BETIS BALONCESTO
Al filo de lo imposible y con muchas ganas de llevar la contraria
LEB ORO
El Betis Baloncesto afronta este viernes en San Pablo (20.00 horas) el tercer partido del play off de ascenso contra el Movistar Estudiantes
Joaquín Rodríguez: «Volvemos a estar al borde del abismo, pero el equipo se siente cómodo ahí»
Estudiantes-Betis Baloncesto: fundido en el WiZink y contra las cuerdas (98-73)
Sevilla
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Iniciar sesiónAcorralado y al borde de la eliminación tras la doble derrota encajada a Madrid, ambas muy dolorosas por diferentes circunstancias, el Real Betis Baloncesto se aferra al clavo ardiendo de San Pablo y a la fe ciega en el trabajo que de manera inopinada, ... por todo lo que ha pasado esta temporada, lo ha llevado hasta aquí. Hasta esta durísima eliminatoria a cinco partidos con el Movistar Estudiantes por un puesto en la final a cuatro por el ascenso y que, tras los dos reveses sumados en la capital de España, tiene casi imposible. Casi. Porque la puerta de la esperanza, la última en cerrarse, aún se mantiene entreabierta para que siga circulando el aire. No está aún ahogado el Betis, cuyo corazón bombea sangre antes de esta última oportunidad para seguir con vida en la serie de cuartos de final.
Aplicando el símil tenístico, tiene ahora el saque en su poder, pero su rival dispone de dos bolas a su favor para cerrar el partido tras aplicarse en la tarea aprovechando el factor cancha. Con este escenario, no puede fallar el Betis este viernes en casa (20.00) o, de lo contrario, dirá adiós a la temporada y se romperá en mil pedazos el sueño del ascenso. Toda la responsabilidad recae en el equipo de Savignani, herido en su orgullo por cómo fue derrotado primero en Magariños y, menos de 48 horas después, en el WiZink Center, donde fue zarandeado.
Del duelo que abrió la eliminatoria se sintió dañado, perjudicado por un par de decisiones arbitrales a favor de los colegiales en el tramo final del choque, justo cuando más igualado estaba y se encaminaba hacia un cara o cruz. No hubo lugar para el emocionante desenlace que presagiaba tan vibrante partido porque el Estudiantes lo encarriló desde el tiro libre, escapando de la situación límite al que lo había llevado un tenaz Betis Baloncesto. Los verdiblancos, un flan en el cuarto inicial, se recompusieron, ganaron los dos siguientes y en el tercero hasta se pusieron por delante antes de esa sucesión de catastróficas desdichas con protagonismo arbitral que dispersó al equipo y lo dejó sin el premio buscado.
De esa primera batalla tan descarnada, pasional y exigente no pudo reponerse la plantilla, muy limitada de efectivos y, para colmo, desprovista de la cuota de puntos de Kuksiks, lesionado para varias semanas. Sin Joaquín Rodríguez ni Polanco a tope, acusando ambos la fatiga de tantos minutos acumulados en las últimas semanas, el Betis se derritió en el segundo encuentro, quemado por la hoguera prendida por el Estudiantes a base de triples. De ir ganando por once, a encajar un parcial de 29-6 que lo sacó de la cancha y lo dejó tocado anímicamente y sin fuelle físico para la segunda mitad. El Betis, sin piernas, dejó de creer en la posibilidad de la remontada y lo fio todo a esta última oportunidad. El partido que tiene la llave para estirar la eliminatoria al menos un episodio más, hasta el domingo.
Para conseguirlo, el vestuario bético ya sabe que no le vale el notable. Posiblemente ni el sobresaliente. Necesita una actuación de matrícula de honor y que el Estudiantes, con una plantilla más larga y talentosa, baje sus pulsaciones. Que se confíe dado que tiene la eliminatoria a punto de caramelo. Han de confluir muchas circunstancias para que el Betis pueda imponerse. Y hay que buscarlas.
«Más concentración y energía»
«Me quedo con la sensación de que estamos para competir, pero necesitamos estar más tiempo concentrados y con la máxima energía al tener una plantilla más justa que la de ellos y ahora, también, con la falta de Kuksiks. Analizando los dos partidos, creo que tenemos la capacidad de competirles para sacar una primera victoria aquí en casa que nos permita llegar al domingo», reflexionaba en la previa el entrenador verdiblanco, Bruno Savignani. Aunque el golpe psicológico fue duro, piensa el brasileño que ese trabajo de concienciación con el plantel para que confíe en sí mismo está hecho: «Creemos en nuestro trabajo y en la manera en que llegamos hasta aquí. Nunca bajamos los brazos. Esa labor está hecha y es lo más fácil con este grupo de jugadores. En muchos momentos de los dos partidos demostramos que podemos competir y estando ahí vamos a tener posibilidades. Queremos contar con un San Pablo lleno que nos dé energía», señalaba el técnico, apelando a ese factor ambiental que en los dos primeros capítulos de la eliminatoria ha jugado su papel. En Magariños especialmente se creó una caldera que contagió a los jugadores del Estudiantes.
Ese calor de su gente fue la gasolina de alto octanaje que necesitaban para salir a morder por cada pelota y con mucha determinación y convencimiento. Lógicamente, el Betis quiere lo mismo en San Pablo. Que su afición lo lleve en volandas dado que ahora la empresa se ha complicado muchísimo y consiste metafóricamente en la subida a un ochomil. Un play off es muy emocional. En nada se parece a un partido de la fase regular. Aquí no hay mañana. Se juega con el corazón y la cabeza buscando el justo equilibrio entre los dos.
Ahí está el mayúsculo reto del Betis, que baloncestísticamente debe ser, según Savignani, «más agresivo con el balón, en las ayudas y en las rotaciones», pero también «en el rebote, compactándonos». El Betis debe orquestar un plan sin fisuras que incomode al Estudiantes y seque varios de sus manantiales de puntos. Con la baja de Johnny Dee, habrá que extremar la precaución con Alonso, Leimanis y Wintering. Mejor que anoten los pívots a los exteriores. Si lo consigue, el Betis suturará el abismo que se abrió entre ambos equipos en el segundo asalto.
El Estudiantes salió reforzado, luciendo palmito; y el Betis magullado, colapsado físicamente, pero aún vivo. Con el fuego interior del deseo de insurrección. Casi todo el mundo lo da por eliminado. Pocos creen que pueda remontarle al Estudiantes un 2-0. Incluso desde el miércoles ya conoce que el Estudiantes ha solicitado ser sede de la Final Four en el Madrid Arena. Ahí tiene el vestuario bético otro acicate motivacional más. Otro elemento para crecerse en la adversidad.
LEB Oro
Ficha de la previa
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Real Betis Baloncesto: Faggiano (1,88, 21); Polanco (1,93, 4); Joaquín Rodríguez (1,94, 14); Almazán (2,00, 10); DeBisschop (2,06, 44) -posible quinteto inicial-; Pablo Marín (1,90, 6); Hanzlik (2,00, 8); Domènech (2,08, 12); Dedovic (2,03, 16); Berzins (2,13, 24); Fevry (1,90 93).
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Movistar Estudiantes: Wintering (1,80, 2); Leimanis (1,90, 44); Sola (1,93, 5); Murphy (2,06, 11); Larsen (2,08, 13) -posible quinteto inicial-; Nzosa (2,10, 3); Sergio Rodríguez (2,03, 4); Ferrando (1,86, 9); Francis Alonso (1,90, 10); Cáffaro (2,16, 19); Rakocevic (1,92, 22); Carlos Suárez (2,03, 43).
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Árbitros: De Lucas de Lucas, Morales-González Alcaide, Martínez Prada.
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Hora y TV: 20.00. Movistar Deportes 3 (dial 65) y app LaLiga Plus (de pago, premium).
Nada que perder
«De nuevo estamos al borde del abismo, pero le diría que el equipo se siente cómodo en ese lugar porque desde hace unas semanas sabía que no tenía mañana», comentaba Joaquín Rodríguez en una entrevista con este periódico. En efecto, la presión llevada hasta el límite ha sido compañera inseparable de viaje en la increíble aventura de este admirable grupo de jugadores que ha soñado, creído y trabajado sin cesar para lo que muchos pensaban como un imposible. Por eso, este viernes con aires de final es un día más en la oficina para ellos. Jueguen sin miedo. Ya nada hay que perder. La temporada iba de eso, de seguir danzando sobre el fuego. Y disfrutando, sobreviviendo a pesar de todo.
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