betis - VALENCIA
Assane, el futuro ya está aquí (3-0)
El canterano vuelve a lucirse con un gol en la noche más feliz para el Betis, coronada con los tantos de Marc Roca y Abde
Betis - Valencia en directo: minuto a minuto, goles y resultado del partido de LaLiga 2023-2024
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa ilusión vuelve a casa. El Villamarín fue un volcán de felicidad acunado en las carreras de un recién llegado, el héroe inesperado. Un Assane espectacular. Y la compañía coral de un equipo que supo en cada momento qué hacer, cómo llevarse el duelo ante ... el Valencia, cómo ganar con tranquilidad para que el descuento fuera un corear del himno, ya la calma en el cuerpo y la alegría desbordada en la noche calurosa con el cabezazo de Marc Roca y el obús de Abde. Porque fue la noche del reencuentro. De la dicha total. de la ovación a Carvalho, de la alabanza a Isco, del apoyo a Borja, del paso adelante de Chadi, de los galones de Pezzella, del compromiso de Bellerín, del liderazgo de Bravo. Y de Assane, ese chico que antes de ayer era menor de edad y que ahora ha transformado su porvenir prometedor en presente de realidad. Un jugador que puede ser estratosférico. La guía del Betis que vuelve a lanzar a los suyos hacia el sueño de todo lo que tenga entre manos este equipo que sabe tanto y que ahora quiere demostrarlo tras el bache, ya olvidado, enterrado y lejano de tal forma que de Granada a esta noche pareció pasar un mes y han sido un puñado de días.
Cuando el patriarca de la familia Diao llegó a Badajoz en 1997 no podía ni imaginarse el vuelco que iba a dar su vida. En aquel año jugó el Betis la final de Copa ante el Barcelona. En 2005, en Ndangane, Senegal, nacieron Assane y Ousseynou. Dos gemelos que se iban a volver locos con el fútbol. Justo cuatro meses después de que el Betis ganar la Copa en el Calderón contra Osasuna. Con tres años los pequeños Diao ya estaban en Extremadura. El físico de ambos no pasaba desapercibido y fueron convirtiendo sus carreras con las camisetas del Badajoz y el Flecha Negra en algo más serio. Luego llegaron al Balón de Cádiz y ahí los captadores béticos se quedaron con Assane, entonces mediocentro ofensivo, en 2021, su primer año de juvenil. Aún lo sigue siendo ahora que ha hecho que miles de béticos durmieran felices anoche, vestidos con la sonrisa de un triunfo ante el Valencia que tiene un nombre propio: Assane Diao Diaoune. Ha nacido una estrella en el Villamarín. El nuevo hijo predilecto de una afición que sabe como pocas darle cariño a los suyos. Un futbolista sensacional. Un producto de este tiempo. Materia prima incuestionable bien trabajada en mañanas y tardes en la ciudad deportiva Luis del Sol. Es Assane un avión desde la banda. Una invitación al desequilibrio. Una tentación para los ataques. Una carta con la que siempre puede pasar algo. Una ilusión con el balón en los pies. Con 18 añitos recién cumplidos dibuja un sueño que difícilmente tendría su padre cuando llegó a España. Ya es una figura y acaba de empezar. Porque el golazo de Granada se une al del oportunismo del 1-0 ante el Valencia. Porque este niño tiene algo. Tiene mucho. El mercado se va a volver loco con él, lógicamente. Assane un futuro tan presente que todo lo que hace se llama hoy y su carrera es tan vertiginosa que los defensas se convierten en pasado de forma inmediata.
Necesitaba el Betis alimentarse de esta inyección de ilusión que responde por Assane justo en el año en el que se fue Joaquín. Esa banda del 17 es por la que ahora corre el senegalés de Badajoz. El niño ambicioso que sabe que es tan bueno como los demás. O mejor. Porque Assane es un huracán de aire fresco iluminado por esa luna que se asomaba esplendorosa en la noche del Villamarín para ver las carreras de la nueva estrella, del que más brilla en el firmamento bético con permiso de Isco y con licencia de Fekir. Ha sido Assane quien ha desatascado a un Betis que buscaba en su baúl nuevos ropajes para sentirse de nuevo un equipo.
Con Assane la verticalidad es el primer y segundo plato. Se lo demostró a Çenk en cuanto pudo. Pesadilla para el turco, reconvertido al lateral por las bajas. Entre Assane y Bellerín le rodearon de problemas. El partido se movía entre imprecisiones de varios y el rugido cuando Assane tenía la pelota, buscado por Isco, Roca, Guido y todos. Mirado con cariño y ojos abiertos por una grada que estaba deseando levantarse de sus asientos y aplaudir. Centró Assane y Rodri llega antes a rematar, mal, quizás en falta que era penalti pero De Burgos Bengoetxea, y el VAR, estiman que el contacto no es suficiente para el castigo definitivo. Cocina las jugadas el Betis jugando a las dos velocidades: pausa general y acelerón de Assane. Llega y llega pero le falta claridad. En la pausa de hidratación todos hablan con el chaval. Pellegrini, Bravo, Bellerín. El cañón está ahí, hay que ponerle precisión a la mirilla. Hay cambios en jugadas concretas y Assane aparece en la punta justo cuando hay una falta colgada, despiste en la defensa del Valencia con un rebote y, como el chaval tiene estrella la pelota cae en los pies del canterano, quien define cuando la creencia general era que había fuera de juego. Marcar y después preguntar. Gol de Assane y celebración doble porque el VAR certifica la legalidad de todo lo sucedido.
Los 50.163 espectadores ya se frotan las manos y más cuando Assane se marcha y tiene que ser frenado por Paulista, amarilla de premio. Es un cañón, es un cañón. Marc Roca casi marca tras desvío oportuno de Diakhaby. Luego sí le tocará celebrar. El descanso es una tertulia en la que se proyecta el futuro con el nombre de Assane, su precio, dónde puede llegar, de dónde ha salido, si hay otro igual en la cantera, etc. Pero no se vayan que aún hay más.
Otra carrera del chico que acaba de estrenar su mayoría de edad y manos en la cabeza del personal. Como siga así... Isco también está en el campo, obviamente. Y su manera de dejarse ver es con una recuperación, un recorte y un disparo desde la frontal que iba a la escuadra hasta que Mamardashvili la desvía con los dedos al poste y córner. El saque de esquina lo bota el malagueño y aparece como una exhalación Marc Roca para poner el 2-0. Ahí dimiten los nervios del partido y se asienta la idea del triunfo del Betis, el más plácido del curso, justo cuando hace falta. Pellegrini lo entiende así y saca a Isco y mete a Carvalho en el proceso de recuperación del portugués, ovacionados ambos por una afición que se reencontró con el equipo que quiere ver, justo ante uno de los rivales que mejor ha empezado el campeonato.
Estamos ya ante un Betis cómodo, que funciona. Chadi, que saltó al descanso por el tocado Bartra, que había forzado para salir de titular, es una noticia positiva por su velocidad y visión de la anticipación. Rodri aportó. Guido está más cómodo y Roca anduvo sólido. Los laterales, sobre todo Bellerín, subieron sus prestaciones e hicieron olvidar el desastre de sus compañeros en Granada. Baraja no para de mover el banquillo y antes del minuto 70 ya ha hecho cuatro sustituciones porque no le gusta lo que ve y lo que puede venir. Se le anula un gol a Rodri por fuera de juego y Abde y Borja están en la línea del centro del campo prestos a saltar en lugar de Assane y Ayoze. Echan humo las palmas de las manos para despedir al canterano. La estrella que se está cocinando.
A partir de ahí el Betis disfruta. Tiene clase Cavalho, que despierta sensación. Abde se marcha con calidad. Borja marca pero se le anula por fuera de juego. Y la reacción del público es ovacionarle, corear su nombre. Todos quieren al Panda de vuelta. Porque la ilusión está aquí de nuevo. El Betis necesitaba tiempo para hacerse. Dejen que Pellegrini trabaje. Assane para el reloj y todo empiea a funcionar. Bravo detiene, Pezzella se agiganta, Miranda vuela. El Betis se reencuentra y la ilusión se desborda con Assane, la estrella que está en camino. Pero también sabe correr, y a qué velocidad, Abde. En un contragolpe conducido por Carvalho el marroquí controla y dispara poniendo el balón en la escuadra. Un golazo de pañuelos. El «Guido, quédate» también es parte de la banda sonora cuando salta Altimira en su lugar. Abde tiene el cuarto pero ante un Diakhaby que se lesionó ante él y perdona con un disparo picado que hubiera sido diferente con 0-0. El duelo se iba a acabar con la sensación de que este Betis sí es el que sabe, el que quiere y el que puede. El que han venido a ver los béticos, el que puede aspirar a todo. La ilusión vuelve a su casa.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete