Betis - Sevilla

El derbi son ellos: Pablo y Hugo son primos y han repetido la misma foto 15 años después

Reportaje

Bético y sevillista, respectivamente, cuentan qué significó aquella simbólica y deportiva imagen que llevan tatuada en la piel y que vuelve a ser viral a las puertas de este nuevo derbi

El niño bético que no pidió camisetas en el derbi se declara en Nervión: «Betis te amo»

A la izquierda, Hugo y Pablo juegan a la pelota en una de las imágenes más famosas del derbi; a la derecha, el pasado miércoles, reeditan la instantánea en el mismo tramo del centro deportivo Sevilla Este J.C. Pérez / M. Guerra

Como cantara el gran rockero Silvio: no busques más que no hay. Porque son ellos. Los dos niños que Sevilla lleva persiguiendo por sus redes más angostas las últimas quince y largas primaveras. Porque cada vez que hay un derbi en el horizonte dorado ... que dibuja Heliópolis o bajo la blanca luna que blanquea la colorada Nervión, una voz responsable la baja al suelo, la cuelga al segundo palo y alude que esta pasión, que es el derbi, no sería la misma si no fuese compartida. No sería nada. La vida en Sevilla sería infinitamente más aburrida de no haber dos formas de entender nuestras cosas del balón. Porque el derbi al final no es más ni menos que dos niños cogidos de la mano en cualquier campo sevillano y quien no entienda eso no tiene entrada en la gran fiesta del fútbol local, se juegue donde se juegue.

Han crecido, como lo ha hecho el partido de los partidos, y han madurado a las mil maravillas. Aquella fotografía que hizo en 2009 el fotógrafo Juan Carlos Pérez, que por afición capturaba entonces el bendito juego de su sobrino, no era en verdad ningún partido de cantera entre el Sevilla y el Betis, por más que Pablo y Hugo fueran vestidos igual que sus ídolos, imitando hasta el color de las botas. Ocurrió en el intermedio de un Sevilla Este - Bellavista en el que también se divertía, lances del destino, un familiar de estos dos primos hermanos de los que se han dicho demasiadas cosas por internet. Ahora serán ellos quien cuenten la verdad. Quince años después de la imagen que cambió sus vidas, este bético y este sevillista quedan inmortalizados en el mismo mediocampo del estadio más viral de Twitter: el centro deportivo Sevilla Este, cuyos pasos gobierna ahora el AD Nervión, a cuya gentileza se debe la repetición de otra imagen imborrable captada tantos derbis después a través de los ojos de María Guerra, fotógrafa de ABC de Sevilla, para que después sean ellos mismos quienes se presenten a Sevilla. Eso sí: ninguno acierta a decir quién acabó llevándose el balón de aquella jugada.

Hugo y Pablo posan con el balón en el mismo centro deportivo Sevilla Este 15 años después de aquella famosa jugada María Guerra / ABC

Un derbi especial

«Yo no le echaba ni cuenta, pero cuando quise dársela, ya estábamos en todos lados. Yo tendría unos cuatro o cinco años cuando se hizo aquella foto», cuenta mirándola fijamente Pablo Rodríguez, que por entonces portaba la equipación Kappa del curso verdiblanco 2005-06. «Mi padre desde chico me hizo del Betis hasta la muerte», lamenta el joven, de forma literal, después de que hace cuestión de meses fuera fichado por ese eterno cuarto anillo. «Soy socio y tengo carné desde chico; lo tengo en la grada de Preferencia, y he jugado casi toda mi vida en el San Roque y en Los Puertos hasta ser juvenil de segundo año. Ahora soy de tercero, que tengo 18. Y me gusta más verlo que jugarlo. Mi padre creó una empresa de mamparas aquí en Sevilla Este, y la llevamos adelante mi madre, mi hermana y yo», refleja, con la mirada rutilante, sabiendo que el de este domingo no será un derbi más.

Es su primo Hugo Sánchez, con quien comparte sangre y además tinta, porque hace dos años decidieron mudar a su piel lo que palpita en el corazón, el que explica a la perfección qué supone repetir dicha idea todo este tiempo después: «La foto representa amistad y rivalidad. El cariño por el deporte. Yo jugué en el Betis siendo sevillista hasta los 13 años. Era delantero. Un día estábamos aburridos, y vimos la foto y dijimos, ¿nos hacemos un tatuaje? Y nos lo hicimos», abunda. Su tío, Javi Payán, perteneció a aquel División de Honor que conformaba una ilustre camada de nervionenses que pasó a la historia, como Sergio Ramos o Antonio Puerta, en un vestuario entrenado nada menos que por Luis de la Fuente, hoy seleccionador nacional absoluto.

Pablo y Hugo enseñan el tatuaje realizado hace dos años que recrea la entrañable imagen de 2009 ABC

Un derbi para todos

Eso sí, como buen sevillista, no se fía del eterno rival, pero lanza un órdago: «El Betis ahora está muy bien, y el Sevilla algo peor, pero es verdad que el Sevilla en los derbis se crece. Además, el Villamarín aprieta siempre y tienen muy buen ambiente». A lo que su primo Pablo, que habla heliopolitano, replica con quién cree que será quien decidirá esta 33ª fecha del campeonato liguero, de las más especiales: «Isco me gusta, pero como Fekir no hay nadie. Cuando está en su prime no hay quien lo coja», advierte. El padre de Hugo y el tío de Pablo, Francisco Sánchez, cuenta miles de anécdotas vividas desde aquel Sevilla Este - Bellavista en el que se detuvo el tiempo para una familia que ahora encuentra un sentido a dicha fotografía: «Un día un amigo de Pino Montano fue a desayunar a un bar de allí y reconoció una pintura de los niños. Y los llevé y se echaron fotos con ellos, y llegaron a hablar hasta con el pintor. Esto es lo mejor de todo: en mi familia somos todos sevillistas, pero por parte de la madre son todos béticos. Pablo y Hugo han nacido juntos y uno es muy bético y otro muy sevillista, y lo más importante es el sentimiento de hermandad y de unión», concluye.

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