Miriam Gutiérrez, una española en la cima del boxeo mundial

Es verdad que el palmarés de la rival asusta: oro olímpico en Londres 2012, invicta tras 16 combates, campeona unificada, número uno del escalafón libra por libra... Nada, en todo caso, que pueda amedrentar a la española. Porque a Miriam el puñetazo más duro se lo dieron hace ya mucho , fuera de un ring. Con 19 años, embarazada de ocho meses, el que era su novio le propinó una paliza que le provocó el parto. Dio a luz con la cara llena de moratones y la promesa de no volver a pasar miedo nunca más.

Zayra , su hija recién nacida le devolvió la sonrisa y le sirvió de inspiración para regresar al gimnasio. Allí le esperaba el televisivo «hermano mayor» Jero García , su antiguo entrenador, del que ni siquiera se había despedido unos años antes por la vergüenza que le daba mostrar las marcas y los arañazos producto del maltrato. Con él recuperó la pasión por boxear.

«Jero ha estado conmigo en todos los momentos importantes. Me llaman 'La Reina ' por él, porque así es como me siento cada vez que entro al gimnasio. Hizo suyos mis problemas y hasta que no me encontré psicológicamente bien no quiso que me pusiera a boxear», cuenta. «Estos días dice que soy su pesadilla , porque no le dejo en paz repasando cosas del combate», dice entre risas.

El amor también volvió a cruzarse en la vida de Miriam. Uno de verdad. Sin veneno. Y nació Joaquín , su segundo hijo. «Mis hijos son la noche y el día. La niña es todo sentimiento y el niño es un canalla, mucho más revoltoso», cuenta con orgullo indisimulado. «Una me dice que está de los nervios por la pelea y el otro me cuenta todas las comidas ricas que le dan y que yo ahora no puedo comer. Son a quienes más hecho de menos ahora».

A su labor de madre suma también su profesión de jardinera. Trabajó durante años arreglando parques en Torrejón de Ardoz , ciudad dormitorio al este de Madrid donde encontró la estabilidad. Y allí le contactó el equipo de Gobierno, del Partido Popular. El alcalde, Ignacio Vázquez, llevó a Miriam de número dos en las últimas elecciones y le entregó después la Concejalía de la Mujer: «Me decido a entrar en ese mundo porque sé que hay un montón de mujeres que necesitan ayuda. Poder hablar con ellas y estar pendiente de sus necesidades es algo que me llena muchísimo». En Torrejón también se ha erigido en bandera de la lucha contra el acoso escolar , especialmente entre los adolescentes, a los que traslada todos los valores positivos que el boxeo le ha enseñado. «En la política que yo conozco no hay golpes bajos. Solo gente que quiere aportar. Trabajar para un municipio te acerca mucho a las personas».

¿Y si gana a Taylor? «Lo celebraré, claro . Todo lo que se pueda en función de las circunstancias y junto a mis hijos». Sabe que lo tiene difícil, casi imposible según las casas de apuestas. Pero recuerda que a ella tampoco la han tumbado nunca, que ha hecho méritos para subirse a ese ring y que la vida, a veces, también está abierta a sucesos extraordinarios. «El trabajo ya está hecho, ahora toca disfrutar».