El otro camino de Sebastián Rodríguez

Sebastián Rodríguez cambió entonces su vida. El deporte fue su reahabilitación física y mental. Llegó a tomarse tan en serio la carrera de natación que se clasificó para los Juegos Paralímpicos de Sidney. Ganó cinco medallas de oro, pero estuvo muy cerca de perderlas cuando el Comité Paralímpico Internacional descubrió que su parálisis no provenía de un accidente como el nadador escribió, sino por una huelga de hambre de 432 días en la que se embarcó mientras estaba en prisión. La falta de alimentación le afectó algunos órganos que le debilitaron las piernas.

Sin embargo, el IPC le mantuvo los récords y los oros porque "no podemos darle la espalda a los deportistas por sus ideas religiosas, políticas o morales". Así, el exmiembro del Grapo dejó las armas para coger el bañador y convertirse en uno de los deportistas paralímpicos españoles con mejor currículum. ( 14 medallas: ocho oros, tres platas y tres bronces).

Aunque su pasado siempre le acompaña, Rodríguez pasó a dar charlas a niños minusválidos y a ganarse la vida como vendedor de cupones de la ONCE. Tal fue su transformación que el BNG le integró en las listas para las elecciones municipales de 2007 , año de su indulto , aunque no llegó a tomar parte en ellas por no poder abonar las indemnizaciones por las que le conmutaron su condena. El exmiembro de Grapo nunca mostró arrepentimiento, como siempre ha criticado la familia del empresario. " El pasado no se puede cambiar ", manifestó Rodríguez, pero lo está haciendo con su presente en la natación.

Pasó por Atenas 2004 donde logró tres medallas de oro y una de bronce y en Pekín volvió a brillar en el agua logrando una plata y un bronce. En Londres 2012 ya ha logrado su primer metal plateado.