Rafa Cabrera, la recompensa del luchador de fondo

Aunque un tanto a la sombra de los grandes nombres de su época (los éxitos de García, Miguel Ángel Jiménez y recientemente Jon Rahm le han restado protagonismo), el canario siempre ha sido consciente de sus posibilidades. Comenzó a codearse con los mejores del mundo y su gran momento llegó en 2016, cuando fue tercero en el Mundial «Match-Play», se clasificó para el Masters, entró en el PGA Tour, disputó los Juegos Olímpicos de Río (acabó quinto) y la Ryder Cup de Hazeltine. Su fama de jugador diésel , de largo recorrido, empezaba a ganar peso.

Con su carisma latino y una consideración de gran trabajador, Rafa se ganó el respeto de sus compañeros y competidores. Consolidado entre los 50 primeros del mundo y compaginando los dos circuitos a ambos lados del Atlántico, los éxitos deportivos no dejaron de llegar: un triunfo en el Rolex de Escocia y un cuarto puesto en el Open Británico de 2017 le hicieron acabar el año con su mejor ranking (20) y con las expectativas por las nubes. Además, se casó con Sofía Lundstedt después de tres años de noviazgo y la vida le sonreía por todos los rincones.

Su núcleo familiar se estrechó más que nunca con la llegada de la pequeña Alva dos años después, pues los Cabrera Bello siempre han sido una piña . Desde que Rafa empezó a destacar como campeón de España benjamín, fue un ejemplo para sus hermanos menores, Emma y Miguel, que también llegaron a profesionales y siempre le tuvieron de ejemplo. Incluso, en el último año en el que las cosas no han rodado tan bien, ha sido este último quien ha llevado los palos de Rafa en los torneos, para servirle también de consejero y amigo.

No es fácil de explicar cómo todo el trabajo y el esfuerzo previos se pueden venir abajo en una mala temporadas. Pese a ir recolectando buenas posiciones en el PGA Tour (había alcanzado los playoffs en sus primeros tres cursos con tarjeta) el año de la pandemia dio al traste con todo lo anterior. Confinado en Florida, tuvo que ir planificando la temporada de una manera muy distinta a lo que era habitual y, al final, eso se reflejó en los resultados . Falló el corte en la tercera parte de sus apariciones y, por primera vez en cinco años, no acabó ninguna semana ente los diez primeros. Esto provocó que perdiera sus derechos completos para 2021 y que no tuviera acceso a realizar un calendario habitual para poder recuperarlos, con la tensión que eso supone. Por si fuera poco, el juego tampoco acompañó y estos últimos meses fueron todo un suplicio para él y tocó fondo en la lista mundial (231) .

Ya sin carta americana ha vuelto obligado a Europa, donde ha encontrado el bálsamo para sus heridas. « Ha sido mi peor temporada en la última década -reconoció ayer en Madrid entre lágrimas- por eso me ha venido tan bien volver a encontrarme con un público que me apoya y me ha llevado en volandas hacia el triunfo en el Open de España. Era la copa que me faltaba y la que más ilusión me hacía ganar ».