Ferrari se aprieta el cinturón
El adiós de Honda ha acelerado los síntomas de histeria en la Fórmula 1. El mundo que se creía intocable ha sucumbido a la crisis financiera mundial. La vieja pretensión de ahorrar costes y acabar con el despilfarro para garantizar la supervivencia se ha convertido ... ahora en ley. Lo intentó Max Mosley, el presidente de la FIA, sin éxito. Lo dijo Bernie Ecclestone sin mucha convicción. Ahora lo dice Ferrari, el emblema.
«Es una gran crisis, y son entendibles los motivos que han obligado a los equipos constructores a tomar estas medidas», comentó Stefano Domenicali al respecto de la retirada de Honda. «Ha sido un rayo en un cielo despejado», comentó en metáfora el jefe de los italianos, aunque profetiza tiempos duros para la Fórmula 1: «Es clave responder con lucidez, evitando errores de estrategia que se pueden pagar luego cuando las cosas mejoran». «Ferrari seguirá estando delante», terminó Domenicali, voz cantante de la amenaza que lanzó en su día Ferrari sobre la posibilidad de abandonar la Fórmula 1 si se imponía la idea del motor único.
Los equipos se han citado estos días en Jerez y en medio de la paranoia, Red Bull salió al paso de los rumores. La imagen es más importante que nada en la F-1 y el fabricante de bebida energética garantizó que seguirán sus dos escuderías, Red Bull y su filial Toro Rosso. «No existe ninguna duda sobre la continuidad tanto de Red Bull como de Toro Rosso. Estos rumores son totalmente infundados», aseguró el consejero deportivo de la entidad, Helmut Marko.
Psicosis de más bajas
Las premoniciones de Max Mosley, el presidente de la Federación Internacional (FIA), no son esas. Ha manifestado con rotundidad que está seguro de que habrá alguna baja más en la parrilla que tomará la salida el 29 de marzo en Australia. Y todos los tiros apuntan a Toyota, que da un perfil parecido a Honda: fabricante de coches, nacionalidad japonesa, inversiones enormes y escasos resultados, a pesar de que Jarno Trulli y Timo Glock han asomado por los carteles en un coche que este año sí ha experimentado progresos.
La incógnita vuela hasta el box de Toyota y contesta John Howett, presidente de la marca y miembro de la Asociación de Equipos de la F-1: «Estoy convencido de que podremos superar esta recesión», aseguró sin desmentir el runrún que sitúa a la marca nipona en el alambre de una crisis de consecuencias impredecibles.
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