DEPORTE

Campeones contra la enfermedad

De Lance Armstrong a Lubo Penev y Sergio Aragoneses, el deporte está lleno de ejemplos de superación

REUTERS

M. Á. BARROSO

«La enfermedad me humilló y me abrió los ojos. Me hizo mirar la vida de forma más objetiva». La frase es de Lance Armstrong , un deportista cuyo carné de identidad dice: 7-time Tour de France winner, full time cancer fighter ( ... 7 veces ganador del Tour de Francia, luchador contra el cáncer a tiempo completo ). En octubre de 1996, cuando contaba con 25 años de edad y un corto —pero nada desdeñable— palmarés (fue campeón de mundo de fondo en carretera en 1993), se le detectó un cáncer testicular con metástasis en los pulmones y el cerebro. Tras someterse a una operación quirúrgica de urgencia en la que le extirparon un testículo, su médico le dijo que tenía menos de un 40 por 100 de posibilidades de sobrevivir. Visto con perspectiva, el galeno tendría ahora una entrevista. Lance volvió a competición y puso un listón en el Tour que será muy difícil de superar . Después de retirarse y volver, hace unas semanas anunció su adiós definitivo. El relato de su conmovedora historia puede leerse en el libro «Mi vuelta a la vida».

Eric Abidal, que ayer visitó a sus compañeros en el entrenamiento y será operado de su tumor hoy (un día antes de lo previsto, según anunció el Barcelona; en cinco o seis días se sabrán los resultados de la biopsia), tiene ejemplos en los que inspirarse. El del búlgaro Lubo Penev es paradigmático . En un entrenamiento con el Valencia (su equipo en 1994) recibió un balonazo; al hacerse una prueba le detectaron un tumor en el testículo izquierdo. Tras operarse, volvió a jugar ese mismo año. En 1996 consiguió el doblete con el Atlético de Madrid. El cáncer testicular también atacó a otros futbolistas, como los porteros José Francisco Molina (Valencia, Atlético y Deportivo) y Sergio Aragoneses (que actualmente defiende la portería del Tenerife); a Nenê Hilario , jugador de baloncesto de los Denver Nuggets; y a los ciclistas Markel Irizar y David Cañada . Todos ellos salieron airosos.

El argentino «Mono» Burgos, ex guardameta del Atlético, padeció un cáncer de riñón como consecuencia de su adicción al tabaco desde edad muy temprana. No consiguió retirarlo («Dios debe de necesitar un portero», bromeó). El futbolista alemán Heiko Herrlich tuvo un tumor maligno en el cerebro. Fue tratado con radioterapia y pudo regresar.

Alberto Contador estuvo cerca de la muerte en 2004 . Convulsionó al caer durante una de las etapas de la Vuelta a Asturias; le fue detectado un cavernoma en el cerebro y operado de emergencia. El resto, hasta hoy, es historia conocida.

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