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Jiu-jitsu brasileño (BJJ)

Tito Beltrán: «He llegado a competir, arbitrar y hasta comentar en el mismo evento»

El luchador de BJJ criado en Patraix (Valencia) es un referente en activo del deporte de la lucha en el suelo en nuestro país. Ha sido doble campeón mundial; muchas más continental y, a sus 46 años, no ve el momento de colgar el kimono

El luchador valenciano Tito Beltrán con su cinturón negro al cuello
Álvaro G. Colmenero

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Cuando uno se dispone a investigar sobre los mayores protagonistas españoles en la lucha sobre un tatami es inevitable apuntar hacia un valenciano de adopción de nombre Tito Beltrán (Suiza, 1973). Vamos a su encuentro en una cafetería del distrito de Tetuán en Madrid y descubrimos que es de esas personas que ganan en el cara a cara. Sus brazos repletos de tatuajes divertidos no esconden a un hombre de barrio que sabe comunicar. Las orejas de coliflor –desgastadas en el fragor de la batalla– permiten dibujar un rostro característico, de luchador, en cuya base se asienta una media sonrisa que parece crónica al menos durante esta entrevista que versa sobre su mayor pasión, el jiu-jitsu brasileño, un arte marcial que nació para igualar las cosas . Una herramienta que permite que miles de practicantes se encarnen en David para derrotar a otros tantos Goliat. Y que le permitió a este atleta agarrar la gloria con la consecución de dos títulos mundiales e innumerables galardones continentales.

Tengo entendido que llevas toda una vida dedicada a los deportes de combate, ¿no?

Así es. Empecé haciendo taekwondo a los cinco años. Luego jugué al rugby varios años. También he hecho kárate kyokushinkai, boxeo, kickboxing... Luego pasé a entrenar artes marciales mixtas (MMA) con un chico de mi barrio. Dentro de todas las facetas de este deporte, me gustaba mucho el suelo y lo poco que se podía seguir entonces, como la familia Gracie. Un día vino Robin Gracie a Valencia y me impactó entrenar con él. Me gustó la suavidad que tenía al entrenar jiu-jitsu brasileño, lo delgado que era y jugaba contigo como quería... Más tarde se fue a vivir a Barcelona y yo acabé yéndome con él.

[El jiu-jitsu brasileño es arte marcial y un sistema de combate cuerpo a cuerpo en el que está permitido todo tipo de palancas como estrangulaciones o luxaciones para someter al rival y en el que se utiliza un kimono para la lucha]

¿Cómo fue aquella etapa en Barcelona?

Me fui a Barcelona en septiembre de 1998. Fue una etapa de aprendizaje, de compartir, de competir... Ahí yo era un alumno, quizá aventajado, porque yo había empezado a entrenar unos dos años antes. Cuando iba a competir, si perdía Tito perdíamos todos, era el que tiraba del carro. Recuerdo que cuando venía algún brasileño bueno, me llamaban mis compañeros para ver si me podía hacer con él. Gente que hoy en día son buenísimos.

¿Y de qué vivías en la Ciudad Condal?

Me llevé 100.000 pesetas para quedarme un mes. En aquel momento yo estaba con una chica que conocí en Valencia, se vino conmigo y encontré un trabajo para ella. A mí me ofrecieron también trabajo por un mes ayudando a terminar el gimnasio con Robin Gracie. Luego encontré trabajo en una panadería. Ella pasó a otro trabajo que le pagaban muy bien y así pudimos tirar adelante. De hecho, me quedé tres años y medio. En aquella época ya competía a un buen nivel.

Vayamos un poco atrás, se te considera valenciano, pero no naciste en España...

Nací en Suiza, pero me fui a vivir a Valencia con tres años. Vivía en Patraix, un barrio humilde y obrero. Yo me introduje en los deportes de contacto para calmarme un poco.

Algo que no todo el mundo sabe es que tu transición fue algo poco usual, de las MMA al jiu-jitsu brasileño, cuando en general suele ser al contrario. ¿Cuándo llegó dicha transición?

Sí, entrenaba MMA y pasé al jiu-jitsu. Fue en el año 1994, con unos 21 años.

¿Cómo definirías el jiu-jitsu y por qué te quedaste con esta modalidad?

En un principio, cuando yo lo conocí, porque era el mejor sistema de lucha uno contra uno. Hoy en día creo que no, cualquier persona que entrene MMA, que haga un sistema híbrido, es el mejor para la lucha, con golpeo, con derribo... También elegí el jiu-jitsu porque me enganchó mucho el tema de que un tío pequeñito pudiera ganar a uno más grande con mucha facilidad. Luego este deporte engancha mucho, más que los de golpeo incluso. Cuando empiezas a entrenar jiu-jitsu es difícil que lo dejes.

¿Qué crees que debe tener un buen luchador de jiu-jitsu brasileño?

Ganas de entrenar. El talento no es innato. Hay tres tipos de personas que hacen lucha: los que han recibido bullying, los que están pasados de peso y los que hay que apaciguarlos. No hay gente que sea especial.

¿Qué valores aporta el jiu-jitsu?

Creo que los valores deben de ir en cada uno de casa. El jiu-jitsu aporta muchas cosas, eso sí, como la concentración.

Eres uno de los atletas nacionales más laureados en esta modalidad. ¿Cuál es tu palmarés?

Entre mis logros se encuentran el de ser dos veces campeón mundial y numerosas veces europeo de jiu-jitsu brasileño. En España antes había pocas competiciones. Los Gracie organizaban la Copa Gracie y alguna más. Ahora parece que todo eso no tiene validez, parece que no hubiera existido. Ahora solo funciona la IBJJF (International Brazilian Jiu-Jitsu Federation) y si no vas ahí parece que no sirve. Yo empecé a pelear en IBJJF en 2014 y he ganado seis de siete europeos, en peso y en absoluta, de grappling (modalidad muy similar pero sin kimono) tengo cinco y de jiu-jitsu uno.

¿Cuántas medallas tienes en tu estantería?

El otro día conté 163 en campeonatos. También he regalado un montón.

¿Cuál es la que recuerdas con más cariño?

Cuando gané el campeonato del mundo de grappling, al mes siguiente era con kimono. En ese momento tuve unas úlceras en el colón, que me salieron de un día para otro y casi me muero. Y no pude ir al campeonato del mundo. Pues bien, en el siguiente europeo llegué a la final contra el que había ganado ese campeonato del mundo al que no había podido asistir y lo gané. Para mí ese fue muy especial.

¿Dónde desarrollas tus entrenamientos?

Entreno en el gimnasio ADOG y con mi equipo Crazy Team, que lo son todo para mí. Estoy super contento con ellos, me apoyan en todas las competiciones y me llevan de la mano.

¿Sientes nervios o miedo antes de las luchas?

En mi primera lucha fue en la que más aprendí. Me ocurrió una cosa muy curiosa. El día antes del combate, estaba con mi rival de “colegueo” y todo muy bien. Cuando llegó la hora de enfrentarnos, comenzó a mirarme muy agresivamente, a hacer aspavientos, era un tío muy fuerte, quería intimidarme, pero empezó el combate y le gané. Lo que él había hecho era una fachada porque tenía miedo. Eso me enseñó un montón.

Muchos luchadores dicen que quien no siente miedo es que está loco. Realmente se pone su integridad en juego tanto en MMA como en jiu-jitsu.

Es normal. En jiu-jitsu incluso más. En MMA te dan un golpe y te abren una herida, se cura y ya está. Pero en jiu-jitsu, si te parten un brazo, estás un año fuera de competición.

Se ha hablado y escrito mucho sobre el jiu-jitsu de la familia Gracie, unos brasileños que adaptaron el jiu-jitsu original japonés a su metodología. Hay quien dice que es el jiu-jitsu supremo. ¿Qué diferencias encuentras entre el jiu-jitsu europeo y el que adoptaron la familia Gracie?

En mi opinión y siempre desde el máximo respeto, estoy de acuerdo con una frase que dijo el propio Robin que el Gracie jiu-jitsu es el jiu-jitsu brasileño que hace la familia Gracie y es por darle un toque de calidad, pero la diferencia no existe. Hoy en día las técnicas son las mismas.

Los deportes de combate no suelen estar muy bien tratados en España. ¿Cómo consigues ganarte la vida de este modo?

Doy clases en dos gimnasios, imparto seminarios, luchando y arbitrando. Hay veces que arbitro, lucho y hago hasta de comentarista en el mismo evento.

¿Cómo organizas los seminarios que impartes?

Mi problema es que hago muchos seminarios y al final no sé lo que doy en cada sitio. Siempre preparo varias técnicas, pero hay que dejar una parte a la improvisación. Yo estudio todos los días jiu-jitsu. E incluso tengo a gente estudiándolo también por mí, como Toni Boluda. O el que es mi «director técnico» que es Alberto González, que es mi apoyo, mi hermano, mi bastón. Me ayudan a crecer ahora. En el seminario trato de empatizar con la gente para ver lo que realmente necesitan.

Teniendo un hijo pequeño, ¿qué opinas de la prohibición de emisión de los combates en horario infantil?

Yo te puedo hablar de mí. Mi hijo viene conmigo a las veladas y lo subo al ring, por supuesto.

¿Quiénes son los mejores luchadores actuales de España?

Como luchador de jiu-jitsu me gustan Toni Boluda, Alberto González, Jorge Lafuente, Yusef Kaddur, Alejandro Carreras, Álex Cabanes, Ángel Sánchez Soriano, Nico Medina, Javi Murdock, Jesús Ibáñez, Mathias Ribeiro, Yan Cabral... hay mucha gente. Si hablamos del futuro en la lucha apuntaría a los hermanos Kakulov. En MMA si tuviera que elegir número uno diría que son Enoc Solves y Enrique Wasabi. Luego me gustan mucho Joel Álvarez, Ilia Topura, Marc Gómez me encantaba, Chento Márquez, Álvaro Fresno, Dani Bárez... Hay gente cañera que lo hace muy bien. Y por supuesto, Juan Espino, va a hacer mucho daño en la UFC. Si entra alguno con él al clinch están muertos... Y luego se mueve muy bien, tiene buenas manos... Y también Dani Bárez es espectacular verle luchar.

Hagamos balance. ¿Qué ha aportado el jiu-jitsu a tu vida?

Todo. Cuando estoy mal, jiu-jitsu. Cuando estoy bien, jiu-jitsu. Cuando estoy malo, jiu-jitsu. Siempre salgo contento de entrenar, me llena mucho.

Respecto a la meritocracia... ¿Crees que has obtenido todo lo que has trabajado o, por el contrario, crees que tendrías que haber llegado más lejos?

Como persona, creo que he llegado más de lo que merezco porque soy bastante inaguantable. En competición, he conseguido mucho más de lo que merezco porque nunca pensé que llegara a lograr todo lo que he logrado.

Tú eres el referente para mucha gente, pero... ¿Quién es tu mayor referente?

Sin duda alguna, mi mayor referente es mi padre.

Son ya muchos años con el kimono puesto y el cinturón atado. ¿Cuáles son tus próximos objetivos?

Competir todo lo que pueda. Quiero ganar de nuevo el europeo y el mundial. Me encuentro bien.

¿Cómo finalizarías esta entrevista?

Con un triángulo.

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