Sebas Lorente, un pionero sobre ruedas

El caso de Sebas Lorente es un ejemplo de pasión y superación . De amor por el golf y de capacidad de tirar para adelante a pesar de las dificultades que se le presenten en el camino.

A los siete años empezó a jugar al golf en Terramar (Sitges) y disfrutaba de las competiciones con su grupo de amigos. Sin embargo, un accidente de tráfico a los 20 le dejó postrado en una silla de ruedas . «En esos momentos el golf se acabó para mí, pero tiempo más tarde, cuando mi hijo empezó a interesarse por este deporte, me volvió a entrar el gusanillo», explica este barcelonés que ahora ya peina canas (54).

Abogado de profesión y con una afición enorme, en 2003 se desplazó hasta Castellón para participar en un clinic de la Fundación Sergio García , donde tuvo su primer contacto con el golf para discapacitados . «Estuve hablando con Sergio y Peter Longo, una referencia mundial en la enseñanza adaptada, y me hablaron de la existencia de unas sillas especiales llamadas ‘ paragolfers’ ; así que me encargué una y empecé a jugar con ella». Y con mucho éxito, por cierto, ya que en 2010 ganó el Campeonato de Europa.

En su afán por difundir su afición al gran público, desde hace tres temporadas organiza en su club una prueba del circuito continental, avalada por la EDGA ( Asociación Europea de Golf Adaptado ). «Desde el principio todo fueron facilidades en Terramar, es más, parece que sea un club diseñado para nosotros; carece de barreras arquitectónicas y tiene un diseño muy plano», prosigue con emoción.

Con la experiencia ganada como organizador y como participante decidió seguir avanzando en la consecución de más derechos deportivos. De manera que, de la mano de sus amigos y competidores holandeses Richard Kluwen y Monique Kalkman y del alemán Christian Nachtwey consiguieron que les dieran espacio propio a los competidores en silla de ruedas. «Hasta ahora, en los campeonatos de discapacitados participamos todos juntos y optamos a la misma clasificación, pero a raíz de que los dirigentes han ido viendo el éxito de los torneos de Terramar han decidido crear una serie de pruebas específicas para nosotros». Así pues, la República Checa, Inglaterra y Alemania se sumarán a España en esa selecta nómina de torneos.

¿De cuántos jugadores estamos hablando? «En teoría, en Europa somos unos ochenta golfistas , pero a la hora de verdad solo se pueden desplazar a los torneos la mitad. Los costes de viajes y de la silla son los frenos», detalla. La cifra, si la trasladamos a territorio español, se vuelve ínfima. «Aquí estamos el canario Manuel Rodríguez y yo -se lamenta- por lo que ya tenemos abierta otra línea de acción para el futuro. Dado que los carros son muy caros y que nadie se va a comprar uno de primeras, sería imprescindible que algunas fundaciones, asociaciones o federaciones adquirieran alguno de segunda mano para que los interesados pudieran probarlo. Así podríamos conseguir más jugadores, sin duda».

Mientras, la vida sigue para Sebas. Su ejemplo es tan abrumador que ahora dedica casi todo su tiempo a dar charlas de motivación y a escribir, lo que no le permite entrenarse mucho, aunque advierte: «quién sabe, igual en el próximo Europeo vuelvo a ganar...»