DEPORTES EN CELULOIDE
«Evasión o victoria»: el placer de golear a los nazis
Silvester Stallone protagonizó junto a una docena de jugadores la adaptación a la gran pantalla del famoso «partido de la muerte» entre prisioneros de guerra y alemanes en plena Segunda Guerra Mundial
MIGUEL MUÑOZ
"Evasión o victoria" es el partido perfecto. Ya de por sí, el hecho de ganar a los nazis, los malos más malos de la historia del cine, supone una gesta que ningún derbi del mundo puede igualar . Más aún hacerlo en el ... París ocupado por las tropas de Hitler, en un partido fagocitado por la propaganda del régimen, contra el árbitro vilmente sobornado, contando con un equipo de prisioneros de guerra malnutridos y desentrenados, y remontando un 4-0 en contra. Mientras el estadio entero entona “La marsellesa”, el himno más enardecido del mundo. No se le puede sacar más jugo a la épica del fútbol.
Al cóctel hay que añadirle las virguerías de Pelé , que emparentan muy bien al filme con el verdadero deporte rey: esas bicicletas al borde del área que Cristiano Ronaldo ha calcado, esos minutos que juega con el brazo roto a lo Beckenbauer, o ese golazo de chilena que vale el empate en los últimos minutos, y que Rooney trasladó a la realidad en aquel famoso derbi contra el Manchester City. Aunque "O Rei" no es el único que deslumbra a la cámara con sus filigranas. El inglés Bobby Moore, el argentino Osvaldo Ardiles o el polaco Kazimierz Deyna son leyendas del fútbol que adornan el "casting". Además de numerosos figurantes a los que John Huston reclutó para darles más credibilidad a las escenas del partido entre prisioneros de guerra aliados y la selección alemana que narra la película. Por ejemplo, buena parte de la plantilla del entonces exitoso Ipswich Town .
Entre tanta estrella deportiva, Silvester Stallone quiso reivindicar sus galones como astro de Hollywood , por lo que, pese al notable inconveniente de interpretar a un portero, se empeñó en ser él quien marcara el gol definitivo. Cuando al fin lograron convencerle de lo absurda que resultaría la escena, los guionistas dieron con una solución para calmar a su ego: "Sly" detendría un penalti en el último minuto. Así se aseguró de arrebatarle el heroísmo a Pelé. Lo que no evitó que Stallone se rompiera un dedo intentando parar un lanzamiento del brasileño.
De hecho, uno de los mayores retos durante el rodaje fue imponerle la disciplina del fútbol al estadounidense. Contó con el portero inglés Gordon Banks como entrenador personal , pero Stallone, que no creía necesario para el papel aprender a jugar bien, no hizo demasiado caso a sus consejos. Hasta que rodó las primeras escenas como portero. El actor se rompió una costilla y se dislocó un hombro al realizar las estiradas. No es de extrañar que, terminado el rodaje, afirmase que había sido mucho más duro que el de "Rocky".
El argumento de la película tomó como inspiración el conocido "partido de la muerte" . En 1942, un equipo de prisioneros de guerra formado por exjugadores ucranianos del Dinamo de Kiev y el Lokomotiv cosechó una fuerte racha de victorias. Sus proezas llegaron a oídos de los alemanes, que por aquel entonces ya habían tomado Ucrania, y decidieron retar al equipo a un partido con fines propagandísticos contra la selección alemana. Los ucranianos recibieron amenazas de muerte si ganaban el partido. Pero aún así lo hicieron, lo que provocó que buena parte de la plantilla fuese ejecutada.
La primera versión del guión de "Evasión o victoria" era mucho más cercana a esa historia. Finalmente, se optó por un tono más desenfadado, desechando la muerte de los jugadores tras el partido y añadiendo la subtrama de las fugas, inspirada en "La gran evasión" , y de la que surgió la excelente escena de la escapada de Stallone. Ocho minutos de tensión magistralmente dilatada, donde el prolífico director John Huston dejó su sello. Un director que, pese a ser estadounidense, supo entender la pasión por el fútbol, y que una victoria contra el rival más indeseable bien vale arriesgar todo lo demás.
Noticias relacionadas
- «El color del dinero»: Paul Newman contra el relevo del aprendiz
- «Seabiscuit», el héroe equino de la Gran Depresión
- «Luces de la ciudad»: Charlie Chaplin y el boxeo «naif»
- «Carros de fuego»: los dos caminos de la gloria olímpica
- «The Fighter»: una disfuncional familia de boxeadores
- Cuando Michael Chang imitó a Jacques Tati
- «Toro salvaje»: los ganchos de autodestrucción de Jake La Motta
- «Bienvenidos a Belleville»: los suburbios del Tour de Francia
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete