Juan José Cobo: «Intento evitar todo tipo de presión»
El actual líder de la Vuelta a España, que estuvo a punto de dejar el ciclismo por una depresión, intenta ahora ir con calma y sin obsesionarse
J. GÓMEZ PeÑA
Aunque tiene abierta la puerta del podio de la Vuelta, Juanjo Cobo (Cabezón de la Sal, 30 años) prefiere mirar aún por el ojo de la cerradura. Sabe que dentro tiene dos «Cobos». El del Angliru, el pletórico, el triturador. Y el que ... hasta hace nada se ahogaba en el fondo de un sofá. Mirando de reojo su bicicleta. Llegó a ponerla bajo llave. Matxin, el director del Geox, le rescató. Le convenció para subir otra vez. Hoy, a seis etapas del final, es el líder de la Vuelta.
—¿La tiene ya ganada?
—Todavía puede pasar de todo. En principio no son etapas malas para mí, pero... En las vueltas grandes siempre he tenido un día malo.
—En el Angliru aplastó a sus rivales.
—Tenía claro que el fin de semana era clave. Ataqué el sábado en La Farrapona, pero no fue mi mejor día. En el Angliru (domingo), en cambio, noté que estaba muy bien desde el principio. No conocía la subida. Sabía que era muy dura. Y por eso me marqué mi ritmo para no desfallecer.
—Dicen que es la sorpresa. ¿Se ha sorprendido a sí mismo?
—Entre comillas. Ya había estado a este nivel. Pero vengo de pasar unos meses muy malos Ahora estoy disfrutando del ciclismo.
—En mayo llamó a Matxin para decirle que dejaba el ciclismo. ¿Se sintió liberado?
—Hablar con Matxin fue una liberación. Me quedé mucho más tranquilo. Me lo quité de dentro. Hasta que me convenció para que me diera una oportunidad más. Si estoy aquí es por él. Fue el único que me ofreció ser profesional. Por eso, cuando decidí dejar la bicicleta sólo se lo dije a él. No lo había comentado ni en casa.
—Siempre dice que el ciclismo es un trabajo. ¿Tanto le cuesta entrenar?
—Me cuesta. Disfrutaba de la bicicleta cuando era niño. Sin presión. Ahora tengo que cumplir unos objetivos. Por eso lo considero un trabajo.
—Ser líder supone presión. ¿Cómo lo afronta?
—He pasado año y medio muy duro porque me presionaba demasiado. Así que intento evitar todo tipo de presión. Quiero relajarme y que salga la carrera como tenga que salir. Yo ya he hecho una carrera mejor de lo que podía imaginar. Si tengo que perderla, será porque otros son mejores.
—¿Se ve disputando un Tour?
—Uf. No me meta presión. A ver si me voy a bloquear, ja, ja. Ojalá llegué en 2012 al Tour en estas mismas condiciones y en la segunda jornada de descanso estemos hablando del podio.
—Tiene a su servicio a Sastre y a Menchov. ¿Qué la aconsejan?
—Tranquilidad. Que no le dé muchas vueltas. Que vaya día a día y sin obsesionarme.
—Y comparte habitación con su amigo De la Fuente, el que sacrificó la victoria en La Farrapona por ayudarle.
—Fue increíble. Lleva años luchando por algo así y se olvidó por ayudarme. Cuando lo pienso, me duele.
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