Golpe de mano del Benfica en casa del Oporto

Fue este último quien abrió el marcador al remachar un saque de falta que había rebotado en la barrera, pero se fueron al descanso con empate después de un fallo en la entrega de la defensa portista que desembocó en un disparo a bocajarro del delantero de moda en el país vecino: el jovencito Joao Félix, pretendido por el Real Madrid y el Barcelona.

La intensidad, sin embargo, se desvaneció en la segunda parte, marcada por un juego progresivamente bronco que calentó los ánimos tras el segundo gol del Benfica, en una acción trenzada por el suizo Seferovic que materializó el resucitado Rafa Silva, de nuevo en su mejor nivel como en su etapa en el Sporting Braga.

La autoexpulsión del brasileño (nacionalizado portugués) Gabriel parecía que tal vez la escuadra podría perder las riendas, pero se limitaron entonces a resistir y aguantar la ventaja, frente a un Oporto claramente de más a menos. Exactamente lo contrario que los benfiquistas esta temporada, pues dejaron atrás su mal arranque y se han revalorizado tras despedir a Rui Vitória y colocar en el banquillo al hoy consolidado Bruno Lage.

La velada había comenzado con la policía en alerta máxima, ya que los enfrentamientos entre los dos clubs más laureados de Portugal siempre se consideran de riesgo elevado. Los hinchas más radicales del Oporto apedrearon el autobús de sus oponentes, que entró en el aparcamiento del Estadio do Dragao con varios cristales rotos.