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Motor

Gil Membrado, el niño prodigio de los rallies

Estudia 2º de la eso y este pasado fin de semana, con solo 13 años, participó en su primera prueba del campeonato de Europa de Rally, en Letonia

Rubén Cañizares

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Cuando un niño se asoma al balcón de la adolescencia, es casi imposible encontrar en él ciertas virtudes que solo se asentarán en su personalidad con el paso del tiempo. No es el caso de Gil Membrado , que con 13 años se ha convertido en el piloto más joven en disputar un rally. En concreto el de Letonia, segunda prueba del Campeonato de Europa de 2021. «Estoy muy contento de la oportunidad que he tenido», explica feliz a ABC.

Pese a su juventud, Gil es un chico con la cabeza bien amueblada, maduro, profesional y está plenamente convencido de lo que quiere ser en la vida. Su padre, José María Membrado, se dedica ahora a despejar carreteras cuando están cubiertas de nieve, pero en su día fue profesional del mundo de los rallies. Y de los buenos. Fue campeón de Cataluña en diez ocasiones. Pasión y amor por el motor que ha heredado su hijo. «En casa se ha consumido mucho motor. Mi padre siempre se ha buscado la vida para lograr los patrocinadores y las ayudas necesarias para competir, y yo siempre que podía lo acompañaba a sus carreras».

Nacido el 25 de octubre de 2007 en Olost, pequeña población de 2.000 habitantes al norte de Barcelona, con solo tres años Gil ya hacía sus pinitos en los kart de la mano de Dani Balasch, expiloto del Carlos Sainz Junior Team . En 2018, con diez años, ya fue campeón de Open RACC de Karting, subcampeón del campeonato de Asturias y debutó en el de España Alevín. En 2019, dio un salto más disputando los entrenamientos libres de las pruebas del calendario del Campeonato de España de CarCros y en 2020, ya con doce años, logró entrar a formar parte del programa de formación del RACC-Motorsport. Con esa edad se proclamó campeón de España de Autocros Júnior-División CarCros , y campeón de Cataluña absoluto de Autocros. Gestas que ya dejaban entrever un talento que, si no se desvía del camino y la suerte lo acompaña, promete dar muchas alegrías en el futuro al motor español. «Es pronto para hacer pronósticos, pero lo que está claro es que le encanta lo que hace y es él el que se ha metido de lleno en este mundo. Es su pasión y vamos a intentar ayudarlo a llegar lo más alto posible», explica Balasch a este periódico.

Este pasado fin de semana, el crecimiento de Gil derribó un nuevo muro en Letonia. Ese país, junto a Estonia y Lituania, es el único en el que se dan licencias a partir de los 13 años y eso ayudó a que el imberbe piloto de Olost pudiera disputar su primer rally. Lo hizo con un Peugeot 208 R2 y acabó en tercera posición en la categoría júnior. Un gran resultado que espera prolongar el próximo 7 de agosto en el Rally Nacional de Lituania , donde le espera su segunda gran prueba con adultos. «Soy consciente de lo que quiero y de los sacrificios que tengo que hacer para conseguir mis objetivos», reflexiona. El catalán tiene como copiloto al canario Rogelio Peñate, que es quien conduce el coche en los tramos de enlace abiertos al tráfico, ya que obviamente el jovencísimo piloto no tiene carnet.

Sacrificios con un fin

Ir al cine o jugar a la videoconsola con los amigos son planes mundanos para el 99’9% de los chicos de su edad, pero no para Gil Membrado . Lo hace a cuentagotas. Su vida es estudiar secundaria en el Instituto Castell del Quer , extraescolares deportivas y de inglés, y unas 20 horas a la semana de pilotaje junto a Balasch. «Entrenamos en circuitos porque a mi edad es el único sitio donde se me permite ponerme al volante en España», detalla Gil.

Membrado se ríe cuando se le pregunta si el examinador que le toque cuando se saque el carnet de conducir será capaz de ponerle alguna pega. Es extrovertido y educado, y además presume de notas, recién terminado 2º de la ESO . «La mayoría han sido notables y sobresalientes... Me gustan las ciencias. Lo que mejor se me da son física y química, y todas las asignaturas relacionadas con la tecnología». Una señal de lo que quiere para su vida académica, siempre paralela a su sueño de competir algún día en el Mundial de Rally: «Me gustaría estudiar una ingeniería», sentencia.

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