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Entrevista

Bruno Hortelano: «Lloré mucho, pero las lágrimas se quedaron en el hospital»

El atleta se confiesa en una entrevista concedida a ABC en la que reconoce que lo pasó muy mal tras el accidente, pero que mantiene intacta su ilusión por volver a ser el de antes

Bruno Hortelano, durante su entrevista con ABC INÉS BAUCELLS
Emilio V. Escudero

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Su figura se vislumbra al final del largo pasillo que da acceso al hall principal del CAR de Sant Cugat. Es allí donde Bruno Hortelano (Australia, 1991) vive desde hace unos meses para estar más cerca del doctor Mir, el cirujano que le ha devuelto la sonrisa. El atleta alarga la mano derecha, aún vendada, y saluda sin temor al dolor. Atrás han quedado los miedos que le provocó el accidente que casi le deja sin esa extremidad . El hombre más rápido de España recibe a ABC en su nueva casa, feliz por haber dejado atrás la pesadilla y optimista por el futuro que le espera dentro y fuera de las pistas.

-¿Sigue teniendo «El Alquimista» cerca de su mesilla de noche?

-Sí, sin duda. Siempre ha sido una referencia ese libro. Siempre me ha gustado. Lo leí por primera vez cuando era un adolescente y volví a hacerlo hace unos años. Es uno de esos libros a los que vuelvo cada poco y que cada vez que regreso a él me inspira un mensaje nuevo y saco una enseñanza diferente. Para mí refleja la importancia de creer en los sueños, de plantearse objetivos, de crecer y de tener la confianza para poder hacerlos realidad.

-¿Y se rompió alguno de esos sueños tras el accidente de tráfico que sufrió después de Río?

-No, para nada. Lo único que se rompió en ese accidente fueron unos huesos de mi mano derecha. Los sueños siguen vivos, más que nunca. Los tengo más presentes y los persigo con más ganas si cabe después de todo lo que ocurrió. He salido reforzado de todo esto. Quiero llegar a ellos, lo tengo clarísimo. Si antes tenía alguna duda, después de haber cumplido mi sueño de ir a unos Juegos, ahora no las tengo ya. Tengo claro que quiero regresar. Quiero demostrarme a mí mismo, a mi familia y a todo el país que puedo volver a ser el de antes. Y lo conseguiré.

-¿Piensa mucho en lo que pasó aquella madrugada?

-No, no lo pienso. La verdad es que pienso muy poco en ello. Ya tuve tiempo de pensar y reflexionar todo el otoño. Ahora ya no. Ya es hora de pasar página. De formular un plan, un buen plan, para los próximos años con el que pueda volver a competir como antes. Todo pasó muy rápido el año pasado. El récord de España, el oro en el Europeo, los Juegos… los resultados se vieron en unos meses, pero el trabajo estaba en los años anteriores y es ese trabajo el que debo recuperar cuanto antes.

-Ha pasado página, pero un golpe así no se olvida...

-No claro. Olvidar el accidente tampoco es algo que quiera, porque he sacado muchas lecciones de todo eso. He aprendido mucho. Considero que he madurado y no creo que vaya a olvidarlo, ni quiero. Tendré la cicatriz para no hacerlo. Como un recuerdo de lo que he pasado. Una especie de motivación, parecido a cuando entrenaba en Nueva York, que tenía una pared llena de papeles pegados con frases motivadoras. Será un poco como aquello. Un recuerdo para impulsarme. Una especie de tatuaje de un momento difícil, un obstáculo superado.

«El accidente no lo olvidaré, porque he sacado muchas lecciones de todo eso. Quiero que sea un recuerdo para impulsarme»

-¿Ha llorado mucho?

-Al principio sí. Fue un momento muy sentimental, de mucha emoción allí en el hospital. La primera semana especialmente, cuando aún había las dudas de cómo iba a ser el plan de recuperación. Cuando ya supe que iba a venir a Barcelona a operarme con el doctor Mir, cuando desaparecieron las incertidumbres, las lágrimas también cesaron. Desde entonces, he pensado mucho, pero no he derramado más lágrimas. Las lágrimas se quedaron en el hospital.

-¿Se acuerda de lo que pasó aquella noche en la carretera?

-No, de ese momento no tengo recuerdos. Solo de estar en el hospital.

-Decía hace unos meses que no había vuelto a pasar por el lugar del accidente, ¿ha reunido ya valor para hacerlo?

-Sí, he pasado una vez. Y no he sentido nada. Como no tengo recuerdo del accidente, no asocio ese punto de la carretera con nada triste. Es algo más simbólico que emocional.

-¿Cómo se trabaja para que eso no afecte mentalmente?

-Uno solo no lo puede conseguir. Tienes que estar rodeado de gente positiva. Gente que quiera ayudarte a conseguir tus objetivos y minimizar los daños. Pero poco a poco. Primero hay que andar para poder correr. Pero no hablo solo de mí, hablo de cualquiera que haya sufrido un accidente. Es algo muy duro y se necesita la ayuda de mucha gente para lograr una recuperación anímica total. Yo hasta ahora había tenido éxito porque vivía en un entorno positivo que creía mucho en mí y ese mismo entorno me ha ayudado ahora a volver a creer en mí y en mis objetivos.

-¿Valora más las cosas?

-Hay ciertas cosas que valoro más y otras que valoro menos. Lo que considero realmente importante, mis prioridades en la vida como la familia, los amigos, el amor, la ambición, mis valores personales, lo valoro más en general. He dejado de darle importancia a los dramas del día a día, que me parecen frivolidades.

«Podía haber muerto, pero tuve mucha suerte de salir tan bien de ese instante. Doy gracias de estar vivo todos los días»

-¿Le ha cambiado la vida?

-Creo que me ha reforzado la mente. Me ha ayudado a valorar la vida y a enfrentarme a la muerte de alguna forma. Doy gracias de estar vivo todos los días…

-Es que tuvo ese problema en la mano, pero podía haber sido peor…

-¡Claro! Podía haber muerto. Me enfrenté al hecho de la mortalidad. Tuve mucha suerte de salir tan bien de ese instante y… (se le apagan las palabras de repente).

-¿Es creyente?

-No soy creyente. Intento controlar todo lo que puedo tener bajo mi control. Sí que crecí como un niño católico, era creyente, pero eso ha cambiado algo. Me considero afortunado, si es que existe la fortuna, aunque soy de los que intenta controlarlo todo yo.

-¿Cuánto ha pensado en el Mundial de Londres en estos meses?

-Bastante, la verdad. Pensar en el Mundial me ha ayudado de muchas formas. No solo ha servido como objetivo para volver, sino que ha sido la inspiración para querer salir del hospital. En ese primer mes fue vital pensar en Londres.

-¿Cuándo veremos a Bruno otra vez compitiendo?

-No lo sé. Primero tengo que hablar con mi entrenador. Iré a verlo en unas semanas y hablaremos de ello. A partir de lo que decidamos, miraremos fechas y veré dónde competir.

«He pensado mucho en el Mundial de Londres. Ha sido una inspiración para querer salir del hospital»

-En Londres, donde Bolt correrá por última vez, es donde usted puede volver a nacer como atleta…

-Sí, curioso. Aunque lo mío y lo de Bolt no tienen nada que ver. Para mí, esa cita será casi como mi primera carrera. El primer gran campeonato tras el accidente. Sería especial estar allí.

-Sabe que todos los ojos de la afición española van a estar sobre usted en ese campeonato…

-Sí, y es muy bonito. Estos meses he sentido su apoyo, que me ha ayudado mucho. También el hecho de hablar con los medios ha sido una ayuda. Porque una cosa es creer en algo, pero si nadie te lo recuerda, puedes dispersarte y la prensa y los aficionados han sido clave para eso. Para que no me olvidara de nada y reforzara todo lo que pienso.

-¿Le abruman tantas muestras de cariño?

-Lo veo como una manifestación del apoyo que he recibido en este último año y me gusta, me gusta mucho. En las redes sociales he recibido muchos mensajes en los últimos meses, de adultos y de niños. Muchos son breves, pero en algunos se nota que la gente está sufriendo por algo y se ven reflejados en mí por un accidente o por tener algún obstáculo que superar y me escriben notas muy largas que se nota que están escritas con el corazón e intento responderlas. Es la suma de todo esto, junto al trabajo que estoy haciendo, lo que me anima a seguir haciendo lo que hago. Me encanta mi trabajo.

-¿Sigue creyendo que sus piernas pueden correr los 100 metros en menos de 10 segundos?

-Sí, lo creo (rotundo). Pero no solo las piernas. No es ahí donde reside todo lo que hace falta. Hace falta el esfuerzo y el trabajo previo y eso no va a faltar.

«Los Juegos de Río los recuerdo como un momento mágico. Un sueño de niño hecho realidad»

-¿Cómo es la vida en Barcelona?

-Es muy similar la vida en Madrid y en Barcelona. El CAR de Sant Cugat es muy parecido al de Madrid. Aquí tenemos todas las facilidades para alcanzar nuestros objetivos.

-¿Se sintió solo en algún momento tras el accidente?

-Al contrario. Sentí el apoyo de todos, sin duda. Ya les he dado las gracias, pero insisto mi agradecimiento a la Federación de Atletismo, al Comité Olímpico Español y al Consejo Superior de Deportes. Son ellos los que me ayudaron a organizar todo, empezando por los hospitales y los médicos. Me gestionaron poder estar en el CAR y tener la tranquilidad suficiente en todos los demás asuntos para poder centrarme solo en el deporte.

-O sea que tiene ganas de volver a lucir la bandera en la cita del verano…

-Sí, pero esas ganas las he tenido siempre.

-Al igual que en Río, ¿Cómo fue la experiencia olímpica?

-Me da la sensación que aún no he tenido tiempo para asimilar todo lo que ocurrió allí. Lo recuerdo como un momento mágico, aunque muy breve. Llegué muy concentrado, pensando que estaba allí para «trabajar». No hice ni un día de turismo, apenas salí de la Villa, pero estoy satisfecho de ese «trabajo». De haber ido allí y tener la disciplina de saber que iba a hacer algo importante y creo que los resultados salieron tal y como esperaba…

-Se quedó fuera de la final por 6 centésimas…

-Ya... (Hace una pausa, como recordando el momento). Yo sé que en ese momento mis piernas valían una final, pero supongo que no era mi momento. Con el tiempo que tuvimos para entrenar y el plan que hicimos, no podía haber salido mejor.

«¿El veto de fronteras de Trump? Me da pena, pero no todos los americanos piensan así»

-¿Cómo es la convivencia en la Villa Olímpica?

-Se vive un ambientazo de deporte a nivel mundial. Estabas ahí y no lo pensabas, pero luego te dabas cuenta de que dentro de esos edificios estaban todos los atletas olímpicos, los más importantes del mundo. Es increíble vivir eso. Gente de todo tipo de religiones y creencias. De razas y países diferentes celebrando un evento único en el mundo.

-Habla de razas unidas, de convivencia... ¿Qué le parece el veto de Trump para blindar las fronteras estadounidenses a ciertas nacionalidades? Lo mismo un día va usted a entrar en Estados Unidos y no le dejan...

-A mí me da pena que haya gente que piense que eso es lo adecuado, pero también estoy convencido de que eso no representa a toda la población de Estados Unidos y que solo es un grupo el que lo ve así. No todos los americanos piensan así.

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