Noruega aún es demasiado

España, que peleó cuanto supo y todo lo que pudo , se marcha a casa en octavos. Una España que ha mostrado fuerza, ganas, ilusión y brazos potentes para continuar la senda de éxitos. Una España que ha cambiado el cuerpo técnico, la plantilla y la táctica. Un reto al que, a pesar del poco tiempo para cohesionar los diferentes juegos , se han adaptado tanto la vieja guardia como las nuevas caras. Dejaron buenos recuerdos en la fase de grupos y plantaron batalla a las nórdicas. La esencia sigue intacta: entrega, solidaridad, portería, defensa y piernas. Pero Noruega llegó muy pronto.

Pesó el palmarés -dos veces campeona olímpica, tres del mundo, siete de Europa-; las estadísticas y los recuerdos, como la última derrota por 27-24 en la fase de grupos de los Juegos Olímpicos de Río 2016. A pesar de que la mitad de este nuevo equipo español llegaba libre de decepciones en la mochila, los nervios atenazaron a todas por igual . Y aunque también la selección nórdica ha renovado sus filas para iniciar el nuevo ciclo olímpico, su calidad y su rapidez en los contragolpes y los repliegues se mantiene en todo lo alto. Aspirante seria a revalidar su corona mundial.

España tembló mucho en los primeros minutos: un ataque inicial que no entró, un desajuste en defensa, una pérdida de balón, y Noruega que aprovechó para meter un primer parcial de 3-0 que supo mantener y ampliar durante la primera parte con tres, cuatro y hasta cinco goles de diferencia. Mientras las nórdicas aprovechaban a la perfección las superioridades, a España le costó descifrar la defensa rival , imprecisa en los pases y algo precipitada en los lanzamientos. «Estamos excesivamente nerviosas. No es el qué, es el cómo. Noruega no está haciendo nada que no supiéramos. Hay que relajarse», indicaba Viver en el primer tiempo muerto.

Palabras que calaron porque Shandy sacó su brazo, Carmen Martín animó desde los siete metros y Silvia Navarro dio cierto aire en portería. A falta de cinco minutos para el descanso, España limó las diferencias a solo dos goles. Una esperanza basada en el juego paciente, el temple en los brazos en alto en la defensa, en la velocidad en los lanzamientos al ataque y las también numerosas pérdidas que acumuló Noruega, diez en la primera parte.

La selección planteó su mejor juego tras la reanudación, con una Zoqby que detuvo los ataques noruegos y con la seguridad de Martín muy alta desde los siete metros. Sin embargo, la renta que se habían ganado las nórdicas en los primeros treinta minutos mermó la capacidad de reacción española . Desde la portería rival, Lunde y los palos también se encargaron de desanimar a las de Viver, que no supieron mantener la intensidad.

En los últimos compases, paseo para Noruega, que amplió el marcador para infligir demasiado castigo para una España en construcción.