El Betis fue mejor en todo menos en el marcador (1-1)

Porque pocas tardes tendrá así el Betis en duelos de estas características. Tan superior fue que el empate fue celebrado por los sevillistas, aunque el público cantó «directiva, dimisión» nada más concluir el duelo. Un punto que sabe a poco porque los derbis pasan directamente a la historia y el 1-1 se quedó realmente corto para los merecimientos verdiblancos. En los dos actos hizo todo lo necesario para ganar holgadamente pero su falta de puntería en los metros finales lo impidió.

La primera parte fue una sucesión de ocasiones del Betis con pequeños paréntesis sevillistas. El dominio fue tal que en los vestuarios verdiblancos se lamentaba no acumular ya una ventaja suficiente y el 0-0 se antojaba positivo para los locales, que respiraban. Se dibujaba un encuentro que ya se había visto en ocasiones desde la perspectiva heliopolitana. Demasiado perdón, a ver la factura que llega después. En el cuaderno se anotaron hasta tres ocasiones clarísimas de los béticos, empezando por un cabezazo de Isco solo que acaba en el regazo de Dmitrovic a los 50 segundos. El aviso es el de un equipo que quiere dominar y que encuentra espacios para generar todo el peligro que ansía, ante un Sevilla que arranca a tirones por amor propio y orgullo, poco más que añadir a su precario fútbol en esta fase. Es Isco el nombre propio porque la grada, que hace un año era la suya, le ha deseado la defunción pero éste responde con fútbol y más fútbol, adueñándose del partido. Tiene otra ocasión casi de seguido el bloque de Pellegrini cuando es Guido Rodríguez quien dispara con la izquierda desde dentro del área y Dmitrovic ha de despejar con la mano dura.

El partido está para el Betis y Gil Manzano perdona una clara amarilla a Pedrosa por pisotón a Assane. Es el minuto 4. Guido resuelve también atrás para barrer los centros aislados del Sevilla. Rakitic muestra el guion que se preparó en su vestuario con un disparo lejanísimo como prueba del algodón sobre la fiabilidad de Fran Vieites, quien ve salir el esférico mansamente fuera. Marca el Betis con un disparo de Bellerín desde la frontal que rebota en Gudelj antes de inflar las redes pero es anulado por fuera de juego de Pezzella en el inicio de la acción, una falta botada por Isco.

El duelo se trufa de faltas sevillistas como lenguaje claro de impotencia ante las arrancadas béticas en su campo. Una de ellas culmina en amarilla a Gudelj, la que abre el baile. Isco sobresale de nuevo cuando tiene aire en su zona de creación y con la izquierda ve a Miranda volar por detrás de Navas. El lateral bético remata, desvía Dmitrovic y el rechace le llega al de Olivares, quien con la derecha lanza alto cuando el gol era lo más sencillo. Completa su mala gestión el zurdo bético con una pérdida de balón posterior que le obliga a cometer falta sobre Ocampos y ser amonestado. La primera mitad concluye con una ocasión de Isco, con Miranda rodando por los suelos, que sólo Pedrosa desvía cuando Dmitrovic ya estaba vencido. Así se cerró un ciclo en el que el Betis tenía que celebrar que era ampliamente superior a su rival y lamentar que el marcador no lo reflejaba. Quedaban 45 minutos para corregir esa situación.

Es el Sevilla quien sale más entonado en la segunda parte, más metido pero sin alharacas. Los duelos se reparten por la intensidad equilibrada. Y eso lo agradece la afición local. No es un Betis tan dominador pero sí mantiene inmaculada su capacidad de llegar. En una arrancada de Isco, quién si no, con el balón pegado al pie tiene continuidad con Ayoze, quien hace un recorte extraordinario en la frontal para mandar a Badé a otro lado y dispara con la izquierda para golpear el balón en el poste. Es el minuto 59. El canario no se queda ahí y poco después caracolea en el área en el perfil izquierdo para abrirse hueco entre una nube de rivales y dispara al cuerpo de Dmitrovic en otra ocasión clarísima.

Los cambios se activan y Lukebakio salta por Óliver y Pellegrini responde modificando toda la banda izquierda: Abner salta por Miranda y Abde, en lugar de Assane, con lo que Ayoze muda de perfil. El duelo se distrae, no tiene dueño en esta fase, se equilibra en el desorden. Está para una individualidad. Para un fallo o una genialidad. Y el error lo firma Dmitrovic con un balón colgado por Isco que el meta serbio despeja mal de puños y le regala el rechace a Ayoze, quien marca raso el 0-1. Al fin el Betis tiene el premio que merece. Corto, por ahora.

Diego Alonso quita a Ocampos y recibe una sonora pitada de su hinchada. Queda un cuarto de hora largo de partido. El Sevilla trata de apretar arriba y consigue un par de saques de esquina consecutivos. Luiz Henrique salta en lugar de Willian José, cuyo trabajo hay que tener en cuenta para su valoración. Pellegrini busca velocidad para la transición porque a partir de ese momento se pliega atrás cerrando espacios, con Pezzella y Chadi en un momento notable y las ayudas inestimables de Guido y Marc Roca.

Pero el empate estaba en las botas de Rakitic, quien tomó un balón desde lejos para disparar con el balón botando y colarla por la escuadra de Fran Vieites, quien la toca levemente, en el 1-1. El duelo volvía a cambiar. Minuto 79. Se le anula un gol a Ayoze tras centro de Luiz Henrique pero el balón había salido fuera en la arrancada del brasileño, quien después remata de cabeza bombeado para buscar superar a Dmitrovic y el esférico sale por poco, tras centro de Marc Roca en la línea de fondo. Vieites se estira bien tras disparo de Suso. El Betis está en la duda de si quiere que acabe el duelo o piensa en lamentar lo desaprovechado, ventaja incluida.

En los estertores del partido está el Sevilla buscando colgar balones para Mariano o En-Nesyri y los verdiblancos apuestan por las transiciones. Un centro envenenado de Guido se va a córner con susto para Dmitrovic, quien después despeja con los pies una notable jugada que acaba con centro muy cerrado de Bellerín. Gil Manzano añade cinco minutos. En ellos hay un lejanísimo disparo de Gudelj que sale fuera por poco. d

Quita a ocampos tras el 0-1 mnunto 73, pitada