Fiorentina - Betis: ¡Fumata verdiblanca! El Betis jugará la final de la Conference (2-2)

El Betis salía con un equipo repleto de jugadores experimentados. En el partido más importante de la temporada hasta la fecha, Manuel Pellegrini juntaba a Isco con Lo Celso. En la sala de máquinas. Que llevasen el control y ritmo del partido. Fornals se acostaba a una banda, mientras Antony cogía la autopista de la derecha, que él la transita libre de tráfico con su indiscutible calidad. Lo mejor para el Betis era mostrarle desde el inicio a la Fiorentina quién debía mandar. Nada de dejar que una moneda al aire decidiese el destino verdiblanco. Presión alta, con buenos robos cuando trataban de saltar la primera línea de presión los italianos. El propio Antony fue el primero en probar a su amigo David de Gea. Pisaba el Betis con asiduidad el área rival. Un pase de Fornals por encima de la defensa no lo alcanzó Isco de milagro. La siguiente sería para Lo Celso. Los tres tenores demostraban estar dos pasos por encima en nivel de fútbol que sus defensores. Sin embargo, la Fiore tenía cartas escondidas para ir haciendo su encuentro y ponerle un campo de minas al Betis. Llegar a una final no es sencillo. Nunca lo ha sido.

De hecho, la más clara mediada la primera mitad fue de la Fiore con un balón suelto tras un saque de esquina, que se iba a convertir en la tortura bética. Mala salida de Vieites y el central viola recoge un mal despeje de Sabaly. Bartra, siempre atento, sacaba la pelota sobre la línea. Sin solución de continuidad, Antony saltaba a la contra y soltaba una latigazo que obligó a lucirse a De Gea. Rozaba el gol el equipo bético. Y no podía ser otro jugador que el brasileño el que volviera a maravillar con su golpeo de pelota. Falta sobre Lo Celso cerca del área, perfecta para un zurdo, que Antony golpea con el interior al palo del portero, quien se había colocado más centrado por miedo a un disparo sobre la barrera, con la puntería del 7 del Betis de que el balón tocase en el palo y entrase en la portería. Golazo. Otro más. Se ha perdido la cuenta del acierto del mejor fichaje en un mercado invernal conocido.

No obstante, no duraría en exceso la alegría e incluso llegarían los temidos nervios. Sin demasiado juego por banda, la fórmula que utiliza siempre la Fiorentina para hacer daño, su arma principal era el balón parado. Y allí aparecía un héroe inesperado para los italianos. Gosens se sacó dos cabezazos de gol corriendo a rematar al primer palo. En el primero sorprendería la defensa zonal del Betis, girando bien el cuello y colocando la pelota en el palo largo. En el segundo, ocho minutos después, cabeceó desde el otro perfil, con Bartra encima suya y realizando un giro de cuello poco natural. La coló por el primer palo. Entre uno y otro, el Betis tuvo el segundo tanto. Jugadón entre Fornals e Isco, con un pase maravilloso del malagueño al corazón del área raso, que encontraba libre para el remate a Cardoso, cuyo disparo repelió el larguero. El partido estaba intenso, emocionante, precioso. En otro córner en el alargue, Kean pudo anotar el tercero. Un desastre la defensa del portero del área pequeña en el balón parado. La semifinal se ponía interesante, demasiado para la perspectiva verdiblanca, que entraba al segundo tiempo con las fuerzas igualdas en el marcador.

El segundo periodo arrancaba con un Betis tratando de demostrar que quería mandar en el partido, con Isco retrasando por momentos su posición para darle una salida limpia al equipo. Controles y conducciones que sólo sabe interpretar el malagueño, aunque sin ocasiones de excesivo peligro. La Fiore se iba partiendo con el pase de los minutos, aunque llegaba al área del Betis en alguna contra casi siempre levada Moise Kean, excesivamente individualista. Manuel Pellegrini tenía que quitar a Bartra del campo por problemas físicos (introducía a Mendy) y aprovechaba para colocar dos extremos, metiendo a Abde por Lo Celso. Menos control pero más colmillo. El marroquí tuvo la primera del segundo tiempo con una finta y un recorte con disparo final taponado por un defensor italiano. La eliminatoria estaba en un pañuelo. Nadie quería equivocarse, mientras el duelo se rompía cada vez más, costándole a la Fiore regresar en las salidas béticas, con más velocidad a la contra. El premio era muy gordo.

También el Betis iba a probar fortuna a balón parado. Natan, quien envió a Mendy a que le abriese espacio y cabeceó junto al palo. Dentro del partido, había sus refriegas. Antony y Ranieri tuvieron sus más y sus menos, tratando el italiano de descentrar al brasileño en cada jugada, pretendiendo que saltase con una acción extradeportiva. Los minutos pasaban y la sensación de miedo a perder se apoderaba de ambos equipos. Menos fútbol. Más parones. Muchas tarjetas. Pocos errores al no cometerse riesgos. En una falta lateral de Fiore, el balón se paseó por el área pequeña bética. Enorme susto. Un robo de Antony rozando el minuto 90, provocó un disparo franco de Antony, que desvió De Gea, para que hiciera una segunda intervención a lanzamiento duro de Abde. Y en el alargue, antes de comenzar la prórroga, otra llegada de Antony pudo provocar el 2-2 con un pase a Bakambu que cortó De Gea. Tocaba irse a la prórroga. Una final europea estaba en juego.

El Betis volvía a salir mejor que la Fiore. Mandón. Jugando en campo rival y percutiendo por el costado de Abde, cuya frescura hacia verdadero daño a la zaga italiana. Pellegrini había metido a Aitor Ruibal como delantero para darle piernas a su presión. Pero en este equipo siempre aparece en los momentos históricos un jugador que nadie se espera. Aitor Ruibal descargó en profundidad, con la marca de dos hombres, hacia Antony, quien sólo debía esperar a Abde para cederle un remate franco ante De Gea. Gol del Betis. Otra vez por delante en la eliminatoria. Quedaban más de 20 minutos, pero las sensaciones volvían a ser de recuperación bética, quien sólo necesitaba mantener la posesión y fortalecer la defensa de su área.

La Fiorentina movía su banquillo para la segunda parte de la prórroga. Necesitaba arriesgar. Y en el primer ataque del Betis pudo anotar Ruibal con un disparo desde la frontal, en una contra cuatro contra tres. Con muchos parones, el Betis tuvo que prolongar su sufrimiento. Isco puso sentenciar con un pase atrás de Pablo García, lanzando muy por encima del larguero por su cansancio. Abde tuvo otras dos, dando una en el palo. El partido estaba en el alambre. Se descontaron tres minutos. Llegó el partido a su final. ¡Qué sufrimiento! El Betis es nuevo finalista europeo. La historia verdiblanca merecía un premio así. Al más puro estilo del gran Real Betis Balompié.