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GOLF - Abierto de EE.UU.

Gary Woodland se corona en Pebble Beach

El golfista de Kansas logra su primer major y Jon Rahm, sensacional, acaba tercero

Gary Woodland celebra su primer major en el green del hoyo 18 de Pebble Beach AFP

MIGUEL ÁNGEL BARBERO

Un torneo como el Abierto de EE.UU. merece un desenlace de lujo y, una vez más, no defraudó a nadie. Con unas condiciones más benignas que en años anteriores se mejoró el resultado de Tiger Woods (-12) de diecinueve años atrás y hubo emoción y sorpresa hasta el último hoyo. La primera vino motivada por la incertidumbre de saber quién sería el campeón, si el inexperto en estas lides Gary Woodland o el número uno del mundo, Brooks Koepka . Y la segunda la protagonizó precisamente este último, que prolongó su gran momento en los majors de 2019 ( segundo en el Masters y campeón en el PGA Championship ), con un subcampeonato esta semana, en la que nadie contaba con él pese a ser el doble defensor del título.

Pero Woodland demostró ser un jugador como la copa de un pino desde el principio, cuando le apretó en el liderato su compañero de partido Justin Rose . Sus tres victorias previas en el PGA Tour le sirvieron para no venirse abajo y seguir fiel a su juego tranquilo y ordenado. Sabía que sus momentos buenos estaban por llegar y dos birdies tempraneros (en los hoyos 2 y 3 ) le templaron los ánimos. Luego, no se puso nervioso cuando falló en la parte media de la vuelta ( bogeys en el 9 y el 12 ) y se le acercó con peligro Koepka, porque sabía que lo mejor estaba por llegar. Con dos nuevos aciertos postreros ( 14 y 18 ), Gary (-13) dejó claro que se había merecido el triunfo.

No obstante, el drama llegó hasta el final, cuando Koepka (-10) tiraba para eagle en el 18 mientras que Woodland (-12) peleaba por el par en el 17. La cómoda ventaja que de la que había disfrutado el de Kansas en las últimas horas se podía esfumar en cuestión de segundos. Y entonces este afrontó el golpe más importante de su carrera, el que debía cruzar de cabo a rabo el penúltimo green de Pebble Beach . Sorprendentemente, decidió jugarla por alto en lugar de patear y el riesgo le mereció la pena: la dejó dada y con el campeonato en el bolsillo, ya que su rival solo pudo cumplir el par. Así las cosas, a Woodland le bastaba con firmar un tranquilo hoyo final para hacerse con el más importante de sus trofeos, pero prefierió hacerlo a lo grande: con un birdie , como todo un campeón.

La actuación de los españoles fue correcta, en el caso de Sergio García (+4) y Rafa Cabrera (+6) ; excelente, en el de Adri Arnaus (+5) y soberbia, en el de Jon Rahm (-8) . El castellonense ya se dio por satisfecho con superar el corte en un grande después de dos años, mientras que al canario le pesaron las condiciones del campo en cuanto se endurecieron un poco. El catalán, en su primer grande, dio la campanada aguantando el tipo frente a los mejores del mundo, mientras que el vasco dejó claro que su momento de gloria está cada vez más cerca. Firmó su mejor resultado en un torneo del Grand Slam (tercero) y acabó con la mejor tarjeta de la semana (68), lo que demuestra en en situaciones de presión se defiende de maravilla. Hacer cinco birdies en la última jornada de un Open de Estados Unidos no es nada fácil, pero Jon está preparado para lo máximo. El Open Británico de julio le está esperando.

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