El «football» invade Wembley

Todo salió mal. El United fue goleado por su nuevo hermano rico en uno de los peores días de su historia según sir Alex Ferguson. Horas después caían los Tampa Bay Buccaneers ante los Chicago Bears . Suerte para ellos que los magnates cuentan las victorias en el verde de la cuenta corriente.

Cambian los tiempos, cambian los deportes. Todo lo cambió el dinero. Grandes fortunas se reparten los clubes más importantes de la Premier League como si de cromos se tratase. Así llegaron los Glazer a Old Trafford, donde no son bienvenidos. Así ha llegado el mayor exponente del deporte americano, el otro «football», al santuario del fútbol.

El nuevo estadio de Wembley como epicentro del deporte. Sede de los Juegos Olímpicos de 2012 y de dos finales de la Liga de Campeones en tres años. El recinto aún tiene hueco para albergar a la competición más seguida en Estados Unidos y cuya final cuadriplica el valor de la de la Champions, la NFL.

El deporte americano por excelencia quiere abrirse paso en Europa. Los pasos son medidos, pero van en serio. Nada de pachangas de pretemporada o giras con equipos a medio gas. Cada año se disputa un encuentro de la temporada regular en Wembley. Y con un calendario tan reducido -17 partidos- sería una osadia no tomarse el viaje como un traslado más.

La relación comenzó en 2007 y va para largo. La NFL seguirá jugando en Londres, como mínimo, hasta 2016. Y desde la próxima temporada podría ampliarse de uno a dos los encuentros a este lado del Atlántico. El objetivo es crear afición . Por eso, la idea de la Liga es designar una serie de equipos que sean los que suelan desplazarse hasta Londres cada año.

Los Tampa Bay Buccaneers (bucaneros) han sido los primeros en repetir el viaje para alegría de los Glazer. Su otro equipo, el Manchester United, toma cada verano el camino a la inversa para intentar que el «soccer» conquiste una pequeña parcela en Estados Unidos. Cosas de la globalización.

El problema era evidente. Con un vistazo a la grada de Wembley, se podían distinguir los colores de los 32 equipos de la NFL. La afición -de momento- acude por el espectáculo, no por un equipo en particular. Así se reunieron 75.000 personas en Wembley, un dato de asistencia que solo pudo igualar en la Premier el derbi de Manchester. Y eso que fue el primer año -lockout mediante- que se quedaron entradas en las taquillas.

A corto plazo resulta difícil pensar que una de las franquicias del campeonato se traslade a Londres. Cuestión de dinero, primero, por los complicados y lucrativos contratos televisivos. Tampoco faltan las disgresiones internas. Roger Goodell, comisionado de la NFL -figura equivalente a la de Stern en la NBA-, juega con el lenguaje. Explica que convertir a Tampa en una franquicia global sería una gran noticia para Tampa y para la NFL.

El equipo tiene dificultades para llenar su estadio -pocas alegrías desde la Superbowl de 2022- pero parece que Florida seguirá siendo su casa por ahora. «Este equipo nunca se va a trasladar de Tampa a Londres. Somos los Tampa Bay Buccaneers», explica Mark Dominik, gerente de la franquicia. Cambiar los colores de un equipo no es tarea de niños. Que se lo digan a los Glazer . O a los Red Rebels del FC United of Manchester .