Betis - Celje: Todos querían que marcara Juan Miguel (2-1)
El malagueño anota en el alargue el tanto del triunfo verdiblanco ante un Celje que apretó hasta el final; los heliopolitanos dejaron una imagen de nuevo preocupante en Europa a pesar del triunfo
Betis - Celje, en directo: minuto a minuto, goles y resultado del partido de la Conference League 2024-2025

Oh, Juan Miguel. Oh, Juan Miguel. Todos queremos que marque Juan Miguel. Así cantaba el Villamarín hace no tanto por los goles de un delantero al que no se le ha olvidado esto. Uno de los héroes del año de la Copa de 2022. ... Un jugador al que se le fue apagando el brillo pero que tiene aún mucho en sus botas. Entre ellas, en la derecha precisamente, un golazo. Una carrera de 50 metros en la que nadie le cogió porque iba con el aliento de los que quedaban en la grada. Y un balón picado que superó al meta del Celje y firmó la primera victoria del Betis en esta Conference. Un triunfo de sangre (Natan), sudor (de todos) y casi lágrimas, porque los pitos y los lamentos estaban preparados y todos saltaron por los aires con este 2-1 del malagueño. Un golazo en toda regla que quedará ya en la memoria. Si el Betis quiere estar en Breslavia debe acordarse de esta noche con el gol de Juanmi. Pero Polonia está muy lejos para este Betis tan ramplón e incapaz. Ganó pero sufrió más de lo que estaba en el guion. Porque fue un equipo sin ideas ni calidad. E incluso en fases que no tenía ni ganas. Rozó el ridículo pero le salvó Juanmi. Un héroe para una noche en la que no hacía falta recurrir a la épica, sino imponer la lógica.
Ha sufrido mucho Juanmi desde aquellos días de vino y rosas en los que anotó 20 goles en la temporada 2021-22. Su mejor año como profesional rodeado de temporadas con lesiones y de dos cesiones con poco éxito a Arabia Saudí, primero, y al Cádiz con descenso incluido, después. Pero le tocaba volver a ser un héroe al bueno de Juanmi. Se emocionó con el gol y la gente volvió a cantarle. Había ganas de un gol decisivo de Juan Miguel. Le dio tiempo a pensar y así hizo la vaselina, marca de la casa, para ganar. Juanmi es de esos jugadores del cambio de ciclo, como decía el otro día Canales. Pero ahí sigue, dispuesto a regalar alegrías. No se le ha olvidado marcar.
No fue un partido fácil y la gente pitó en el descanso y durante la segunda mitad porque el Betis no estuvo hábil, ni fino, ni contundente. El Betis europeo es irreconocible con respecto al de LaLiga. Pero en la competición doméstica sí muestra esas virtudes y aquí, no. Extraño caso. De todas formas, en la Conference sí tienen minutos hombres como Juanmi y éste que salió en la segunda mitad al final tenía un papel decisivo que nadie esperaba y que atrapó para deleitar a todos y levantar a los béticos de sus asientos. Todos felices.
La primera parte fue un festival del bostezo. ¿Cómo puede pasar un equipo de mostrar una cara competitiva y ganadora a esta sensación de ir al tran tran sin sangre ni voluntad? Pues sí. Esto es lo que le sucede al Betis. Como si tuviera un virus en Europa. Como si le atrapara la desgana. Así saltó al campo, pensando en eso que tantas veces niega su entrenador: que iba a ganar con la camiseta. Y no es así. Sólo se consigue siendo más fuerte, más rápido, más talentoso y más acertado que el rival. Y los primeros 45 minutos de los verdiblancos ante el Celje fueron para olvidar. De tal forma que el premio fue una pitada de una afición que sabe que puede pedir más porque lo hay. Castigo y ganas de espolear a los suyos. Y es que hubo muy poco que echarse a la boca en este tramo en el que se esperaba que el mordisco bético a su presa fuera llamativo. Y ni un rasguño se llevó el equipo esloveno. En la cartilla de ocasiones sólo hay que reseñar un tiro alto de Fornals desde la frontal y una incesante colección de balones colgados buscando a un Bakambu al que no encontró nadie.
Porque fue un Betis vacío de calidad en los metros finales. Donde se unió la voluntad tribunera de Chimy Ávila con la potencia descontrolada de Assane pero también la falta de finura de los laterales subiendo con un nueve a contraestilo sin espacios como Bakambu. Y Fornals buscando el centro para salir de una banda en la que no mostró buen pie, con centros y llegadas sin calidad. Sí destacaron Sabaly, Bartra y Cardoso, pero todos muy lejos de la zona en la que se deciden los goles. Es decir, los partidos. Y así la grada no estaba conforme y lo hizo saber con música de viento en la noche otoñal del Villamarín, donde esperaban a un Betis más incisivo pero su deseo no tuvo recorrido.
Captó algo el mensaje el vestuario y tras el descanso quiso algo más. La presión subió metros y las ganas aparecieron pero necesitaba elementos desequilibrantes. Assane disparó de nuevo alto (una constante entre casi todos ayer) y Chimy se enzarzaba en una pugna personal con Nieto. Cardoso también tuvo un tiro desde la frontal que el meta esloveno detuvo en dos tiempos tras botar el balón en el larguero. No había peligro cierto y Pellegrini tuvo que activar el banquillo. Fuera Bakambu y Mateo y dentro Abde y Vitor Roque. Ya lo ponía todo el chileno sobre el campo buscando la ofensiva. Cardoso estaba siendo el mejor en este tramo pero precisaba de socios. Chimy desordenaba lo poco que podía construir el equipo en el ataque. Un verso suelto que es cara o cruz.
Vitor Roque sí engancha uno de esos balones que cuelga Sabaly desde la derecha pero se encuentra con el meta visitante. Un disparo duro que casi todo el mundo cantó gol. Pasada la hora de partido ya vislumbraba el Betis el camino, cambiando la pasividad por un ritmo más exigente pero demasiadas veces precipitado arriba y en otras, contemplativo. Y el Celje ve que puede salir al contragolpe y el partido se estira porque los eslovenos no se dejan embotellar. El desequilibrio de Abde aparece como opción principal pero se encuentra con un bosque de rivales. Más cambios porque Pellegrini refresca algo más el mediocentro y la delantera con Altimira y Juanmi en el lugar de Cardoso y Chimy. El dibujo sigue con un 4-4-2 y es el malagueño el que está detrás de Vitor Roque, con Assane y Abde abiertos.
La llave la tiene Abde, que hace un eslalon con disparo que acaba en córner cuando tenía buena pinta. De ese saque de esquina nace el gol de Natan. Al fin. Lo hace hasta haciéndose daño con sangre en la cara. Un centro desde la derecha, de nuevo de Sabaly, lo remata el brasileño. Le da al balón y después a la cabeza de un rival. El esférico entra y el oponente cae al suelo. Natan sigue en pie, celebra el tanto echándose las manos a la cara y sus compañeros llaman al médico en plena celebración. Le asisten al lado de la portería de Gol Norte y entra Llorente en su lugar. Gol, sangre y cambio. Imagen poderosa, por supuesto.
Y se va Natan pasando detrás de la portería con una gasa en la cabeza sujetada por la mano izquierda y levantaba la derecha con la gente ovacionándose. Vuelta al ruedo del brasileño, un ejemplo de cómo querer y poder es posible en este equipo.
Pero no iba a ser suficiente. Una mala posición de Llorente habilita a Nieto, quien remata en escorzo para hacer el 1-1 poco después. Un jarro de agua fría, helada, congelada. No esperaba el Betis este palo en un día en el que le costó tanto marcar ante un equipo claramente inferior al que no fue a machacar con el 1-0 sino que pensó en replegarse. Los eslovenos tenían su premio y podían ir a por más, con un mano a mano que sale fuera por poco. La gente canta el «échale huevos» al equipo. Decepcionados, enfadados. Y el partido está más para el 1-2 que el 2-1 con otro susto con un tiro desde la frontal que también sale al lateral de la red. Parece un Betis grogui, que no sabe cómo recomponerse.
Assane tira mal con la izquierda después de una buena combinación entre Fornals y Sabaly pero es una anécdota en un tramo final en el que el Celje toca y toca con los verdiblancos corriendo como pollos sin cabeza ante un concierto de silbidos que sólo se transformaría en ánimo si el equipo transmitiera algo. Pero hay dudas, hay pases atrás, malas triangulaciones. Y otro disparo del Celje que desvía Adrián. La pelota no está en exclusiva en el área visitante, sino que se mueve por todo el campo y esa no es buena noticia. Pero llega la carrera de la noche. Balón en profundidad de Assane para Juanmi, que corre y corre perseguido por todos y la pica antes de la salida del meta. El balón entra llorando y todos van a abrazar al malagueño. Natan, Aitor, todo el banquillo. Increíble. El 2-1 hace estallar a todos. A muchos les pilló en las escaleras saliendo del estadio enfadados. Ellos se lo perdieron. Los que se quedaron lo celebraron a lo loco frotándose los ojos. Le costó mucho al Betis pero se llevó su primer triunfo en la Conference gracias a Juan Miguel. El héroe de otro tiempo que aún está para desatacar el presente.
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