La familia del ajedrez se despedaza en la guerra de Ucrania

La anécdota cinematográfica tiene gran importancia simbólica. En el tablero de Ucrania se vive un drama al que no son ajenos los grandes maestros. Más de 40 de nacionalidad rusa han publicado una carta abierta en la que piden a Putin que pare la guerra, según informa Chess.com . Les puede salir caro, en un país donde las trazas de libertad de expresión que quedaban han sido aniquiladas.

La cosa viene de lejos. En 1972, Bobby Fischer y Boris Spassky libraron en Reikiavik una batalla propagandística crucial en el contexto de la Guerra Fría . Los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética, con la CIA y el KGB como infiltrados sobre el terreno islandés, se jugaban mucho más que un título deportivo.

En realidad, el primero que comprendió el tirón publicitario del juego fue Lenin , hace un siglo. El ajedrez, vieja metáfora de la guerra, adquirió relevancia como forma de demostrar la superioridad intelectual y moral del régimen soviético. En la URSS , los grandes maestros tenían la más alta consideración y el ajedrez se convirtió en el deporte nacional. Se jugaba en las casas y en los parques, mientras en los Palacios de Pioneros impulsados por todo el imperio se forjaban los futuros campeones, embajadores de un sistema que miró por encima del hombro a Occidente durante décadas. El lema «El ajedrez para las masas» hizo fortuna.

La hegemonía soviética fue absoluta justo hasta la llegada de Fischer, espejismo efímero, ya que después reinaron Karpov y Kasparov , el 'Hijo del Cambio', con el que efectivamente se transformó todo, e incluso Kramnik , en uno de los últimos coletazos.

No es casualidad que las dos grandes K representen de nuevo a dos bandos irreconciliables, aunque en defensa de Anatoly cabe destacar que visitó a Garry en la cárcel cuando este descubrió que derrocar a Putin en las urnas era una misión suicida, más que imposible. Ahora, sin embargo, no ha dudado en alinearse con las tesis de su líder.

Casi todas las federaciones deportivas viven de forma convulsa la guerra de Ucrania y se suceden las sanciones para los representantes rusos, pero en el ajedrez el cisma es más profundo. Un puñado de rostros protagonizan un conflicto civil en el seno de un deporte cuyo lema, 'Gens una sumus' ('Somos una familia'), ha saltado por los aires. Abundan las víctimas colaterales dentro de un culebrón del que se podrían grabar muchas más temporadas que de 'Gambito de dama'.

Arkady Dvorkovich: El máximo responsable de la FIDE (Federación Internacional) es ruso y accedió al cargo con todo el apoyo de Putin, pero su situación es delicada, después de que el organismo que preside se haya posicionado claramente contra la invasión de Ucrania. Ex viceministro económico y director del Comité Organizador del Campeonato del Mundo de Fútbol, Dvorkovich termina mandato este año. Sin guerra de por medio, sería claro favorito a la reelección, pero bajo su gobierno la FIDE también canceló la celebración de la Olimpiada de Ajedrez en Rusia, que habría sido inviable, y anunció que su Comisión de Ética y Disciplina, órgano independiente, estudiará posibles sanciones contra Sergey Karjakin , del que se habla justo debajo. A favor de Dvorkovich juega el hecho de que hace dos años autolimitó su poder. Se colocó por debajo del Consejo de la FIDE y estableció que su presidencia no podría durar más de ocho años o dos legislaturas.

Sergey Karjakin. El ex niño prodigio nacido en Ucrania, nada menos que en Crimea, es uno de los defensores más exaltados de Putin y de su invasión. En 2009 se nacionalizó ruso y recibió un apoyo de gran valor, no solo económico, que le permitió llegar a la final del Campeonato del Mundo, donde murió en la orilla a manos de Magnus Carlsen. Aparte de pagar los servicios recibidos, su convicción parece real. No hay nadie tan activo y combativo en las redes sociales, pese al desprecio que ha recibido de gran parte de la comunidad ajedrecística internacional. Entre otros torneos, el circuito del Grand Chess Tour ha anunciado que no será bienvenido este año. Su participación en el torneo de Candidatos, que está previsto celebrar en junio en Madrid , está en el aire. A decir verdad, la propia competición corre peligro, aunque la FIDE es optimista.

Alexander Grischuk. El actual número 2 ruso y 10 del mundo ha sido el más claro a la hora de criticar la guerra , aunque no ha empleado esta palabra porque está prohibida en su país y quiere que los medios rusos también puedan citarlo. Hace unos días aprovechó una rueda de prensa rutinaria en Belgrado para realizar una sorprendente declaración oficial. Se puede resumir en una frase: «En Rusia lo estamos haciendo muy mal». Ya veremos si puede regresar a su país sin problemas.

Anatoly Karpov. Como se ha dicho, el parlamentario ruso votó a favor del reconocimiento de la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk (Donbass), aunque ha sido más prudente en sus declaraciones que Karjakin. Solo por eso, la Unión Europea y Estados Unidos lo han incluido en una lista negra y no le será fácil viajar a estos territorios, incluso para algo tan inocente como presentar una película. Maestro de la estrategia, es difícil que dé pasos en falso, pero no se descarta que haya quedado marcado para siempre.

Garry Kasparov. El sucesor de Karpov fue pionero en alertar del riesgo de la llegada al poder de Putin. Con cierta ingenuidad, pensó que la política era otro tablero perfectamente reglamentado y justo, pero se topó con la imposibilidad de realizar la oposición que soñaba. Después de pasar por la cárcel, acabó emigrando a Estados Unidos para poner a salvo su vida. Desde Nueva York su altavoz sigue funcionando, aunque no siempre es escuchado. El 'Ogro de Bakú' es partidario de las mayores sanciones a Rusia, para «devolver al país a la Edad de Piedra». Cree que hay que parar al dictador por todos los medios posibles, incluida la bancarrota. Su plan es que el régimen no pueda funcionar «sin el apoyo tecnológico de Occidente». Kasparov no ha dudado en criticar también al presidente estadounidense por ser demasiado blando. Putin «ha cometido crímenes de guerra más allá de la imaginación», sostiene.

Vasily Ivanchuk y otros grandes maestros de primer nivel siguen atrapados en su país. Solo las mujeres, los ancianos y los niños pueden salir de Ucrania legalmente, e incluso ellos lo tienen difícil. Algunos ajedrecistas, entre ellos varios grandes maestros, como Georgy Timoshenko y Oleksandr Sulypa (en la imagen) han tomado las armas voluntariamente para defender a su país. Todos ellos corren peligro y a las figuras no les faltarán ofertas para adoptar la nacionalidad que deseen. Algunos ya tienen propuestas para venir a España, pero el riesgo de que les ocurra algo tiene en vilo a sus amigos y seguidores.

Firmantes por la paz. La carta abierta a Putin, cuyo contenido se puede leer más abajo, ha sido firmada por algunas figuras de primer nivel, como el retador por el título mundial Ian Nepomniachtchi , la excampeona del mundo y directora de ChesscomRU Alexandra Kosteniuk , la excampeona de Europa y de Rusia Valentina Gunina , el ocho veces campeón de Rusia Peter Svidler , el excampeón del Mundial de la FIDE Alexander Jalifman , y los grandes maestros Andrey Esipenko , Daniil Dubov y Kirill Alekseenko , entre otros. No figuran, de momento los cinco jugadores que disputan estos días el Grand Prix de Belgrado, entre ellos el citado Grischuk y el actual campeón ruso, Nikita Vitiugov .

Este es el contenido de la carta firmada por medio centenar de maestros ucranianos:

«Estamos en contra de cualquier acción militar en el terreno de Ucrania y pedimos un inmediato cese de hostilidades y una resolución pacífica del conflicto a través del diálogo y las negociaciones diplomáticas. Para nosotros, es un dolor insoportable ver la catástrofe ocurre estos días con nuestra gente».

« Hemos representado a Rusia de forma individual y, lo que es un honor especial, por equipos. Estamos convencidos de que el ajedrez y los deportes en general deben unir a la gente. Nuestro país ha hecho todo lo posible para organizar los eventos internacionales más complejos y prestigiosos incluso durante el pico de la pandemia».

«El ajedrez te enseña a responsabilizarte de tus acciones; cada jugada tiene valor y un error puede conducirte a un punto fatal de no retorno . Esto solía ser un deporte, pero ahora las vidas humanas, los derechos humanos y las libertades, la dignidad humana, el presente y el futuro de nuestros países están en juego».

«En estos días trágicos, pensamos en toda la gente que quedó atrapada en medio de un espantoso conflicto. Compartimos el dolor de nuestros colegas ucranianos y pedimos por la paz».

«El equipo de ajedrez ucraniano es el actual campeón europeo por equipos y uno de los equipos más fuertes del mundo, al igual que el nuestro. Nos hemos enfrentado en decenas de duelos y cientos de partidas. Para nosotros, la competencia justa siempre ha estado por encima de la política; los ucranianos comparten este mismo sentimiento. Les rogamos que preserven la posibilidad de respeto mutuo entre los equipos, jugadores y personas de ambos países».

«Apoyamos la paz. Paren la guerra».