido del rival», piensa el entrenador madrileño, que tampoco olvida de Marc Roca el hecho de que «tiene muy buena capacidad para dividir el balón». Todo ello, teniendo en cuenta el hecho de manejar los tiempos del partido y de las acciones que se van desarrollando en el terreno de juego. «Sabe cuándo conducir, cuándo desplazar, que es otra de sus características, tiene muy buen desplazamiento de balón y sabe cuándo quedársela. No es de los futbolistas que tienen un ritmo impresionante pero es que no lo necesita. Tiene un paso constante sobre el campo y que le hace ser muy continuo en sus acciones».

Pasado, presente y futuro. Marc Roca, 26 años en la actualidad, afronta su quinta temporada en LaLiga. «Me parece que es un futbolista en constante progreso. Otra cosa muy importante es que le importa mucho la profesión. Hay jugadores que juegan al fútbol y no están tan interesados en su evolución. Marc, sí. Desde el minuto uno lo pregunta todo. Desde el minuto uno quiere saber qué le pide el entrenador. Desde el minuto uno siempre ha querido ser mejor, progresar. Creo que es un valor añadido a cualquier buen futbolista», añade Quique Sánchez Flores.