Entrevista
Bellerín: «Prefiero ser de verdad y que me caiga toda la mierda a ser lo que no soy»
El lateral habla de su personalidad, del nivel del Betis actual, de la continuidad de Pellegrini y de los muros derribados en el vestuario
Bellerín: «¿La Champions? Estamos a punto de dar ese pasito y lo podemos dar en cualquier momento»
Bellerín: «El fútbol está dormido ante la atrocidad en Gaza»
Hay pocos futbolistas con su discurso y su compromiso. Como en el campo, no se esconde. Vive una temporada notable en la que disfruta después de los sinsabores de la pasada, cuando se le vino todo abajo. Se siente más fuerte, más hecho, más maduro. ... Héctor Bellerín (Calella, Barcelona, 1995) luce el brazalete de capitán del Real Betis con el orgullo de haber elegido dónde quiere estar y con el deseo de llegar lo más lejos posible con un equipo que aspira a subir un peldaño. En el deporte muestra ambición y en la vida, implicación social. No sabe mirar para otro lado este futbolista que escapa de los estereotipos y rompe las frases hechas para sostener una argumentación sólida sobre cualquier tema que se le presente. Y eso no es frecuente en el fútbol.
—El Betis llega lanzado al parón.
—Es un descanso y para los que vamos teniendo una edad... (risas). La espiral está siendo ascendente. Siento que como equipo en los principios de temporada hemos jugado buen fútbol y siempre hay empates que podían ser victorias pero este año hemos sabido cambiar la dinámica. Desde el parón estamos siendo más efectivos. Queremos ser un equipo hecho, compacto y goleador.
—¿Tiene este Betis aroma de la 21-22?
—El vestuario ha cambiado. Es similar la comunión con la afición y el fútbol que jugamos pero al final quedamos tres o cuatro de esa temporada. Es de mucho valor que en este tiempo el equipo siempre ha estado en Europa. Está demostrando año a año que es de los mejores de España. El proyecto del club es de valorar muchísimo. Es un cambio histórico, un punto de inflexión del Betis. Estamos en una posición positiva de cara a que jugadores de alto nivel quieran venir. Que Antony estuviera media temporada y haga ese esfuerzo, Isco... Este club ha sido como un gigante dormido y lleva años despierto.
-No están Isco, Bartra, Llorente, Deossa y el equipo gana.
-Es una de las cualidades que desde que llegué al Betis veo en este equipo. No sólo por las lesiones, sino por las rotaciones a las que el míster nos tiene acostumbrados. El equipo siempre demuestra que más allá de quien juegue la línea es similar, todo el mundo suma. Ha habido lesiones de jugadores importantes y aun así la gente joven ha respondido con creces. Otros que no están tan acostumbrados a ser titulares están dando un nivel espectacular y esa es la esencia que hay que mantener. El míster siempre ha hecho gran trabajo en esta gestión de tener a todos preparados y eso nos viene muy bien. Se ve desde fuera el vestuario que hay de cohesión, con ganas de ayudar y la solidaridad, se refleja en el campo y en la afición, en la ilusión que hay en el equipo.
—En ese sentido destaca Pellegrini, que ahora es objeto de debate sobre la renovación. ¿Qué opina?
—Al final estas cosas son del club y del míster. Se ha convertido en el entrenador más laureado de la historia del Betis, se lo merece y ha hecho un gran trabajo. Para nosotros es una pieza importante en esta historia y queremos seguir trabajando con él. Somos muy conscientes del trabajo que está haciendo, lo vivimos día a día. Las negociaciones siempre son difíciles. Hay cosas muy personales pero por parte del vestuario él sabe que queremos seguir con él.
—¿Será como el Wenger del Arsenal?
—Ya lo está siendo. Se ha establecido como un pilar de este nuevo Betis. Eso pasaba en Inglaterra con Wenger y Ferguson, y aquí ahora con el Cholo. Y Guardiola en el City. Jugamos contra otros equipos, esto no es una obra de teatro en la que siempre haces la misma función. Y está la suerte. El fútbol es un negocio que mueve mucho y los entrenadores se ven afectados por el cambio porque es más fácil cambiar a uno que a una plantilla. Es reflejo del cortoplacismo que existe en todas las industrias. Es difícil mantener esa consistencia que nos ha dado el míster y es de valorar.
"Para nosotros Pellegrini es una pieza importante en esta historia y queremos seguir trabajando con él"
Héctor Bellerín
Futbolista del Betis
-¿Cómo le sienta a usted el brazalete del Betis?
-Siento que quiero lo mejor para mis compañeros y para los que trabajan alrededor para que la vida sea lo más fácil y agradecida posible. Somos privilegiados por la suerte que tenemos de disfrutar de este deporte, por el salario, etc. Pero hay cosas que hacen la vida más complicada como los viajes, el cansancio, el poco tiempo con la familia. El equipo de capitanes lo que queremos es que no sólo los jugadores sino también los fisios y otros trabajadores que vienen con nosotros y están en una zona que nadie ve, que puedan tener una vida lo más fácil posible. Compartimos mucho con ellos. Nos hemos juntado un grupo de capitanes que tenemos esta sensación de comunicar y ayudarnos. Mi forma de liderar es hacer eso, buscar el bienestar y la calma dentro de un vestuario y como sabéis no soy el capitán que se pone a gritar todo el rato ni hacer bulla, pero hay muchas formas válidas de hacer equipo. De ser un ejemplo de muchas cosas y es un honor poder llevar el brazalete, que el vestuario me haya elegido para ser uno de los representantes. Es un honor y a nivel interno hacemos cosas por el bienestar de los trabajadores del club y sentimos que es nuestra responsabilidad y estamos orgullosos de poder desarrollarlo bien y con el aliento y el abrazo de nuestros compañeros.
-En el Arsenal ya le tocó serlo, ¿qué aprendió?
-Era joven, fue una época de mucho aprendizaje. Lo hice en el Covid, en la transición de cuando llega Arteta y se va Unai. Fue una época turbulenta para el club, era de los que llevaba más tiempo aunque tenía 24-25 años y sentía en momentos que me venía grande esa posición. Muchas veces se habla del capitán como el que más tiempo lleva pero la experiencia es importante. Ahora soy un capitán diferente. Esa formación me dio la experiencia para que a día de hoy sepa manejar las cosas de forma distinta. He tenido muchos capitanes a mi alrededor. Recuerdo a Mertesacker, un alemán que parecía que siempre estaba enfadado pero era el que más abrazaba, se sentaba a tu lado y te decía las cosas muy claras. Y también aprendí de Sergio Canales y Andrés Guardado. Han dado mucho a nivel personal. Son cosas que pasan detrás de la cortinita pero tienen un efecto importante.
—Usted ahora está a nivel excelente, pero su temporada pasada estuvo marcada por las lesiones.
—Hay cosas en mi vida que pienso que ojalá que no me hubieran pasado, por el dolor y la frustración que suponen, pero a veces creo que es el mejor aprendizaje. La temporada pasada a nivel futbolístico y personal fue una de las más complicadas de mi carrera. Con muchos momentos de frustración, dolor físico e, incluso, incertidumbre. Volver después de cinco meses con toda la ilusión en Florencia, en un partido histórico para el club y sentir que estaba de nuevo en el hoyo... Llegué a un momento en el que dije 'que me pase lo que tenía que pasar'. Tenía una coraza hecha. Sé el jugador que soy. Tras la segunda lesión viví un episodio tan emocionante como una final como bético. Me dio fuerza para no tener vacaciones. Quería estar aquí y agradedido a todos. Las cosas se fueron colocando en su sitio. El club me dio confianza. Tenía dudas sobre qué intención tendrían y Manu (Fajardo) y el míster me dijeron que era importante y que querían que jugara aquí. Yo soy del Betis y no quiero estar en otro lado. Sentirse querido en esa posición de vulnerabilidad fue un empujón enorme.
-En el campo se le está viendo cada vez más como lateral interior.
-Hoy en día en el fútbol todos estamos pendientes del tema táctico con conceptos hasta que nos inventamos, palabras nuevas para posiciones y eso pero el míster me gusta porque confía en sus jugadores y me da esa libertad porque sabe que puedo interpretar los espacios. He tenido la oportunidad de trabajar con muchos entrenadores que me han ido dando píldoras de sabiduría y sé que soy capaz de jugar en esas posiciones. Se generan sinergias. A Antony le gusta jugar más en banda y yo puedo romper líneas más por dentro y estar en situaciones en la que normalmente no está un lateral. El míster me da más libertad, confianza para que interprete lo que necesita el partido y poder desarrollarlo. Estoy ahora con más confianza en esas posiciones también porque nos entendemos muy bien con los compañeros. La dinámica que se crea entre Antony, Fornals y yo en ese triángulo es importante. Nos sentimos muy cómodos a la hora de generar esta superioridad, movimiento y al rival le crea descontrol. Recibo mucha más gratitud del fútbol cuando consigo hacer una jugada bonita y tienes esa sensación de qué bien nos hemos entendido los cuatro.
—¿De qué se habla en un vestuario?
—De muchísimas cosas. Conversaciones de hombres, diría. Que cada uno interprete eso a su libre forma. Somos un vestuario en el que después de haber pasado por aquí gente como Borja, Aitor y yo, hemos conseguido establecer otra forma también. Está la camaradería, reírse con el jijijajá pero también la oportunidad de ponerle un brazo por encima al compañero, hablar de cosas trascendentales, de las cosas del día a día. No sólo sobre «¿qué hiciste ayer por la noche?», sino «¿cómo estás? ¿hace mucho tiempo que no ves a tu familia?». Desde un punto de vista más humano. En los vestuarios siempre hubo un tabú a la hora de ser vulnerable y en este hemos conseguido tirar muros. Hay gente que puedo considerar mis amigos de verdad y eso es lo importante.
—Usted es uno de esos jugadores con discurso diferente al de los tópicos habituales de «el partido es muy importante», ¿puede convertirse eso en un peaje de cara a algunos aficionados?
—Es un peaje, o sé si de cara a la afición o no, pero en el mundo en el que vivimos es un peaje exponerse. Tener una opinión, ser sincero, mostrarse como persona que eres con sus contradicciones... Vivimos en un mundo polarizado. Muchas veces no se me ha juzgado sólo por cómo he estado en el campo sino que ha habido un juicio con una mancha detrás. Ya está, sé que va a pasar y tengo que estar cómodo con eso porque no puedo ser de otra manera. Si no fuera futbolista me expresaría de la misma forma. Tengo este altavoz. Tenemos una responsabilidad de utilizarlo para el bien, cada uno lo interpreta a su manera. Lo uso de la forma que creo que es positiva no para mí sino para el resto. Si buscara mi propio interés hablará de cosas muy distintas. Muchas veces es una posición incómoda pero no lo hago para estar más aceptado socialmente o para que una afición me quiera más o menos. Lo hago de una forma desinteresada pero a la vez esencial y real. Me ponen un micrófono y te voy a decir lo que pienso. Pregúnteme, no me voy a esconder. Tengo mucho apoyo de mis compañeros. Y muchos que no piensan como yo. Aprendemos los unos de los otros. Tenemos conversaciones importantes, todos estamos definidos por nuestra experiencia pero vivimos en una situación política y social con un ambiente muy tenso y exponerte tiene un precio a pagar y no siempre se lleva bien. La persona que te diga que no le afecta no me la creo porque somos personas y nos duele que nos insulten. Es un precio a pagar. Prefiero ser la persona que soy, ser de verdad y que me caiga toda la mierda encima a intentar ser algo que no soy.
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