Sergio Ibáñez, plata en judo

Su entrenador, Javier Delgado, no paraba de señalar la cabeza. Pensar, calma, hacer su trabajo. Nada más. Como si fuera fácil. Pero la disciplina, a Sergio Ibañez, se le da bien. También el esfuerzo y la mentalización de que puede con cualquier rival. Lo demostró por la mañana, rápido combate inicial por ippon contra Luis Pérez; mucho más esforzado el segundo contra el número 2 del mundo, Namig Abasli, pero igual de convencido, y superior en el tercero con otro ippon ante Giorgi Gamjashvili.

En la final, contra el uzbeko Uchkun solo había que salir a disfrutar para pintar el color de la medalla. El trabajo ya estaba más que hecho. Y bien hecho. Aunque no saliera demasiado contento con las decisiones de los jueces en su combate, es subcampeón paralímpico.

No es una novedad este zaragozano de 22 años; el mundo del judo ya conoce de su capacidad para enfrentarse a cualquier reto. Nació con una malformación en la córnea, lo que le reduce la capacidad de visión en un 75% además de sufrir fotofobia . Pero solo los demás ven en eso un impedimento. El judo es uno de los deportes que menos adaptaciones tiene para las personas con discapacidad. El único requisito es que ambos combatientes tienen que empezar el combate agarrados del kimono y no soltarse.

De ahí que Ibáñez siempre se haya entrenado con judocas sin discapacidad y haya hecho avanzar los límites de lo posible al competir y lograr medalla en torneos absolutos, sin distinguir entre torneos olímpicos o paralímpicos . Fue plata en el Campeonato de España de 2017 y bronce en 2018.