Guerra Ucrania-Rusia

Gazprom es el problema: en peligro el principal patrocinador del fútbol

Patrocinador de la Champions, el grupo ruso da nombre al estadio de la final que ha sido sustituido por Saint Denis en París

J. C. CARABIAS / E. V. ESCUDERO

La guerra que ha emprendido Rusia en Ucrania y que implica a cientos de segmentos sociales en nuestro mundo, también incide con fuerza en el deporte. Alzan la voz los atletas ucranianos, impotentes ante la invasión ordenada por Vladimir Putin, y su protesta se deja ... sentir porque son números uno en lo suyo. Acompañan en la reivindicación de paz otros deportistas de primer nivel , como el piloto de Fórmula 1 Sebastian Vettel, quien se niega a correr en Rusia. Y los estamentos directivos tratan de adaptar agendas a la situación bélica. La UEFA se ha renuido en su comité ejecutivo para cambiar la sede de la final de la Champions, programada para el 28 de mayo en San Petersburgo. Ahora se disputará en Saint Dennis, París. Y la Euroliga decidió suspender tres partidos en los que intervienen equipos rusos, previstos para esta jornada.

La crisis de Ucrania se plasma en el deporte en una empresa con ramificaciones económicas y vitales, también deportivas, para el viejo continente. Gazprom. La empresa suministradora de gas fue fundada en 1989 en el periodo soviético y está controlada por el gobierno de Putin, si bien su gestión se realiza al modo de una compañía privada. Tiene 456.000 empleados, según la revista Forbes, y su venta anual se eleva a 148.000 millones de euros que la convierten en una de las diez primeras empresas del mundo. Según los medios económicos especializados, Gazprom invierte 90 millones al año en deporte, más concreto en el fútbol . Es uno de los ocho patrocinadores oficiales de la Champions. A cambio aporta más de 40 millones de euros, según publica la consultora KPMG Football.

Gazprom, símbolo de la oligarquía rusa, ya empieza a sufrir las consecuencias de la guerra. El Schalke 04, el equipo alemán en el que jugó Raúl y que ahora actúa en segunda división, decidió ayer suprimir el logotipo de Gazprom de las camisetas azules . El club también ha informado de la dimisión del representante de la compañía rusa en su consejo de administración. Gazprom ha sido un histórico sponsor del Schalke desde 2007.

Algunos medios germanos, como el sensacionalista Bild, exponen en sus páginas que la intención del club alemán es sustituir el emblema de Gazprom por un mensaje de paz, ‘Libertad para el pueblo ucraniano’.

Gazprom cambia su estatus. De mecenas a problema. La compañía de gas da nombre al estadio de San Petersburgo donde estaba previsto que se celebrase la final de la Champions. La presión ante la escalada militar de Rusia en Ucrania (país que ha acogido una Eurocopa -2012- y una final de Champions -2018-) abocó a la UEFA a convocar a su comité ejecutivo .

Fórmula 1 y baloncesto

La Fórmula 1, que ensaya su pretemporada estos días en Montmeló, se vio sacudida por el conflicto ucraniano. El 25 de septiembre se debería celebrar una carrera en Rusia, el Gran Premio de Sochi. Queda lejos y tiempo para que se solucione la vida en Ucrania, pero ya se ha filtrado que la cita podría ser suspendida y sustituida por el circuito de Estambul .

En el trazado catalán la voz más contundente fue la de Sebastian Vettel, piloto de Aston Martin y cuatro veces campeón del mundo con Red Bull. «Es terrible ver lo que está pasando, y si miras al calendario, hay una carrera programada en Rusia . Mi decisión propia es que no se debería correr en ese país. Yo no lo haré. Lo siento por la gente, por los inocentes que están perdiendo la vida y que son asesinados por razones estúpidas bajo un liderazgo extraño y loco».

El mundo de la canasta también se ha visto golpeado por el estallido del conflicto. Además del España-Ucrania que se jugó ayer en Córdoba y que estuvo lleno de reivindicaciones contra la guerra, la Euroliga decidió suspender los tres partidos que tenían implicados a equipos rusos para esta jornada. Fue una medida preventiva, tomada de manera personal por Jordi Bertomeu -CEO de la compañía que regular el torneo-, a la espera de que los 18 clubes se reúnan hoy para decidir qué hacer con la competición. Los dos próximos compromisos del CSKA en Moscú son ante el Barcelona el próximo domingo y frente al Real Madrid el viernes que viene y están ahora mismo en el aire.

El jugador del Barça y de la selección española, Álex Abrines, mostró ayer su malestar por tener que viajar a Rusia en estos tiempos tan complicados. «La verdad es que no me hace mucha gracia...», señalaba el alero, feliz al ver cómo se suspendía el duelo ante el Zenit de hoy y a la espera de lo que ocurra en la reunión de los clubes.

El calendario deportivo de otros deportes también se ha visto afectado por el estallido de la guerra. El Barça de balonmano, que tenía que jugar en Champions el próximo jueves ante el Motor en Ucrania, lo hará, pero en sede neutral, en Eslovaquia. El Mundial de voleibol, previsto para el verano en Rusia, también está en peligro, al igual que otros eventos como el partido de clasificación de fútbol para Catar 2022 entre Polonia y Rusia. Efectos colaterales de una guerra que ha puesto patas arriba al deporte mundial.

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