Pasa, pero sufrió demasiado (1-3)

Las primeras noticias saltaban cuando se conoció el once inicial que Manuel Pellegrini decidió poner en liza en el Narcís Sala de Barcelona. De los canteranos, sólo comenzaba el partido Jesús Rodríguez. Guirao y Mateo se quedaban en el banquillo. Porque el doble pivote del centro del campo lo formaba Lo Celso, sí, más habitual verlo ahí, y la gran novedad, Ricardo Rodríguez. Llamó mucho la atención la posición del internacional suizo. Porque teníamos catalogado al exjugador del Milan o el Torino, entre otros, como un lateral zurdo, como ha jugado principalmente desde que fichó por el Betis este pasado verano, o si acaso como central izquierdo, no como mediocentro, como confirmó el entrenador verdiblanco en la previa del partido, en este caso de perfil defensivo. El jugador suizo, que dejó una imagen deplorable por ejemplo en el partido de hace una semana en la República Checa frente al Mlada Boleslav, tropezándose y cayéndose solo al suelo en alguna ocasión, tenía una oportunidad para reivindicarse, más si cabe en una posición en la que el equipo tiene muchas bajas de consideración. Pero todos se echaban las manos a la cabeza viendo el partido de Ricardo Rodríguez como mediocentro. No dio una a derechas. Fue andando, deambulando, por la superficie artificial del terreno de juego y los centrocampistas del Sant Andreu lo pasaban como aviones. Mucho duró en el campo. Pellegrini lo quitó cumplida la hora de juego. Es de ese tipo de jugadores que no deberían volver a ponerse la verdiblanca.

Lo ocurrido en la primera jornada de esta segunda ronda copera con la eliminación del Espanyol ante el Barbastro y la racha tan mala de juego, resultados y sensaciones del Betis en los encuentros de la pasada semana, hacían tener con las orejas tiesas a toda la expedición verdiblanca desplazada a la Ciudad Condal y también a más de un (y más de dos, muchos más) bético que seguía el partido a través de la televisión, al margen de los más de 600 incondicionales, en su gran mayoría catalanes, que presenciaron el partido en las gradas del Narcís Sala.

Pero el Betis se empeñó en seguir decepcionando a sus aficionados y en arrastrar el escudo y la camiseta ante un rival de Segunda RFEF, la cuarta división del fútbol español. Es que ni siquiera Lo Celso rindió como debía. Los primeros minutos de Jesús Rodríguez llamaban a la esperanza, pero tampoco. Y otro que aún sigue sin decir nada cada vez que juega es Iker Losada. Son muchos los futbolistas que deberían aprovechar estos partidos -en el caso del gallego más todavía, porque no fue inscrito para la Conference League- para dar un paso al frente en este momento de bache de resultados, juego y sensaciones y a los que les está costando. Y eso que fueron los heliopolitanos los que se adelantaron en el marcador. En el minuto 26, Chimy Ávila, de falta directa y con la ayuda del portero local Nil, que estuvo mal colocado y blando a la hora de defender el disparo, puso el 0 a 1 en el marcador.

Tan sólo diez minutos después empató el choque el equipo barcelonés. En una acción en la que los de Xavi Molist se plantaron en el área defendida por Fran Vieites jugando al primer toque y ante la pasividad de la zona izquierda del Betis, principalmente de Perraud y, otra vez, Ricardo Rodríguez, Serrano colocó las tablas en el marcador. Con el empate a uno en el marcador se fue el partido al descanso... Y casi a diez minutos para el final.

Antes, el Sant Andreu reclamó penalti por unas claras manos de Sabaly en el área bética a centro de Lucas Viña. Al no haber VAR en estas rondas coperas porque los equipos de categorías más bajas no cuentan con la infraestructura suficiente, no se revisó la jugada. Todavía fue peor la jugada en la que un futbolista local evitó desde el terreno de juego sobre la línea de gol y con Fran Vieites batido el segundo gol de su equipo. Las polémicas continuaron. Fue en el minuto 78 cuando el colegiado del partido, el balear Busquets Ferrer, decretó penalti en favor de los béticos por derribo sobre Vitor Roque. Las repeticiones mostraban que tal derribo ni siquiera se había producido. El brasileño lanzó la pena máxima y el meta Nil se la repelió. Bartra, un metro dentro del área en el momento del lanzamiento, remachó al fondo de la red. El VAR hubiera anulado ese tanto.

Pero al final, y ya con el 1-2 en el marcador, Pellegrini, que había agotado los cambios en el minuto 60 del partido, le metió tranquilidad al encuentro y fue en el descuento del choque cuando Abde marcó el 1-3 definitivo.

Sufrió demasiado el Betis. De hecho, el Sant Andreu fue mejor y mereció haberse puesto por delante en el marcador. Pero al final fue el Betis el que cumplió con la lógica, no dio lugar a la sorpresa y el lunes conocerá a su rival en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey que se disputarán justamente dentro de un mes, entre el 3 y el 5 de enero de 2025.