El Betis maneja el retraso a verano de 2025 como fecha del traslado a la Cartuja

Y es que hay varios factores que apuntan a esa perspectiva. Si bien en la Sociedad Estadio de la Cartuja se tiene claro que van a cumplir los plazos de inicio de las obras tras los conciertos programados, los posibles retrasos en la misma por diferentes cuestiones habituales, lo ajustado de los tiempos con LaLiga en curso y con unas obras en marcha o recién finalizadas y la dificultad de desplazarse en mitad de una temporada impulsan a considerar en el Betis que la opción más probable, aunque se trabaje con la original, es moverse en verano, con más semanas de adaptación tanto del equipo como de los aficionados a sus nuevas ubicaciones. Además, en el club están pendientes de todos los trámites urbanísticos así como la autorización de la Junta de Andalucía al impacto medioambiental, cuestiones que pueden también provocar nuevos retrasos.

Y es que si la idea de los responsables del estadio de la Cartuja es que la obra pueda finalizar en el primer trimestre de 2025 deja la puerta abierta a varias semanas y a tener que desplazarse en un momento que puede ser complejo deportivamente para el Betis si tiene algo en juego, con lo que hay muchas voces en el club que prefieren esperar a plantear la urgencia del traslado, aunque no se quiere retrasar más la cuestión dado que ya hubo cambios anteriores en el cronograma. El Ayuntamiento de Sevilla también tiene mucho que decir en el adecentamiento de los accesos al estadio de la Cartuja, una demanda ciudadana desde hace muchos años.Así, la grada de preferencia del estadio Benito Villamarín comenzaría su demolición a finales de la primavera de 2025 justo tras la conclusión del último encuentro liguero que se dispute en este feudo, que el club podría negociar para que fuera en la penúltima jornada y así ganar una semana más, y comenzaría a contar el reloj para entre año y medio y dos años de obras con la idea de que pudieran retornar los verdiblancos a su casa bien en la 2026-27 mientras está en marcha o bien desde el arranque de la 2027-28. El club debe trasladar, además, sus oficinas a otra ubicación y en este detalle y otros están trabajando desde hace semanas en Heliópolis con una organización en exclusiva para este desarrollo.

«Los plazos se van cumpliendo. Este hito dentro del proyecto era preceptivo y está dentro de lo previsto. Con esto las desviaciones de cronograma no deben ser sustanciales y tenemos la idea de que a primeros del año 2025 haremos nuestro traslado a la Cartuja», señalaba Federico Martínez Feria, director general corporativo del Betis, hace unas semanas con motivo de la apertura del plazo de trámite de consulta pública del documento de avance del estudio de ordenación de la parcela del Nuevo Estadio Benito Villamarín. Sin embargo, esta intención del club se expresa mientras se trabaja de forma paralela en la opción, cada vez más clara, de moverse en verano de 2025 dados todos los trámites que aún están pendientes.

De una forma u otra, desde la Consejería de Deporte de la Junta de Andalucía, que gestiona el estadio cartujano, se recalca que no han variado los plazos previstos para la reforma del recinto con motivo de su puesta a punto para el Mundial de Fútbol de 2030. Así, fuentes del ejecutivo andaluz subrayan que los trabajos se iniciarán a comienzos del mes de julio y finalizarán «en el primer trimestre de 2025», un margen algo más amplio que el mismo mes de enero y que comportaría hasta marzo. Esa relativa laxitud con el plazo de conclusión puede provocar que el Betis se decante definitivamente por mantenerse la temporada completa en su estadio, puesto que un traslado con la campaña tan avanzada y en meses donde hay tantas cosas en juego puede resultar adverso para los intereses del club. Cuando se anunciaron por vez primera las obras se indicó un plazo de «ocho meses», de manera que, si éstas arrancaran en julio llegarían al menos hasta febrero.

En las oficinas de la Consejería se trabaja estas semanas con los trámites técnicos y administrativos para el comienzo de la actuación, que comenzará con la eliminación de las pistas de atletismo para empezar a transformar el estadio en un campo de fútbol e ir dejando atrás su actual morfología, con la que se construyó de cara al Mundial de Atletismo de 1999. Una vez se elimine el tartán, se rebajará la cota del terreno de juego para construir más graderío en esa zona baja y terminar ganando, de este modo, unas 14.000 plazas más hasta alcanzar las 75.000 localidades. Ese remate debe estar listo como muy tarde al arrancar la primavera de 2025.

En el Betis esperan que todas las variables que afectan a este traslado se vayan cumpliendo y evalúan los diferentes escenarios posibles. Su intención es moverse a primeros de 2025 y que dentro de un año el equipo ya pueda estar en la Cartuja pero gana peso la vía de aguardar a verano por las ventajas que también incluye.