España busca su primer Europeo de la Historia

Pero el reto no es nada fácil para España. Primero, porque aunque valga el empate para amarrar el título tiene que hacer un partido casi perfecto ante los caucasianos. Son su bestia negra, pues solo la ha vencido en tres de los veintidós partidos del historial, todos en Madrid y el último hace diez años. Y después, porque hay que reconocer que su juego está a un nivel superior al de los Leones. Llevan años recibiendo ingentes ayudas de su Gobierno y han alcanzado un estatus internacional que les sitúa a medio camino entre la élite europea del Seis Naciones y los países de este Campeonato en el que siempre se pasean. Justo hasta este año, cuando España puede tomar su relevo si aprovecha su reciente subidón de moral y los apuros sufridos por los Lelos el pasado sábado ante Rumanía (23-26).

Pese al gran momento actual de los hispanos, llegar hasta aquí no ha sido nada fácil para ellos. Recientemente han tenido que sobreponerse a la muerte de Kawa Leauma en plena fase de clasificación, algo que lograron uniéndose aún más en el objetivo común. Y, desde mucho antes, tratando de olvidar lo sucedido hace cuatro años en Bélgica, donde una derrota en un partido a todas dosis a todas luces amañado y una una serie de alineaciones indebidas sancionadas internacionalmente dieron con España en el ostracismo popular y deportivo. Mas Santos supo recuperar deportiva y mentalmente a la selección a base de trabajar con un grupo muy amplio de jugadores de todo tipo de perfil hasta el punto de parecer otro equipo. Lo hizo otorgando libertad y responsabilidad de los líderes de cada segmento del juego y haciéndoles sentir a todos fundamentales.

Gracias a la amplia manga ancha que facilita la Federación internacional con el asunto de los nacionalizados, ya sea por ser descendientes de españoles hasta en segunda generación o por años de residencia, originarios argentinos, cameruneses, samoanos, neozelandeses, ingleses, escoceses o franceses sienten defienden en lo más profundo de su la casaca roja cada vez que se la enfundan. Todos son conscientes de la oportunidad que se les presenta y no quieren relajarse. Así lo avisa Lucas Guillaume , quien apunta que «ya tuvimos la celebración del Mundial, pero el trabajo no está completado. Nos queda todavía el partido de Georgia y ahí es donde tenemos que darlo todo». Lamentablemente, el tercera línea del Sporting Club Albi y el veterano Manu Mora serán baja por lesión, los que ha motivado que Santos haya aprovechado para refrescar el XV titular con cinco cambios con respecto a los que jugaron en el Central de la Universitaria. Con estos ingredientes, se verá si este último esfuerzo de los españoles les da el segundo premio en apenas una semana. Y si no llega en Tiflis , las las felicitaciones habrá que dárselas al equipo nacional igualmente. Clasificarse para el mundial y ser subcampeón europeo es algo nunca visto anteriormente, aunque, como dice la canción… siempre queremos más.