España, plata tras caer en los penaltis ante Hungría

Golpeó primero España. Tras ganar el primer balón del partido, Álvaro Granados logró batir a Victor Nagy, aunque la acción encontró rápida respuesta por parte de Hungría, que logró el empate a través de Zalanki. Dani López Pinedo ya daba muestras de ser uno de los mejores porteros del campeonato desbaratando los disparos magiares. Aprovechó la superioridad España tras el exclusión de Angyal para volver a adelantarse en el marcador. Fue Alberto Munarriz el que anotó. El nadador del Barceloneta volvió a marcar para distanciarse a dos del equipo anfitrión. Había entrado España con el pie derecho a la final. Los bloqueos funcionaban a la perfección y López Pinedo estaba inspirado. Así acabó el primer cuarto, con los de David Martín aferrándose a la épica.

Siguió España bien aposentada en el Duna Arena . Con un espectacular Dani López Pinedo y una defensa sólida. Aunque Angyal logró pillar en un despiste a los de Martín, que encajaron el gol húngaro que recortaba distancias. Entraba el partido en un correcalles que no convenía a los españoles. Muchos nervios en ambas escuadras, muchos más que buen juego o goles. Normal en una final. Tras el primer tiempo pedido por los locales, Zalanki logró el empate aprovechando la expulsión de Miguel De Toro. No lograba batir España a Nagy en este segundo cuarto. Denes Ador Varga volvía a golpear, logrando un parcial de 0-3, y colocando a Hungría por delante a falta de un minuto. Pudo empatar España en el último minuto con un penalti que marró Granados . Lo agradeció Nagy besando el palo. Acabó el segundo cuarto sin goles para España y con tres para el equipo magiar, que se puso por delante (4-3). El resultado, a pesar de todo, permitía seguir soñando con el oro.

Acabó Mallarach con la sequía española en el primer ataque del tercer cuarto. Sexto gol del gerundense en este campeonato. Pero duró poco la alegría tras el tanto de Vamos, que dejaba las cosas como estaban. No aprovechaba España las superioridades pero respondía bien en defensa. Una genialidad de Marc Larumbe colocó el empate con una vaselina que dejó anclado a Nagy. El meta magiar solo pudo seguir con la mirada cómo la pelota entraba en su portería. Los goles españoles recibían enseguida respuesta húngara y así anotó enseguida Manhercz para colocar el 6-5 a falta de dos minutos.

Esperanzador inicio en el último cuarto con el gol de Perrone que, como no podía ser de otra manera, neutralizó Varga. Se aferraba a la épica España que iba forzando el empate. La igualdad era máxima . A cada tanto de España había respuesta húngara pero los de David Martín no se cansaban y la ilusión les mantenía vivos. El cansancio pasaba factura. El último cuarto estaba siendo el más goleador de todos. Un tanto de Munarriz a falta de minuto y medio permitía soñar y un contraataque conducido por Blai Mallarach pudo significar la victoria. El oro se estrelló contra el cuerpo de Nagy y decidieron los penaltis.