Era el día para dar el salto en la clasificación (1-1)

Parafraseando al título de una serie española de la primera parte de la segunda década de los años dos mil, sin Isco no hay paraíso. Y es que el de Coín estuvo muy bien tapado por el centro del campo del Alavés durante prácticamente todo el partido. Eso provocó que el Betis adoleciera de fluidez en el juego de ataque. No estuvo fino de centro del campo hacia adelante el equipo de Manuel Pellegrini, quien tampoco encontraba demasiadas soluciones con lo que tenía en el campo, al menos hasta el descanso. Eso lo aprovechó el Alavés, además castigando la banda derecha del Betis, en la que Bellerín no estuvo nada acertado ni en el ataque ni en defensa. Además, tampoco Bravo ofreció en la portería demasiada seguridad. Así se puede entender que el equipo de García Plaza tuviera una salida al partido en la que apretó, y de qué manera, a los pupilos de Pellegrini. Dos ocasiones claras contabilizó el conjunto local al borde del minuto 20 de juego y encendió las alarmas de los futbolistas heliopolitanos. Entre Rioja y Kike García crearon muchísimo peligro en el arranque del partido, con sendos disparos del delantero murciano, uno por encima de la portería visitante tras un mal despeje del meta bético y otro cerca del poste ante la oposición de Chadi Riad.

A nivel individual no tuvo excesivos problemas el Betis en el eje de su defensa. El internacional sub 23 marroquí y Pezzella se entendieron más o menos bien y lograron tapar tanto a Kike García como a Samu Omorodion cuando éste entró al partido en el segundo tiempo. Mantuvo muy alto el nivel defensivo el argentino, que se marchará ahora con su selección y Pellegrini y todos los béticos rezarán para que vuelva en las mejores condiciones posibles y sin mucho cansancio para poder jugar ante el Getafe tan sólo tres días después de hacerlo a las órdenes de Scaloni.

Poco a poco se fue sacudiendo el Betis el dominio y el control del equipo local y tras las ocasiones de Kike García fue Rodri el que tras una buena acción personal después de un gran desmarque que vio Bravo, quien le puso el balón en largo al extremeño. El de Talayuela controló, se abrió y encontró un disparo cruzado que se estrelló con el poste. Empezaba a igualar el partido el conjunto bético y se adelantó en el marcador pasada la media hora de juego gracias a la astucia y la inteligencia de Ayoze, que acudió al rechace del portero local a un lanzamiento de Guido Rodríguez. El tinerfeño estaba en posición legal. Pero el Alavés reaccionó pronto. Problemas generales del equipo de Pellegrini a la hora de defender ciertas acciones a balón parado y tras una falta lateral que cabeceó en el segundo palo Kike García, Bravo estrelló su despeje como pudo en el cuerpo de Bellerín y la pelota terminó en el fondo de la portería visitante.

Con el 1-1 y la sensación de que Pellegrini y sus futbolistas tenían que tocar alguna tecla y dar un paso adelante en cuanto a la ambición de querer ganar el partido, se fue el choque al descanso.

Pero para desesperación de los aficionados béticos, tanto los que estaban en las gradas de Mendizorroza como para los que siguieron el partido por la televisión, el choque no cambió tras el paso por los vestuarios. El fútbol espeso y falto de ideas no varió, pese a que Isco tuvo más contacto con el balón. Pellegrini movió el equipo, pero en esta ocasión, a diferencia del choque continental ante el Sparta, los jugadores no dieron ese paso al frente y no apretaron de verdad a la defensa y el portero locales. Tenía el Betis una buena oportunidad para marcharse al parón con 15 unidades, mejorando en puntos al primer parcial de la temporada antes del parón de septiembre (es verdad que con un partido más y la aparición de la competición continental), y acechando a la Real Sociedad, pero no demostró querer ganar el encuentro el cuadro heliopolitano.

Para el final del mal partido bético quedó el protagonismo que siempre parece querer tener Hernández Hernández cuando le pita al Betis. El colegiado canario expulsó de forma inverosímil por tarjeta roja directa a Willian José en el descuento del choque, para dejar su ya clásica marca negativa.

Tienen trabajo por delante Pellegrini y su cuerpo técnico en estas dos semanas de parón, porque el Betis debe mejorar muchísimo su imagen y su forma de competir si quiere sacar algo positivo, por ejemplo, ante el Getafe, que será el choque con el que se reanude la competición el próximo 21 de octubre.