El fichaje más caro del Betis en los setenta entrenó al Vitoria: «Era una oportunidad para crecer»
Reportaje
Opacado por el talento de un tal Cardeñosa, el club verdiblanco pagó por su primer futbolista portugués 48 millones de pesetas y dirigió como técnico en Heliópolis apenas veinte años después de hacerlo en Guimaraes
Antonio Oliveira mantiene intactos los buenos recuerdos pese a los difíciles contextos vividos y da por favorito al Betis frente al Vitoria este jueves
Antony y Ricardo Rodríguez se ejercitan con el grupo; Ángel Ortiz, con el filial
Fue hace mucho y hay béticos que no lo recuerdan, pero el año pasado se cumplieron 45 años del que hasta entonces se convertía en el fichaje más caro de la historia del Real Betis. Era portugués, el primero del país vecino, respondía al nombre ... de Antonio Luis Alves Ribeiro Oliveira, venía de ser la estrella del Oporto a sus 27 primaveras y reunió en su presentación cinco mil personas en el Villamarín que quisieron saber por qué valía 48 millones de las antiguas pesetas. La expectación no era baladí para recibir al 'Isco' de Portugal cuando la posición de mediapunta no tenía ni esa denominación de origen. Un contrato de tres años esperaba a quien venía siendo el gran fichaje del verano que sería presentado en el antepalco del Benito Villamarín un 21 de julio de 1979. Cuenta Manolo Rodríguez como especialista en historia del club que el Betis se llevó más de 70 años sin alinear a un sólo portugués, y de forma consecutiva llegaron dos: él y el delantero Francisco Vital, que fue quien lo sucedió. Dicen quienes lo trataron por entonces que la saudade hizo mella en los avatares de su nostalgia y que por eso no triunfó en el Betis, aunque lo entrenase dos décadas más tarde. Por eso y porque había un tal Julio Cardeñosa a quien nadie le discutía un hiato.
Aquella temporada, la 1979-80, el Betis estaba bajo la presidencia del abogado Juan Mauduit, con la que se regresaba a Primera tras un año en Segunda, donde quedó tercero y ascendió. Apenas habían pasado dos años de la primera Copa del Rey de la historia verdiblanca, la de 1977. Así que el club estaba empeñado junto a León Lasa en contratar dos grandes nombres de aquel fútbol de los años setenta, casi ochenta: uno fue Enrique Morán, del Sporting de Gijón, por 30 millones de pesetas, y por 48 se hizo con Oliveira, de quien los verdiblancos tendrán más reciente su efímero paso como entrenador. Más interesante fue sin duda el periplo como futbolista de Oliveira por su difícil contexto, porque en todo este tiempo nunca ha comparecido con un medio español y porque sabe que tendrá el corazón dividido entre el Betis y el Vitoria, rivales este jueves en la Conference League por un sitio en los cuartos de final.

«Tengo recuerdos muy especiales del Betis. Fue una experiencia intensa y enriquecedora, ya que dejé el Oporto, club en el que ya estaba establecido, hacia una nueva realidad en Sevilla. Fue destacable el cariño de los béticos, el ambiente del estadio Benito Villamarín y la pasión por el fútbol en la ciudad», rememora a este periódico el luso, ya retirado de la dirección técnica en la que llegó a dirigir la selección portuguesa de fútbol tanto en un Mundial como en una Eurocopa. Admite el exjugador verdiblanco que llegar de su tierra, donde era sobradamente conocido, a un recién ascendido como era aquel equipo «fue una decisión desafiante, sobre todo porque Luis Aragonés quería que fuera al Atlético de Madrid, pero yo veía al Betis como una oportunidad para crecer y vivir una experiencia diferente en el fútbol español. Además, había un gran interés por parte del club y la propuesta deportiva y económica era interesante», revela el que fuera centrocampista. Sabía por entonces que el precio que se abonó debía ser recompensado ipso facto en el terreno de juego: «Fui consciente de la magnitud del traspaso y de las expectativas que generaba. Esto también trajo una mayor responsabilidad para responder en el campo». Y así lo hizo al menos en su debut, donde anotó su único gol con el Betis, que fue ante el Rayo Vallecano: «Fue un momento especial; marcar en mi debut fue una gran alegría. Adaptarme al fútbol español llevó tiempo, pero empezar así fue muy positivo», expone, sin dejar de hacer alusión a una «grave lesión con la selección» que retrasó, o eso dice, su confirmación.
¿Qué ocurrió luego y por qué los béticos apenas recibieron todo lo que se invirtió por él? Pues porque Julio Cardeñosa venía de meter tiempo antes ese maravilloso pase que clasificó a España al Mundial de 1978, nada menos, por más que fallase en aquella fatídica jugada ante Brasil. El 'Flaco' era uno de los líderes de todo un país, también en la siguiente Eurocopa, y casi se marchó al Barcelona ese mismo año. Así que la explosión del talento del interior vallisoletano afectó transversalmente a la adaptación de Oliveira en Heliópolis. Lo defiende él mismo: «Cardeñosa era un jugador con mucho talento, con visión de juego y técnica depurada. Tenía una gran capacidad de decisión y era muy respetado dentro del club. Naturalmente influyó en los minutos de juego de otros jugadores. Pero el fútbol es así, la competición forma parte del grupo», sostiene. Tan sólo pudo ser titular en seis jornadas del campeonato, con vaivenes comunes en estas lides y jugando a ratos, hasta que solicitó ser expatriado a su país para volver al Oporto. De ahí que se desbloqueara la llegada del delantero Francisco Vital. Fueron los dos primeros portugueses en defender la elástica verdiblanca. Pasó luego Oliveira por las filas de su Peñafiel natal (1980-81), Sporting de Lisboa (1981-85) y Marítimo (1985-86), donde colgó las botas a los 34 años. El Betis fue su único 'amor' lejos de su casa, y alargó nueve años su trayectoria como futbolista de la selección absoluta.
La frase
«Cardeñosa era un jugador con mucho talento y era respetado dentro del club»
Antonio Oliveira
Exjugador del Betis (1979) y exentrenador del Betis (1998)
«El Vitoria ha crecido mucho»
Cuanto menos curioso es el paralelismo profesional y personal entre el citado Luis Aragonés y el propio Oliveira, dado que ya en 1998, veinte años después de haber dirigido el portugués un par de temporadas al Vitoria de Guimaraes, vendría a sustituir a la leyenda del Atlético tras haber dimitido éste apenas unos días antes. Aunque aquello tampoco funcionó y apenas duró menos de un mes en el cargo por desavenencias con el órgano de dirección del club: «Regresar como entrenador fue una experiencia diferente y desafiante. El problema ya no era Cardeñosa; el problema era Lopera. El Betis tenía mayores ambiciones y yo intenté aportar lo máximo posible dentro de las posibilidades de ese momento».
Elogia sin reparos el exentrenador portugués la evolución de un Vitoria que buscará ponerle las cosas difíciles al Betis en Sevilla: «Siempre ha sido un club apasionante, con una afición ferviente y una identidad propia. En el momento en el que lo entrené ya era un club competitivo en Portugal, pero con menos estructura que la que tiene hoy. Actualmente, el Vitoria ha crecido mucho en términos de infraestructura y organización, manteniendo su esencia competitiva y su ambición», indica. Confía aun así Oliveira en que el Betis no tenga mayor problema para dejar un buen resultado con el que viajar a Portugal la semana que viene: «Será un partido equilibrado y disputado. Son dos equipos competitivos, con estilos diferentes, pero ambos con mucha calidad. La condición de jugar en casa puede ser un diferenciador para el Betis, pero el Vitoria también tiene capacidad para sorprender», manifiesta.
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