FÓRMULA 1
Al podio en el taxi de Webber
El Ferrari de Alonso se quedó sin gasolina tras cruzar la meta y el piloto volvió al garaje subido al Red Bull del australiano
JAVIER ASPRÓN
Como un almirante a bordo de un buque conquistado, Alonso paseó por el asfalto de Nurburgring encaramado al Red Bull de Webber . Fue la instantánea imprescindible del fin de semana. Mientras el Ferrari boqueaba sin gasolina tras pasar la bandera a cuadros, Alonso, ... crecido y con la adrenalina a tope tras su segundo puesto, decidió hacer autoestop y amarrarse al pontón del monoplaza del australiano. Final de trayecto, el podio de Nurburgring, uno más en este tobogán de sensaciones que está siendo la temporada del ovetense. El trayecto de Alonso provocó el delirio en las gradas, y también un escalofrío en la nuca . Muchos se transportaron a tiempos remotos, cuando un brasileño paulista copaba el cariño de cualquier buen aficionado a las carreras.
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Porque hace ahora veinte años, dos campeones del mundo protagonizaron esta misma secuencia. Fue en Silverstone. A Senna también le dejó tirado su McLaren y se vio obligado a regresar al garaje subido en el Williams del escocés Nigel Mansell .
Esa imagen permanece en los libros de historia de la F-1, y tras la muerte del tricampeón se convirtió casi en un símbolo del carácter del brasileño. En aquella ocasión, la osadía de Senna la intentó frenar un diligente comisario, que se llevó de recuerdo una patada muy brasileña . A Alonso no le interrumpió nadie. «El equipo me pidió que parara por cuestiones de seguridad. Webber pasaba por allí, y simplemente cogí el taxi», comentó divertido el asturiano.
El insólito encuentro entre Alonso y Webber fue la guinda de un gran premio intenso y pletórico que, sin embargo, había comenzado gélido. En pleno mes de julio, el «Infierno verde» mutaba en «Invierno verde». Nurburgring amaneció entre anoraks, verdugos y gorros de lana. Y la sempiterna amenaza del agua . Los expertos meteorólogos del paddock daban hasta un noventa por ciento de probabilidad de lluvia, así que ocurrió lo de siempre. Que no cayó ni una gota. Pero mientras se resolvía la duda, las caras de preocupación se extendían por la parrilla minutos antes del inicio. La duda siempre es peor que la certeza. O lo que es lo mismo, casi mejor que jarree desde el inicio a no saber si montar neumáticos intermedios o slicks a cinco minutos de arrancar los motores.
Alguersuari, sin puntos . Tres carreras en línea llevaba Jaime enganchado a la zona de puntos. La racha acabó en Alemania ante la igualdad estratégica que imperó en la zona media de la parrilla. Sin margen para la improvisación y lastrado por un monoplaza inferior, el barcelonés se conformó con superar una vez más a su compañero Buemi. Aprovechó los pocos abandonos para ganar posiciones, y mantuvo su habitual pugna por Michael Schumacher. Los duelos ente Alguersuari, que tenía 38,5 de fiebre, y el Kaiser comienzan a ser un clásico.
HRT, igual que Hispania . Sin muchas novedades tampoco en Hispania, ahora denominada HRT Formula One Racing Team, un rimbombante nombre que de momento no sugiere nada más. El cambio es solo estético. Un simple lavado de cara que no va a sacar a Liuzzi y al novato Ricciardo de las profundidades de la parrilla. Mientras, sus vecinos de Virgin aprovecharon la carrera para renovar a Timo Glock por tres temporadas más. Qué poco les cuesta a los alemanes hacerse un hueco en la parrilla...
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